Los años han pasado y en Kensington ha perdurado la paz y la tranquilidad, sin embargo, de entre las cenizas surgirá un nuevo enemigo -¿o varios?- que busca recuperar lo que "por ley" le pertenece.
¿Serán capaces Daniela y María José de darle frente...
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Narrador
Sede de la FSM – Londres
Las distintas sedes de la FSM en el mundo eran prácticamente iguales, el diseño que se había realizado estaba bajo la estricta observación y aprobación de la BOSS y Rinaldi. Todas contaban con miles de hectáreas para los distintos campos de entrenamientos, que iban desde lo táctico, hasta lo más tecnológico. Dentro de cada base había distintos edificios que funcionaban de acuerdo a las distintas disciplinas que se enseñaban. Además de algunos edificios administrativos y otros que se desempeñaban para guardar la data y cualquier tipo de información de alto nivel. Adicional, se encontraban en algunos metros de profundidad, calabozos en donde encarcelaban a prisioneros de alto riesgo.
La FSM, no era solo una organización creada para defender a la familia Rinaldi Garzón, sino que también estaba bien estructurada para actuar como una base de seguridad a los ojos de la sociedad.
Por lo tanto, la FSM era conocida como una empresa más de seguridad privada. Esa era la fachada que tanto María José, como Daniela querían mantener y así no tener ningún tipo de inconvenientes con los gobiernos o los ciudadanos.
Es por ese motivo que en todas las sedes a nivel mundial seguían entrenándose cada vez más y más hombres y mujeres para defender los intereses de Daniela y María José, un plan perfectamente planeado y ejecutado.
Los conocimientos, técnicas y demás entrenamientos eran dictados por expertos en cada área, desde el manejo de los explosivos hasta la conducción perfecta de un automóvil, todo operaba de manera impecable, es por eso que mientras el general Milán llevaba de manera rápida y segura a los hijos de la BOSS y de Daniela Rinaldi al sitio indicado por ésta última, en la sede de la FSM estaban entrando las dos camionetas que habían salido al operativo: Rescate de las Águilas.
Lentamente ambas camionetas van estacionándose frente a la entrada principal y solo les toma un minuto bajar del auto al equipo completo.
La TC Aida junto a Andrea, Angie, L'Angelo, Sebastián y un par más de la FSM resguardan a los capturados. Van caminando con ellos mientras se adentran en el interior del edificio, los cadetes y oficiales de menor rango se les van parando firme y les abren paso.
