Capitulo 32. Juego sucio

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El reloj de la plaza da las doce, todo está en silencio. Las pocas personas que se han atrevido a venir están agolpadas en un rincón. El aire es espeso la atmósfera que rodea este momento está cargada. Mi corazón palpita con fuerza, mis piernas comienzan a fallar.

Agradezco a la abuela por haberse quedado a Luz en estos momentos. Sebastian hace acto de presencia lo acompaña una mujer morena de ojos rojos como la sangre y de un ser de más de dos metros de altura, no me atrevo a decir de qué especie puede tratarse, pero tengo claro que no se trata de algo que haya visto antes, quizás se trate de un troll o un gigante?

Agarró con fuerza la mano de Caleb y el me mira con tristeza, donde ha quedado mi Alfa enfadado y rudo. Este parece estar ausente o asustado. Hay algo que no me ha contado de eso estoy segura, hay algo más detrás de todo esto.

La mujer da un paso hacia delante e indica que deben acercarse los postulantes a Alfa, en estos momentos ya no hay ningún Alfa, el ganador se lo queda todo y a el perdedor le espera la fría y oscura nada.

Caleb y Sebastian entran dentro de un círculo, la mujer de cabello negro levanta las manos. Sebastian se transforma en lobo Pero Caleb no se mueve está estático, le gritó desde mi posición para que reaccione ni siquiera me mira. El lobo de Sebastian lo tira al suelo y posiciona una pata sobre su pecho, acerca sus dientes al cuello de Caleb, le va desgarrar el cuello de un solo mordisco y ni siquiera se está defendiendo.

Grito con más fuerza, nada parece hacerle reaccionar, sino quiero verlo morir solo hay una cosa más que puedo hacer. Suplicar

-No lo mates! Es tu hermano, por la diosa no lo hagas, quédate la Manada pero no lo mates-

Sebastian levanta la cabeza y me mira intensamente, le mantengo la mirada tengo que ser fuerte y no flaquear de ello depende la supervivencia de Caleb.

Lo que pasa a continuación parece una ilusión, de la nada vuelve a transformarse en humano, coge a Caleb del cuello y lo lanza fuera del círculo.

-Ya está no lo he matado, ya me lo cobraré después- dice sonriendo y mirándome fijamente.

- Aquí tienen a su Alfa, Alfa Sebastian, su Alfa-dice la mujer con una sonrisa maliciosa, después se acerca a Sebastián y le entrega una bata para que cubra su desnudez.

Me acerco rápidamente a Caleb, este no se mueve. Su mirada está perdida.

-Por favor, dime algo Caleb-

-Te sugiero que esperes una hora para hablar con él- dice esa mujer cerca de mi oído para que nadie más que yo lo pueda escuchar.

****

- Qué has hecho Serenety?-

- Salvarte la vida- respondo de mala gana.

-No ves que la mayor humillación para mí es ser degradado...-

-Creo que es más importante respirar, además podemos decirle a la gente que tiene otra opción, pueden entrar a formar parte de mi Manada, podemos buscar otro asentamiento aquí no hay porque volver a España sino queremos-

-Como se nota que no lo conoces... No dejara que nadie se vaya de aquí por su propio pie...-

El timbre de la casa suena en ese justo momento, me acerco a la puerta y abro.

-Bueno, bueno a quien tenemos aquí si es mi cuñadita y el ex Alfa-

-Eres el Alfa porque habéis jugado sucio!-respondo alterada.

-Muy mal hermano...- dice chasqueando la lengua.

-No le has enseñado a tu mujercita a respetar la cadena de mando. Además cada uno juega con las cartas que tiene, no puedes demostrar nada querida-

-A qué has venido? Mejor dicho a qué ha venido Señor Alfa?-

-Que bien suena escucharlo de tus labios, pero mejor va a sonar cuando supliques en mi lecho-

Caleb da un gruñido y se levanta del sofá, me interpongo de inmediato, lo único que está intentando es provocarlo.

- Señor no necesita que yo le suplique nada, seguro que tiene mujeres más bonitas esperando calentar su cama gustosamente-

-Si lo dices por tu cabello o por tu dentadura eso no me importa la verdad, así no me podrás morder y si te portas bien, traeré a alguien para que te arregle-responde mirándome de arriba a bajo y sonriendo de forma maliciosa.

-Vendré mañana a buscar lo que por derecho me corresponde-

-Yo no soy tu alma gemela-respondo enfadada.

-No le has dicho hermanito que me debes una compañera? Seguro que no, no hagas ninguna estupidez o el cachorro pagará las consecuencias-

Nos deja una sonrisa y se marcha de la casa.

-Ahora si me vas a explicar de qué va todo esto, porque no me creo que solo es porque este un poco desquiciado aquí hay algo más, algo que tú no me estás contando-le digo a Caleb está vez enfadada.

-Está bien, cuando tenía catorce años y Sebastián dieciséis este encontró a su compañera. Al principio ella se veia feliz, siempre que la veíamos sonreía se ve que estaba muy enamorada de mi hermano. Pero con el paso de los meses ella estaba cabizbaja y deprimida. Un día se quitó la chaqueta sin darse cuenta de que yo estaba en la habitación, pude ver que estaba llena de morados y quemaduras. Ahí me di cuenta de lo sádico que era mi hermano. Con la ayuda de mi padre mandamos lejos a Caroline y a su futuro hijo. El se enteró de que yo la había ayudado y desde ese día juro acabar conmigo-

-El sabe de su hijo?-

-No, creo que no. Hace algunos años que no hablo con Caroline pero se que estaban bien y al parecer la diosa le concedió un compañero de segunda oportunidad, es algo que no entiendo ya que mi hermano no está muerto-

-Hay muchas cosas que desconocemos de tu hermano, tiene a su lado a la bruja porque estoy segura que lo es, seguro que ella lo ayuda de muchas formas. Al menos cree que tienes un hijo varón, si escapamos de aquí no buscará una niña.-

- Estás sugiriendo que huyamos, que diría eso de nosotros que somos unos cobardes?-

- Si queremos ganar no lo podemos hacer aquí, ahora mismo no estamos en igualdad de condiciones. Nadie está diciendo que le vayamos a regalar nada. Solo necesitamos tiempo para conocer la mejor manera de acabar con él.-

Destinada al AlfaWhere stories live. Discover now