Capitulo 9

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Tan sólo unas horas antes de esa fatídica llamada había estado deleitándose con los rayos de sol y la fragancia de las flores, pero todas esas maravillosas sensaciones habían sido barridas de golpe.

Jungkook guardó silencio durante todo el vuelo, lo que no era nada habitual en él. Se informó del accidente en las noticias, pero no se dio ningún nombre. La identidad de las víctimas no tardaría en hacerse pública, porque el hospital ya estaba siendo asediado por la prensa cuando llegaron Jungkook y Jimin, aunque por primera vez se abrió un pasillo entre la multitud de paparazzi para permitir la entrada de Jungkook en el edificio. Fueron recibidos en el vestíbulo por el gerente del hospital y por un médico que respondió a las preguntas de Jungkook sobre el estado de sus padres. Yoojung había sufrido una gravísima herida en la cabeza y estaba en coma. Constantine ya había pasado por el quirófano y estaba muy débil. El pronóstico no era nada favorable para ninguno de ellos.

Jimin no quiso intervenir y permaneció al margen, intentando asimilar que la madre de Jungkook no volvería a despertarse. Le costaba imaginar a la dinámica mujer yaciendo en una cama de hospital. Jungkook estuvo un rato sentado a su lado, hablándole en un esfuerzo inútil por reanimarla, y luego fue a ver a su padre. Constantine se despertó y agarró la mano de su hijo. Intercambiaron algunas palabras, pero al cabo de una hora el viejo sufrió un ataque al corazón y falleció. A media mañana Jungkook estuvo presente cuando le retiraron la respiración asistida a su madre. A Jimin se le encogió el corazón de dolor, pero Jungkook conservó la compostura en todo momento y abandonaron el hospital por una puerta trasera. Un coche los llevó hasta un aeródromo privado, donde subieron a bordo de un helicóptero.

El móvil de Jungkook no dejaba de sonar. Jungkook respondió a las primeras llamadas de sus parientes, les explicó brevemente lo ocurrido y le entregó el teléfono a Jimin. Cuando aterrizaron en Speros, su rostro estaba demacrado por el cansancio y la pena.

El personal esperaba la llegada de Jungkook en el vestíbulo de la mansión, algunos de ellos llorando amargamente la muerte de sus señores. Jungkook habló con todos ellos, mientras Jimin atendía las llamadas de abogados y ejecutivos ansiosos por saber qué iba a pasar a partir de ahora. Jimin les dijo que tenían que esperar. Jungkook necesitaba tiempo para recuperarse, y mientras él vagaba por la mansión como un alma en pena, Jimin se encargaba de los preparativos del funeral.

Los días siguientes fueron frenéticos. De todas las partes del mundo llegaban familiares a la isla, las cadenas de televisión emitían un documental tras otro sobre la vida de Constantine Jeon y sus esposas, y la prensa publicaba un sinfín de artículos similares. El funeral iba a estar reservado para la familia y los amigos más íntimos, pero varias de los antiguos amantes de Jungkook se presentaron sin ser invitados y Jimin tuvo que encargarse de impedirles la entrada. Una cantante francesa llamada Venetia se puso tan histérica al ser rechazada que a Jimin le costó Dios y ayuda echarla.

Cuando finalmente lo logró, le dolía tanto la cabeza por los gritos y la tensión que se respiraba en la mansión que decidió ir a visitar a su madre un par de horas.

Después del incidente con Dean del año anterior, ShinHye había pasado largas temporadas en Londres con su hermana, Hyorin, por lo que la relación con su joven amante no tardó en romperse. Había llamado varias veces a su hijo para disculparse, pero, aunque Jimin creía haberlo perdonado ya no la veía tanto como antes y la evitaba siempre que estaba con un hombre.

—El otro día fui a ver cómo iban las obras de tu nueva casa —le dijo ShinHye—. Va a ser espectacular... ¡No me extraña que la gente no pare de hablar!

Seducción- KookMinWhere stories live. Discover now