Los años han pasado y en Kensington ha perdurado la paz y la tranquilidad, sin embargo, de entre las cenizas surgirá un nuevo enemigo -¿o varios?- que busca recuperar lo que "por ley" le pertenece.
¿Serán capaces Daniela y María José de darle frente...
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Daniela Rinaldi
Londres
DC-Academy
ENEMY — Imagine Dragons
Desde que conozco a María José, no ha habido un solo día donde ella no pasara por alto mis habilidades, siempre se ha creído con las respuestas de todo y mucho más después que intervino y arregló el desastre que yo cometí gracias a mis impulsos.
Ciertamente, no me alcanzaran los días para agradecerle el hecho de que haya tenido en cuenta todos los posibles escenarios y que al menos, en esos días, haya pensado con la cabeza fría a diferencia de mí.
Expuse por completo a mi equipo de la FSM, me cegaron mis propios intereses ¿y para qué? Al final, María José siempre lo supo todo. Siempre estuvo al tanto de lo que el cerdo de Dante me hizo, de mi embarazo, de mi aborto y de todo.
Aunque han pasado siete largos años desde eso, aun me parece increíble lo que ella consiguió hacer. Desafió a la muerte y le ganó, se convirtió en Dios y regresó de entre los muertos a todos los que se sacrificaron.
Por suerte guardó toda la información necesaria, los códigos y demás recuerdos de los integrantes de la FSM en un chip individual. Y por lo que tengo entendido, eso junto a toda la información más importante de G-World, se encuentra en Rusia. Lejos de cualquier atentado.
Nadie se atrevería a atentar contra la BOSS en su propio terreno. Nadie.
— ¿Cuándo le contaras lo que hiciste con Froy? –Ava pregunta de pronto haciendo que yo deje mi vista de la laptop y la vea a ella sentada frente a mí.
Estamos en mi oficina de DC-Academy a la espera de Milán y Elena.
— ¿De que hablas? –pregunto ladeando mi cabeza, ella solo levanta las cejas.
— No te hagas la tonta conmigo –dice —de lo que le ordenaste a Froy hacer. ¿No crees que María José ya se haya dado cuenta de eso? –yo niego con la cabeza y regreso mi mirada a la laptop.
— Si se hubiese dado cuenta ya me lo hubiese hecho saber –contesto restándole importancia —y más teniendo en cuenta lo arriesgado que fue de mi parte hacerlo.
— ¿No te arrepientes? –su tono de voz titubea —es decir, sé que forman parte de nuestro pasado, pero, no se lo merecían.
Yo detengo el movimiento de mis manos sobre las teclas de la laptop, mis pensamientos llegan cargados de posibles razones por las cuales lo que me dice Ava es completamente cierto, sin embargo, a pesar de todo, yo fui una egoísta con ellos y debía redimirme.
El teléfono en mi escritorio suena, yo suelto un leve suspiro y presiono el botón para aceptar la llamada, es mi secretaria —Laura hace mucho que se fue a Escocia a manejar esa sede junto a Lucía—, ella me indica que ya Milán y Elena están esperándome. Le digo que los haga pasar, y yo me levanto de mi silla para caminar hasta la ventana que me deja apreciar el Big Ben.
