Capítulo 9

686 116 32
                                    

Blitzø abrió los ojos y revisó la hora. Eran las tres de la mañana ¿A qué hora él se había ido a dormir? Después del parque las niñas habían insistido en jugar en el jardín y mientras Stolas hacía la cena él se había puesto a arreglar la ropa mientras Loona y Octavia veían televisión, luego habían comido, dibujado y... se suponía que Blitzø debía entrenar pero se había quedado dormido. La vida hogareña estaba drenándole energía. Él frunció el ceño y se sentó. Su mirada se adoptó fácilmente a la oscuridad y observó a su alrededor. Stolas le había ayudado para convertir el sótano en su propio dormitorio y área personal. Muchos de sus muebles estaban ahí, emulando un departamento monoambiente con su propia sala y un área dedicada para sus cosas de trabajo o entrenamiento. Tal vez debería ordenar las cosas, no quisiera que las niñas bajaran y se tragaran una bala de las tantas que rodaban por el suelo.

Maldita sea, faltaban dos horas para que tuviese que levantarse e ir a Loo Loo Land. Él debería estar durmiendo, no organizando su habitación. Otro día en la estúpida rutina de vender globos y vestirse como un patético payaso porque no debía opacar a la estrella robótica del lugar.

Lo que necesitaba era dormir.

No. Ahí estaba ese ruido.

Voces.

«Loona...»

¿Qué hacía ella despierta tan temprano en la mañana?

Blitzø saltó de la cama y buscó una camiseta vieja que pudiese usar y no andar solo en ropa interior. Él subió los escalones en silencio, intentando captar más sonidos. La magia de Stolas prevenía que fuesen atacados y su Loona no sonaba asustada pero aun así, ella debería estar dormida. Blitzø abrió los ojos cuando pudo oír a Stolas al otro lado de la puerta.

— No tienes de qué preocuparte.

— Mentiras. —Loona respondió— Te oí hablar por teléfono, lo que pasó en el parque agitó las plumas de alguien importante ¿no?

Blitzø se apoyó contra la puerta que separaba el sótano del resto de la casa y se presionó contra la madera para oír mejor. Una parte de él estaba profundamente impresionada por la forma en que su hija averiguaba información.

— No deberías escuchar las conversaciones de otras personas. —Stolas intentó sonar firme, como un padre que enseñaba los valores más básicos a sus hijos.

— Los adultos no deberían mentir.

Blitzø contuvo la risa al oír la respuesta tan desafiante de Loona. Esa era su niña.

— ¡Loona!

— ¡Shh! Vas a despertar a Via y a Blitzø.

— Y tú deberías dejar de ser tan desafiante solo porque sí. La siguiente semana inicias en la escuela. —Stolas consejo— Hay reglas que son necesarias respetar.

Esa era una opción.

La de Blitzø era pelearse con cualquier autoridad que acusara a su Loony de mal comportamiento.

— ¿Y cuándo sé que una regla es una tontería y cuándo no? Porque para mí es una mierda que me digas que no oiga conversaciones cuando estás ocultando algo que involucra a Octavia. —Loona mantuvo su tono desafiante y firme.

— Cuando... Supongo... —La voz de Stolas tembló con nervios— Supongo que una mente inquisitiva es un signo de genialidad.

— No desvíes el tema.

— No estoy ocultando nada...

— ¿Octavia es mi hermana?

Blitzø contuvo el aliento. La gente decía cosas horribles en peleas. Era fácil hacer promesas cuando todo estaba bien pero mantenerlas cuando te desafiaban parecía imposible para algunos.

It's an ArrangementWhere stories live. Discover now