XVIII. zanne e amore

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Se había tomado su tiempo para rebuscar unos cuantos libros en la biblioteca de la academia. Llevaba en sus brazos cuatro enciclopedias de licántropos, y uno de fantasía que había tomado para Enid.

Abrió la puerta con un poco de dificultad, tal vez debió insistir un poco más en llevarse a Dedos o simplemente tomarlo preso, pero Sinclair le dejó en claro que lo necesitaba para una sesión de manicura.

— Mon amour — Su cuerpo se quedó duro por los siguientes segundos al notar la presencia de un chico bastante conocido, en la habitación — ¿Qué hace la gorgona aquí?

— Hola para ti también, Merlina.

Su voz sarcástica de Ajax le hizo rodar los ojos. El chico estaba sentado en la cama de Enid con su piernas cruzadas, dándole la espalda a la puerta y Dedos estaba sobre su pierna. Maldito traidor, de esta no te libras. -

— ¡Willa! Invité a Ajax para contarle algunas cosas mientras nos hacíamos manicura — La joven de trenzas recién comenzaba a notar el olor a pintauñas y la mano del chico extendida hacia Enid a medio pintar.

— Ya veo.

Se dio la vuelta para dejar los libros sobre su mesa de escritura, donde tomó lugar para comenzar su lectura, ignorando las miradas de ambos jóvenes. 

No pasó ni un minuto del silencio antes de escuchar los resortes de la cama a sus espaldas y unos pasos suaves acercarse a donde ella estaba.

— ¿Ma chère? ¿Quieres que Ajax se vaya? — La alta se puso a su lado y se arrodilló en el suelo para buscar su mirada que estaba fija en el libro.

— Quiero que se vaya — Enid hizo el amago de levantarse, pero fue detenida por una mano en su cabeza — Si tú aún lo necesitas aquí, puede quedarse solo diez minutos más.

— Um, ya he terminado con sus uñas. Le diré que se vaya.

Se levantó con energía del suelo y casi corrió a su lado del cuarto, pudo escuchar todavía como charlaban un poco y los resortes de la cama volvieron a sonar, pisadas más pesadas se escucharon y la puerta se abrió.

— Quedaron geniales, Nidie. Y gracias por la actualización, disfruta a tu novia — Ella supuso que alguna acción rara debió hacer la criatura extravagante, puesto que escuchó un buen golpe y luego uno de sus quejidos. Sonrió sin problema ante eso.

La puerta se cerró y de nuevo silencio.

Merlina se levantó de su asiento, con el libro aún en manos y caminó hasta llegar a la cama de Enid, donde tomó con fuerza a Dedos, luchando para que soltara el edredón de la rubia.

— ¿Qué haces? — La licántropo observaba todo desde la puerta.

— Hoy ya no es de utilidad, lo encerraré en su cajón — Con un último jalón Dedos soltó la cobija y aceptó lo que venía: frío y oscuridad. Merlina lo lanzó al cajón de su escritorio y lo cerró con llave.

— Pobre Dedos.

— Ya está acostumbrado — Merlina tomó asiento en su cama esta vez y palmeo con suavidad a su lado, alentando a la rubia para que se sentara a su lado. Enid le regaló una sonrisa brillante donde resaltaban sus alargados colmillos.

— ¿De qué es el libro? — Sinclair se acomodó a su lado y recargó su cabeza en el hombro izquierdo de la chica gótica, leyendo algunas palabras del libro.

— Licántropos. Quiero tomar unas cuantas notas — La licántropo soltó un pequeño "oh" antes de que la morena le tomará las mejillas repentinamente. En sus manos apareció una regla. ¿Qué carajo? ~ — Según la enciclopedia, los colmillos de tu especie llegan a medir casi tres centímetros de largo. Abre la boca.

Pasó saliva antes de hacerlo, ser algo como una rata de laboratorio era nuevo para ella. 

