Capitulo 8

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Tres meses después

Jimin tuvo una cita con un empresario Coreano llamado Lee Taemin. Le llevó a cenar a un elegante restaurante florentino, donde Jimin se dedicó a juguetear con una comida demasiado sabrosa para su gusto y a intentar responder a sus intentos de seducción.

Pero a las diez de la noche recibió una llamada de Jungkook que arruinó la velada.

—Deberías haberme informado de tus planes. Lee Taemin está casado y tiene dos hijos.

—Gracias, señor —murmuró Jimin.

—Tengo trabajo para ti.

—Ahora mismo estoy en una cita —respondió Jimin.

—No estarás pensando pasar más tiempo con un hombre casado, ¿verdad? —le preguntó Jungkook con sarcasmo.

Jimin apagó el teléfono y se disculpó ante Lee Taemin.

—Siempre respondo a las llamadas de Jungkook.

—Debe de estar muy contento contigo —comentó Lee Taemin. Jimin respiró profundamente.

—¿Estás casado?

El atractivo rostro de Lee Taemin se contrajo al instante, y Jimin supo la respuesta incluso antes de que separara los labios para admitirlo.

—Debería habértelo preguntado antes —se lamentó Jimin—. No habría venido de haberlo sabido.

Lee Taemin intentó convencerlo para continuar con la cita, pero Jimin se mantuvo firme en su decisión. Se preguntaba por qué estaba más furioso con Jungkook que con Lee Taemin. Al fin y al cabo, la advertencia de Jungkook había llegado a tiempo. Pero, por alguna razón, le irritaba profundamente que un hombre tan liberal como su jefe le hubiera salvado de cometer un error en el último momento.

Al volver a la suite del hotel, Jungkook estaba trabajando con el resto del equipo. Lo miró con expresión acusatoria, pero no se le ocurrió decirle delante de los demás lo que pensaba de su llamada telefónica. Al acabar el trabajo, Jungkook le llamó antes de que el pudiera salir.

—¿Conseguiste librarte de Lee? Tiene un pico de oro, según tengo entendido... Debería haberte prevenido antes contra él.

—Puedo cuidar de mí mismo —replicó Jimin—. Gracias por haberme avisado, pero te pido por favor que no vueltas a entrometerte en mis asuntos.

—Tenía que hacerlo... Sabía que no saldrías con un hombre casado.

Una parte de Jimin se rebeló contra la suposición de Jungkook. ¿Por qué Jimin no podía hacer nada inmoral?

—No estés tan seguro —le dijo.

—Volviste al hotel media hora después de mi llamada —le recordó Jungkook—. No te avergüences de tus principios. Mucha gente no tiene ninguno.

Jimin sintió ganas de abofetearlo por haber echado a perder su primera cita. Era cierto que el jamás saldría con un hombre casado, pero Jungkook había vuelto a dejarlo en ridículo.

Seducción- KookMinWhere stories live. Discover now