Capítulo 8

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Temprano en la mañana, un fin de semana y las niñas estaban despiertas. Era un buen día para hacer jardinería. Perfecto clima, cero nubes y un creciente calor. Algunos demonios estaban aprovechando el buen clima en las casas aledañas. Por supuesto, Blitzø pensaba aprovechar para hacer todo menos lidiar con la jungla aterradora que habitaba en el jardín frontal. Por fortuna, él tenía la mejor excusa en todo el Infierno y pensaba aprovecharla al máximo.

Blitzø se apoyó contra su van, bajando sus gafas.

— ¿Estás seguro...? —Stolas abrazando protectoramente a Octavia contra su costado.

— Van a salirle raíces a Oct. —Blitzø repitió— Y solo vamos a ir al parque.

— Pero...

Blitzø dio una palmada a su pistola aseguraba a su cadera. Él la sacó, giró entre sus dedos y la volvió a guardar en el intervalo de dos segundos. Stolas lo miró impresionado y una pequeña sonrisa se formó en su pico. Él sonrió de lado y le guiñó un ojo a Stolas, quien se sonrojó visiblemente, desviando su cabeza a un costado. Octavia puso sus manos sobre el rostro de su padre y se rio entretenida por la expresión de este.

A veces Blitzø tenía el deseo de sacar su celular y tomar un par de fotografías de esos dos. Él se aclaró la garganta y se cruzó de brazos. Eso era una ridiculez.

Loona estaba parada junto a Blitzø y le empujó la cara, haciendo un sonido de arcada. Él tomó la mano de su hija y se rio al ver el fastidio en sus ojos.

— No es que no confíe en ti. —Stolas abrazó con más fuerza a Octavia— Se que podrías contra cualquier demonio.

— En realidad, él puede con un puñado de mafiosos. —Loona contribuyó, enmarcando su ceja— Pero conmigo podría con una mafia pequeña.

— ¿Ves? Ya oíste a Loony, con ella puedo contra un grupo organizado criminal. —Blitzø apoyó sus manos en sus caderas, inflando su pecho— Tavy no estaría en mejores manos.

Stolas se rio contra su mano.

— Estoy seguro de que pueden hacer eso y más. Pero la gente que intentaría ir por Octavia podría tener magia... —Él explicó, peinando las plumas de Octavia con extremo cariño.

— ¿Y ella no tiene un hechizo de protección de alta gama? ¿De esos que podría detener armas angelicales y todo eso conjurado por tu propio padre? —Blitzø miró a Loona y fingió susurrar— Un demonio muy atractivo pero que entiende menos del mundo real que Piernas aquí presente.

El cual parecía haber hecho su misión personal usar los pantalones más ajustados de todo el Infierno y a este paso Blitzø iba a necesitar llamar a Angel para otro cita. Si él planeaba vivir ahí en paz iba a tener que superar su debilidad por largas y torneadas piernas capaces de anclarse a sus caderas.

«Explosiones. Piensa en explosiones.»

— Eres tan injusto... —Stolas hizo un puchero, jugando con la mano de Octavia— Sí, ella tiene un hechizo protector, pero ustedes dos podrían salir heridos...

Blitzø y Loona rieron con burla y rápidamente sus risas se volvieron casi histéricas.

— ¡Hablo en serio! —Stolas golpeó el suelo con su pata.

Loona y él volvieron a reír. No ayudó cuando Octavia se unió a sus risas, ocasionando un sonido de indignación por parte de Stolas.

— ¡Oh! Ustedes son incorregibles.

— Debes confiar en nosotros. —Blitzø señaló a Loona y a él— Somos combatientes. Via va a estar a salvo con nosotros.

Su hija asintió con fuerza.

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