— Tres centímetros exactos. Eres una maravilla de licántropo. ¿Cuánta fuerza tiene tu mordida? — Esto era tan extraño que incluso estaba roja de la vergüenza. 

— La ultima vez fue de 508 kilogramos, algo así.

— Podrías destrozarme el brazo con eso — Merlina se acercó más a ella y le extendió la mano — Muerde.

— ¿Merlina? Ehm, eso ya es mucho ¿no crees? — Su voz salió aguda debido a los nervios. La Addams vio el terror en los ojos de su novia, algo que hizo casi arrepentirse de sus acciones. Casi.

Suspiró antes de alejarse de la rubia y volver a sentarse en su lugar. Debe recordarse a sí misma que Enid es una cachorra y no un monstruo hambriento de sangre o muerte, como ella.

Sinclair intentó aligerar el ambiente, así que se rio un poco antes de abrazar por los hombros a la joven de trenzas.

— Está bien, ma chère. No estoy asustada. Pero sí que me tomaste desprevenida — La morena no decía nada aún, pero Enid ya estaba besándole la frente y el cuello, demostrando que todo estaba a la perfección. 

Merlina no era muy fan de los besos, pero fue un día muy extraño en el que descubrió que los besos en la frente y el cuello no le molestaban en lo absoluto. Claramente tenían que ser de Enid o si no, cabezas volarían.

La rubia fue recostándose en la cama de Merlina y llevándosela consigo, dejando que ponga la cabeza en su pecho. Por supuesto que la Addams jamás admitiría que amaba ser mimada por la rubia, nunca, ni en sus mejores pesadillas.

El débil ronroneo de Enid junto con su cálido aroma a vainilla la estaban arrullando. Enid soltó una risita debido a que Merlina parecía un koala, aferrándose a ella y restregando de vez en cuando su cabeza contra su pecho.

— ¿Estas cómoda? — Su tono de voz se escuchó alegre, como si quisiera burlarse de su debilidad.

— Ni una palabra, Enid.

— Mis labios están sellados — Dijo antes de pasar una de sus manos por la espalda de Merlina, acariciando cariñosamente, subiendo y bajando.

Cuando no había nadie cerca, sin miradas, ni voces de gente ajena, Merlina podía desmantelar sus gruesos muros. Bueno, solo un poquito y era porque Enid existía.

Estar así con ella le traía recuerdos de cuando era una niña y su madre la dejaba recostarse en sus piernas, mientras le decía como realizar rituales para contactarse con muertos o le contaba leyendas antiguas mexicanas.

Muy silenciosamente se levantó del pecho de su amada para ver sus juguetones ojos azules. Le tomó del rostro y le dejó un beso en los labios. Cálido, sencillo y tranquilizador.

Para un Addams, amar a alguien era para toda la vida. Si su corazón se quedaba con esa persona especial, era imposible amar a otra.

Por eso, Merlina Addams no podía despegar los labios de su asquerosamente adorable rubia. Y Enid Sinclair estaba más que encantada con eso.

— And I know I've kissed you before, but
I didn't do it right
Can I try again, try again, try again
Try again, and again, and again
And again, and again, and again



——

Canción: Pink in the Night - Mitski

Les digo que casi me agarra algo cuando no me salían sus comentarios, porque ni el correo me avisaba. Pero ya andamos de regreso a la normalidad y eso me tiene feliz. Ustedes me hacen feliz, no hay más que agregar.

Merlina ya no parece ella misma, pero esa es mi meta. En mis notas de la historia (privadas) mi meta era volver a Merlina en una persona que pudiera expresarse mejor, al menos con Enid y dejar de lado ese personaje frío que usa con toda la gente. Me mamé.

Les agradezco por su apoyo. A esto solo le quedan 3 capítulos, contando el epílogo. Pero no se preocupen, escribiré algunos os antes de soltar el ship jfsh.

-willy

Die For You // wenclair [f]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora