El rey de las mentiras I | [Trono Envenenado I ] ✓

⏳︎| 17. Hiperrealismo

Pasando lista:

BAILEY VANDERY

Madyson fue la primera en levantar su copa cuando las luces estallaron por encima de nuestras cabezas.

—Feliz año nuevo —dijo.

—¡Feliz año! —cotorrearon los demás, Val se levantó con más emoción atrapando a los gemelos y besando a Atón en los labios sin soltar a ninguno de los dos.

Sonreí, habíamos preparado una cena en casa, habíamos puesto música y recordamos algunos momentos que no estaban empañados de dolor. Se sintió bien estar con ellos sin el velo de los problemas en medio. Habían colocado la mesa en una de las terrazas para que pudiéramos disfrutar del paisaje, nos habíamos vestido para la ocasión y habíamos vuelto a ser un poco más como nosotros.

Me giré a mirar a Evander y lo que sea que encontró en mis ojos lo hizo sonreír de esa forma pequeña y tentadora que solo él era capaz de hacer. Me quitó la copa de la mano y me hizo levantar para alejarnos un poco de los demás, terminé apoyada de la pared de cristal de la terraza y mis manos fueron a su cuello de forma automática. Clarence no pronunció una felicitación, tan solo se quedó observándome con intensidad, como si no pudiera creer que ambos nos encontrábamos ahí: uno en frente del otro.

Bajó su cabeza inclinándose a mi altura y atrapó mi labio inferior mordisqueándolo, luego trazó ambos labios con su lengua, sus manos acariciaban cada lado de mi cuerpo con ternura, sin embargo esa ternura no estaba presente en sus labios, me devoraron como tanto le gustaba hacer, dejándome sin aire y al mismo tiempo llenándome de vitalidad. Sonreí aún más cuando se separó tan solo unos centímetros y atrapó mi cara entre sus dos manos.

—Feliz año nuevo, Evander —susurré sobre su rostro.

—Será feliz mientras te tenga —contestó de vuelta y me besó castamente para corroborar su punto, continuó —. El próximo año volveremos aquí como lo que eramos, una jodida familia y habremos dejado de correr y de luchar.

—Habremos terminado con todos en el tablero.

—Todos tus enemigos caerán, Bailey Vandery. Voy a cazarlos uno a uno hasta que no haya nada sobre la tierra que pueda perturbarte.

Me relamí los labios con un gesto burlón.

—Pensé que habías regresado para vengarte.

—Pensé que me odiabas y terminaste sacándome de la cárcel.

Me quedé sin aire, empecé a toser hasta que él tuvo que palmearme la espalda y pasarme una botella de agua. Todos nos miraban sin entender, la tranquilidad en el rostro de Clarence debió asegurarles que no era nada de gravedad, puesto que regresaron a sus conversaciones pero aún lanzándonos miradas de reojo.

—¿Desde cuándo lo sabes? —pregunté, aún intentando controlar la impresión y la tos que me había atacado.

—Desde que milagrosamente decidieron darme la libertad tres años antes.

—¿Y por qué...?

—¿La intimidación, el odio, la venganza? —su agarre entorno a mi cuerpo se apretó —. A veces olvidas lo profesional que soy mintiendo, dolcezza. ¿De verdad me temías?

Asentí.

—Lo hacía. Sé que no te esperabas mi movimiento.

—No lo hacía —dijo —, olvidé la poco cuerda que estás y lo capaz que eras de entregarte solo para mantenerme con vida.