One Piece x Lectora 2.0 (One-shots)

🍺 Roronoa Zoro 🍺

Pedido por Rzronoa.

Thousand Sunny

Sentir que el pene de su amante salía y se introducía en su intimidad, mientras gotas de su semilla recorrían su entrepierna, ambos cubiertos por una fina capa de sudor, jadeando y gimiendo, gritando el nombre del contrario, con chupetones y rasguños decorando su piel como marcas de territorio, era su mayor deseo.

Disfrutar de las cálidas manos de su pareja recorriendo su piel, manoseandole sin vergüenza alguna, sabiendo que podía tocar lo más profundo que quisiese, ya que después de todo ella le pertenecía, acariciando sus caderas con intenciones de viajar hasta su vagina para saborearle, era lo que más rondaba por su cabeza.

Tener sexo con su novio era su gran fantasía, cada noche tenía sueños húmedos con su pareja, pensando en cómo se sentiría su miembro en su boca o en su feminidad, pensando en cómo se sentirían sus manos sobre su cuerpo, cómo se sentiría sus labios sobre su piel. Se sonrojaba con tan solo pensarlo. Su vagina palpitaba con tan solo imaginarlo.

--(T/N)-chan, ¿estás bien?

Alzó su mirada para cruzarse con los curiosos ojos del cocinero, quién también parecía algo preocupado.

--Si, si, claro.-- Respondió con seriedad, su rostro mostraba una expresión neutra, no había ningún tipo de sospecha sobre sus sucios y perversos pensamientos. --Sólo estoy un poco cansada.

--Si quieres puedo terminar yo solo con los platos.-- Ofreció el rubio, sonriendole para tratar de convencerla. --Deberías ir a dormir.

--Lo sé, solo terminaré de ayudarte a secar los platos.-- Aquella fue su última decisión, y Sanji supo que no debía insistir más.

Sabía lo firme que (T/N) era. Si decía que iba a hacer algo, así sería. Era una persona muy decidida.

También era seria, siempre se mantenía con su expresión tranquila, sin mostrar que se sentía molesta, contenta o aterrorizada. Sabía controlar bien sus emociones u ocultarlas.

Una de las personas que le conocía demasiado bien, era su pareja, Roronoa Zoro, quien podía darse cuenta rápidamente si ella se había enfadado o entristecido con algo o alguien. Por alguna razón le podía leer como un libro.

Ni siquiera ella entendía sus propias emociones. Fue criada para ser alguien fuerte e independiente, nunca supo lo que eran los sentimientos de comodidad o felicidad.

No hasta que se unió a la tripulación, donde sus amigos trataron de ayudarle a conocer un poco más de si misma, a descurbir sus pasatiempos o sus intereses, a saber más sobre sus pensamientos u opciones.

Aún así, ella seguía siendo una persona fría, se mantenía con un perfil misterioso con casi todos sus amigos, era introvertida y tan sólo se mostraba más sociable y abierta con una persona.

El protagonista de sus sueños húmedos, de sus fantasías más perversas y oscuras, el hombre que la excitaba con tan solo hablar o con la más mínima acción. La razón por la cual su muñeca dolía cada noche, por la cual sus piernas temblaban y por la cual se mordía el labio para retener los sonidos de placer que sus pensamientos generaban.

Y es que había un pequeño detalle.

Zoro no era bueno con las indirectas.

(...)

Medianoche.

No estaba agotada, no había ni una sola pizca de cansancio en su cuerpo, era como si fuese una tarde tranquila y normal.