Capitulo 38. Uno es dueño de lo que mata.

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— Serenety tu eres la nueva Alfa— dice Black sonriendo.

— Realmente yo no he acabado con la vida de Sebastian, más bien yo solo le di la puntilla—

— En el momento que el salió del círculo la vencedora eras tú, nadie puede reclamar su derecho al trono por decirlo de alguna manera porque la que reto a Sebastian fuiste tu.—

— Hay que complicado es esto, bueno sea como sea no quiero este dichoso título. Se lo cedo y punto—

— No es tan fácil pequeña, el consejo está presente. La única manera para que tú no seas el Alfa es luchando con él, pero trataré de buscar una solución si eso es lo que quieres— dice Bernabhet apoyando su mano en mi hombro.

Lo primero que debemos hacer es reunir a toda la Manada, se acabó el régimen de castas. Estoy segura de que no todos estarán de acuerdo con esto, es fácil sentirse superior y difícil volver a la normalidad. También entiendo que las personas humilladas se quieran ir. No pondré trabas el que quiera que se quede y el que no que se vaya.

Después de dejarlo arreglado todo, es hora de volver a casa, necesito a mi bebé siento que estás semanas sin ella  me han pasado factura. No quiero perderme más de su vida.

Caleb está más callado de lo normal, se que de siente humillado como hombre y menospreciado como Alfa.

He alimentado a Luz y Caleb la ha bañado, gracias al cielo creo que ha recordado quienes son sus padres porque no ha llorado nada.

Acabo de aclararla en su cuna, bajo hasta la cocina y me siento junto a Caleb, cenamos en silencio, intento hablar pero no sé qué decirle.

— Caleb yo...—

— No te disculpes, ya lo tienes todo, prometo España y ahora aquí—

— Qué dices? Me estas culpando de algo—

— No lo sé, tu que dices— dice escupiendo las palabras.

— De otras personas me lo hubiese esperado, pero nunca de ti. Black tiene razón tú no eres capaz de amar a nadie más que a tu estúpido título. Pues sabes que te digo que te lo regalo, no lo quiero—

Estoy tan enfadada que cojo a mi pequeña y me marcho de la casa, no lo quiero ver, no por ahora. Estoy tan molesta, tan enfadada, es de noche y hace algo de frío.

Si llego a estas horas a casa de la abuela se preocupara, pero tampoco me puedo quedar en la calle, doy media vuelta lo mejor será que vuelva a casa.

— Dónde va la Alfa con la mini Alfa, a estas horas?— dice Black en la oscuridad de la noche.

— Y tú que se supone que haces aquí a estas horas—

— Digamos que no les gusta esto— dice enseñando un cigarrillo.

— Bueno que te aproveche— respondo y me encamino hacia casa.

— No espera de que has tenido que has regañado con él, así que no regreses ven conmigo. Vamos a darle una lección...

No estoy segura de hacerlo, pero aún así lo hago, me voy con el hasta la casa de la Manada, estará aquí hasta mañana después supongo que se irá a su propia Manada.

Dejo a la niña en la cama y le hago una barrera de almohadas, dejo la puerta entornada y salgo hacia el comedor.

— Todo esto por un beso?—

— Me gustas, directa al grano y sin dar rodeos—

Frunzo el ceño y doy un suspiro. Supongo que no debí preguntar por lo que me doy la vuelta y vuelvo a mi habitación.

— Espera pensaba que querías saber el porqué de nuestra enemistad—

— Black no estoy para juegos, no he tenido un buen día, así que si quieres contármelo bien y sino me voy a la cama con mi hija—

— Nosotros éramos los mejores amigos, hasta pensamos unificar nuestras Manadas y dirigirlas juntos. Un día el aroma más dulce de la Tierra inundó mis fosas nasales, cuando llegue solo estaba Caleb, al principio no le di importancia, pero sucedió varias veces y un día no escuché a mi cabeza sino a mi corazón me lancé y lo bese. Le dije que sabía lo que éramos y que no importaba que fuésemos hombres...—

— Pero el no era tu mate— digo interrumpiendole.

— Ya claro pero eso lo supe después—

— Y qué pasó?—

— Me partió la nariz de un puñetazo y me llamo algo así como degenerado, se que no es homófobo pero ese fue su mecanismo de defensa. Desde entonces no me ha vuelto a mirar y s mí me hace gracia y le hago de rabiar un poquito—

— Y tú maté?— Pregunto con curiosidad.

— En el dormitorio, es mi beta. El tenia miedo a que yo lo fuese a rechazar por su género y siempre que creía que yo estaba cerca ocultaba su aroma—

— Porqué no le hablaste a Caleb de él, porque no le dijiste que solo fue una confusión—

— Creo que lo sabes también como yo, el no tiende a escuchar. Saca sus propias conclusiones y le cuesta mucho reconocer un error—

En eso tiene razón, no es de débiles pedir perdón, pero él no parece entenderlo. Ojalá recapacite, está será la última vez que lo pueda perdonar.

Igual la diosa cometió un error al emparejarnos.  Nuestra relación es tóxica, siempre estamos en un tira y afloja y la verdad es que ya me estoy empezando a cansar se está situación.

Me levanto temprano ya que Luz decide que no necesita dormir más, en cambio su mamá está muerta de sueño, apenas he dormido un par de horas.

La aseo y bajo con ella al comedor, allí están sentados Black y su pareja haciéndose carantoñas. Que lindo sería que Caleb y yo algún día estuviésemos así.

Me siento y desayuno en silencio.

— Señora Alfa, nos marchamos en una hora. Ten firma esto si quieres seguir con nuestro plan— dice Black entregándome unos papeles y con tonillo gracioso.

Los cojo y los leo por encima, lo que viene a decir es que cedo de manera temporal y excepcional la Manada y la dejo a cargo de Caleb.

— Pero si es tan simple por qué no me lo dijisteis ayer?— pregunto confusa.

— Porque solo se puede hacer una vez y solo durante un máximo de un mes, dejar de ser Alfa no es tan simple como pudiera parecer—

Firmo los papeles y se los entrego a Black, ya está hecho ya tiene su Manada de vuelta. Espero que Bernabhet de con algo para cuando haya terminado el mes. No quiero ser su Alfa si eso implica que Caleb no lo es.

Yo no necesito esto, solo quiero tener una vida normal junto a mi hija.

Destinada al AlfaWhere stories live. Discover now