Capítulo 13

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Las manos de Blitzø se deslizaron por debajo del cojín y su frente se enterró sobre la suave superficie. Él ya había tenido un previo encuentro con las manos de Stolas sobre su cuerpo pero eso se sentía mil veces mejor. No que el sexo hubiese sido malo. En realidad, seguía siendo su mejor material de inspiración cuando necesitaba relajarse antes de dormir. Pero eso se sentía mucho más íntimo. Porque ahora conocía a Stolas y confiaba en él. Esas manos eran conocidas y familiares. Eran manos que despertaban en él seguridad.

Largos dedos que podían encontrar sus músculos tensos y se tomaban su tiempo en calentar su piel y desaparecer la tensión. A cambio, él no debía hacer absolutamente nada más que aferrarse a cada pequeña sensación.

— ¿Puedo preguntarte algo? —Stolas aventuró.

— Podrías amarrarme y no pondría resistencia. —Blitzø bromeó— Así que sí, una pregunta suena fácil.

Aunque eso de ser amarrado sonaba prometedor.

— Es sobre las marcas en tu piel... Los lunares en los imps suelen ser blancos y Alfred tiene una marca de nacimiento en su ojo izquierdo... —La voz de Stolas sonó suave, tentando el terreno mientras mencionaba al viejo mayordomo— Pero tú no tenías estas marcas cuando éramos niños.

Blitzø cerró sus puños y respiró lentamente. Ya le había extrañado que Stolas no le hubiese preguntado al respecto. Usualmente él se involucraba con demonios que no sabían mucho de imps, así que asumían que era algo normal lo que él tenía. Pero los recuerdos del incidente seguían frescos. La serie de catástrofes que eventualmente lo habían llevado a trabajar para Vox y conocer a Verosika habían pasado unos cuantos años atrás y seguían merodeando su mente y poblando sus pesadillas.

— ...no tienes que decirme si es algo incómodo. —Stolas se apresuró a decir, sus manos descansando sobre su espalda baja— Solo quería saber si eran zonas de tu piel sensibles y debía tener cuidado.

— Son cicatrices. —Blitzø respondió, presionando su frente contra el cojín pero esta vez lo hizo para ocultar su rostro y la frustración que estaba elevándose en su mente— Son sensibles, pero no duelen ¿O no recuerdas que cuando te jodí estúpido no me quejé cuando me enterraste tus garras en la espalda? —Él gruñó.

Stolas dejó de moverse.

Blitzø fue increíblemente consciente del demonio sobre él y lo vulnerable que era todo eso. Él estaba solo en ropa interior, atrapado entre el sillón y Stolas, quien se había sentado sobre sus muslos en un acto ridículamente respetuoso y aun así agradable. Stolas apenas pesaba algo y era como una manta cálida sobre sus piernas.

¿Y cómo él estaba agradeciendo la cercanía? Poniendo a Stolas tenso con su personalidad de mierda.

— ...lo siento. —Blitzø buscó apoyarse sobre sus codos— Puedes quitarte, te agradezco el intento pero mi boca...

Las manos de Stolas lo tomaron por los hombros y lo presionaron con firmeza sobre el sillón. Blitzø perdió el equilibrio, sorprendido por la fuerza del otro demonio. Era fácil olvidar cuán fuerte era Stolas y lo sencillo que resultaba para él imponer su voluntad. Blitzø sintió su corazón latir con fuerza y trató de controlar cualquier posible excitación. No era el momento ni el lugar para descubrir que ser inmovilizado y superado resultaba placentero.

— Quedas disculpado. Tu boca puede ser imprudente pero eso ya lo sabía, —dijo Stolas con seriedad, sus pulgares presionando los omóplatos de Blitzø como una pequeña advertencia— Pero sabía que debía ser un tema delicado y aun así insistí.

— Solo preguntaste... —Blitzø intentó mirar sobre su hombro, pero una de las manos de Stolas se posicionó en el espacio entre sus cuernos y lo empujó contra el cojín— Bien, me callo... maldito mandón.

It's an ArrangementTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang