Capitulo 37. Vamos a la guerra.

32.3K 2.7K 43
                                    


— La única solución es ir a la guerra, no hay nada más que podamos hacer? Por favor dime qué hay algo más?— le preguntó casi suplicando a Bernabhet.

— Entiendo tu postura, estaréis matando a los vuestros por recuperar la Manada, déjame pensar y trataré de buscar una solución. Pero ya te lo diré más tarde, ahora necesito dormir la siesta—

Dormir la siesta? Si son las diez de la mañana! En fin supongo que serán cosas de brujas.

No puedo seguir aquí metida con tanta presión, salgo al exterior miró que no haya nadie cerca y me quito la ropa. Es el momento de dejar salir a mi loba, se que lo que voy a hacer es peligroso pero necesito verlo con mis propios ojos.

Llegó hasta la Manada, desde la lejanía puedo ver cómo hay personas encadenadas, escucho gritos e insultos. No necesito ver nada más, con esto es suficiente, me doy la vuelta y salgo corriendo hacia la casa de Gideon.

Me transformo y me visto apresuradamente, no necesito a un Alfa celoso gruñendo a cada paso que de.

— Pequeña, pasa te vas a quedar helada— dice Bernabhet desde la entrada del árbol.

Paso detrás de ella y me siento cerca de la chimenea, la verdad es que si que hoy el día está un poco frío.

— Ya lo tengo todo pensando, no sé si resultará pero siempre y cuando llevemos a alguien del consejo no podrá negarse—

— Sabes también como yo que el consejo nos ha dado la espalda, dudo que alguno de ellos quiera acompañarnos—

— Quién ha dicho que vaya a ser por voluntad propia— dice y comienza a reír.

Me ha explicado su plan y bueno con un poco de suerte puede ser que salgamos victoriosos. Si no es así, está vez no podremos escapar y menos con vida. Lo peor es la espera para poder llevar todo a cabo debemos esperar tres días, otros días de sufrimiento para los pobres omegas.

****

— Serenety preferirá que te quedarás, pero se que dirás qué no— dice Caleb entre preocupado y resignado.

— Si ya sabes la respuesta para que preguntas— respondo y le doy un pellizco en el antebrazo.

Salimos al exterior, ya estamos todos, bueno no, falta la bruja y su hijo. Supongo que nos esperan en los límites de la Manada.

— Al fin llegáis— dice Bernabhet frunciendo el ceño, a su lado está Black y su beta y detrás de ellos dos personas más, supongo que ellos deben de ser del consejo. Se les ve asustados por lo que no necesito preguntar los métodos ejecutados para que ellos hayan accedido a acompañarnos.

Llegamos hasta el centro de la plaza del pueblo, es extraño que nos hayan dejado pasar sin ningún impedimento, creo que se trata de una trampa.

— No te preocupes pequeña, está todo controlado. Mi madre es la mejor—dice Black a mi espalda, eso hace que Caleb emita un gruñido.

En fin... Cuando termine todo esto, si es que seguimos con vida ya me pondré con estos dos.

Pasados unos minutos los tres individuos llegan triunfantes a la plaza.

— A qué se debe está visita? — dice con sarcasmo.

— Según la ley se puede retar al Alfa de la Manada en una segunda ocasión por un duelo—

— No, yo creo que no— dice con soberbia.

— Estás personas que están aquí, no piensan lo mismo. Ah, por cierto no intentes hacerles daño si no quieres una guerra con el consejo...— dice la bruja empujando a nuestros invitados.

— Está bien, y supongo que me va a retar de nuevo mi hermanito—

— No, voy a ser yo querido cuñado— digo adelantándome a Caleb.

Este me mira atónito y enfadado, ojalá y mi querida bruja no me haya metido en una muerte segura.

Sebastian me mira y sonríe.

— No tenía pensando matarte al menos de esta manera, pero si insistes quién soy yo para negarme— dice con soberbia.

Me meto dentro del círculo y el hace lo mismo. El se transforma en lobo en cuanto dan la señal, en cambio yo no lo hago. El muy tonto se cree que su brujita me está paralizando, cuán equivocado está. Dejo que me golpe primero y me tiré al suelo.

Escucho a Caleb maldecir, pero no es  momento para las distracciones. Cierro mis ojos y visualizo lo que tengo que hacer. Flexionó mis piernas y golpeó tan fuerte como puedo. No consigo lanzarlo lejos pero si aturdirlo. Esto ya lo he hecho una vez así que tengo que volver a conseguirlo.

Mientras el trata de procesar mi golpe, yo me transformo en loba y me lanzo sobre su cuello. La sangre comienza a brotar, el se aleja y se transforma de nuevo en humano.

— Qué has hecho idiota? Me ha herido—

— No lo sé, ella ha debido de bloquear mi magia— dice su bruja con la voz entrecortada.

— No te daré ningún hijo, maldita!—dice y la bruja desaparece en una bruma negra.

** Caleb ahora reclama tu puesto**

Esta vez hablo a través del link ya que sigo transformada en loba.

** Eso nunca pasará lobita de ojos violetas**

Por qué me ha hablado por el link él? No lo entiendo, de un momento a otro el se acerca al gigante y este le arranca la cabeza. El espectáculo es dantesco, ha preferido morir a dejar que su hermano volviese a retomar el poder. Que iluso.

Me alejo un poco y me transformo en humana, creo que está va a ser la última vez que utilizo está treta, supongo que mis enemigos pronto la aprenderán, porque estoy segura de que ya tengo alguno aunque yo lo desconozca.

Vuelvo feliz al lado de Caleb, pero este está demasiado serio. Bueno supongo que seguirá enfadado por mi intromisión pero ya se le pasará.

— No te enfades, ya vuelves a ser de nuevo el Alfa. Ya todo está bien— le digo sonriendo.

Todos me miran de una manera extraña, un flash llega a mi mente. De verdad no puede ser, como he podido ser tan estúpida.

Uno es dueño de lo que mata...

Destinada al AlfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora