⏳︎| 20. Abstracto (Parte II)

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Pasando lista:



BAILEY VANDERY


Yvaine acababa de conocer a Donatello hacía pocas horas, y ya tenía su mano unida a la de él y a la mía mientras salíamos del avión, no dejaba de mencionar lo parecido que éramos y lo divertido que le resultaba, me preguntó por qué no tenía una hermana igual a ella y sentí como el corazón se me fracturaba. Fue lo que nunca le dije, nunca mencioné que había tenido una gemela y que había muerto por las mentiras y los engaños de sus padres y por la maldad pura de una mujer que no tenía piedad ni siquiera por su propia sangre.

Delante de nosotros caminaba Valorie, miraba a todos lados con recelo, a lo lejos se podía ver las filas y filas de hombres armados hasta los dientes y la vestimenta negra que portaban del mismo color del rifle que llevaban en sus manos y pegado a su pecho. Sentí mi piel erizarse y el miedo correr por mis venas ante la vida desconocida que empezaba a abrirse paso delante de mí. Apreté la mano de mi hija buscando la paz que su sola presencia siempre me regaló. Su radiante sonrisa menguó un poco de todo lo mal gestionado que tenía en el pecho.

No fue la vida que imaginé para mi pequeña niña de cabello atardecer, no imaginaba dinastías ni hombres armados cuando quedé embarazada de ella. Todo lo que quería era una pequeña casa de campo lo bastante lejos como para que nada la tocara. Dicho sueño que caía a pedazos a cada paso que daba hacia mi destino inminente,.

La reina de Liechtendachs.

Mi gemelo se detuvo a unos metros de las filas armadas delante, se giró y se arrodilló delante de Yvaine, había cierta ternura que se apoderaba de sus ojos cuando la miraba, de pronto desaparecía toda dureza de sus facciones en un segundo. Donatello se llevó una mano a su corazón y con la otra siguió sosteniendo la mano de Yvaine.

—¿Serás una princesa valiente, Yvaine? —le preguntó.

—Soy valiente, tío.

—No le temas a ningún hombre presente delante de ti, están aquí para protegerte —dijo y golpeó dos veces su corazón, inclinando la cabeza —. Absolutamente nadie tiene el derecho a tocarte, de ninguna forma, todos están por debajo de ti, ¿lo comprendes? Eres la futura reina de Liechtendachs y nadie en el mundo tendrá más poder que tu. Nadie puede herirte, Yvaine Hervé Dachs Vandery. ¿Por qué?

—Porque soy Yvaine Hervé Dachs Vandery, princesa y futura reina de Liechtendachs.

—Bien —sonrió y le peinó el cabello que le caía por los lados antes de levantarse, sus ojos se pegaron a los míos y, nuevamente, inclinó su cabeza en señal de respeto —. Sé cual valiosa es ella para ti, te estoy prometiendo su bienestar.

—Extrañamente confío en ti, Donatello.

—Eso es halagador, copia desastrosa —sonrió con arrogancia y volvió a tomar su lugar, instándonos a caminar nuevamente —. Esta es la puerta este de Liechtendachs.

—¿Vive gente aquí, aún?

—Sí, y han estado regresando más con el tiempo. Por eso estamos aquí, tienen veinte minutos para traspasar esa puerta todo ciudadano que siga apoyando la dinastía Dachs Vandery, los demás morirán junto a los malditos rusos que profanaron mi hogar.

—Donatello...

—No hay negociaciones con traidores, Bailey, apréndelo ahora.

Un hombre de las filas dio un paso al frente y luego uno. Golpearon su corazón e inclinaron su cabeza.

El rey de las mentiras I  | [Trono Envenenado I ] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora