Capítulo Tres

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𝑻𝒓𝒆𝒔 - 𝑬𝒍 𝒂𝒍𝒎𝒂 𝒑𝒐𝒓 𝒖𝒏 𝒃𝒊𝒍𝒍𝒆𝒕𝒆 𝒓𝒐𝒕𝒐


Llegó a su "hogar" que, aunque nunca lo sintió como uno, era la única experiencia hogareña que tenía desde niño. Su madre no estaba muy cuerda, las sustancias la habían vuelto loca, bueno, más que loca, ya no era la misma persona, Erick prefería evitarla antes que soportar sus insultos. 

—Al fin llegas —dijo la mujer sentada con las piernas cruzadas sobre el sofá aterciopelado—. ¿Trajiste lo que te pedí? —preguntó dejando a Erick paralizado. 

—No conseguí lo que querías —expresó Erick acelerando su paso para subir las escaleras—. ¿Comiste algo mamá?— preguntó frenando sus pasos en el primer escalón, la suela de su zapato chilló al friccionar con la baldosa del suelo. 

La mujer de pelo canoso lo miró apretando los puños—. ¿Te importa si comí o no? —preguntó volteando los ojos.

—Eres mi madre, claro que me importa —respondió levantando un poco la voz. 

La mujer sacó un cigarro y lo prendió, el humo salió de su boca formando una gran nube grisácea—. Sabes que te puedes largar cuando te dé la gana— expresó apoyándose sobre el mesón de mármol frente a ella—. Si tanto te importara hicieras lo que te pidiera— reprochó haciendo sentir mal al menor. 

—Solo quieres licor, tú estúpida adicción, eso es todo —expresó Erick subiendo los primeros escalones de la escalera.  

—¡Ay! Siempre sales con eso —gritó la mujer mientras volteaba sus ojos y levantaba las manos a modo de queja.  

—¡No tengo ganas de pelear contigo, mi vida es una mierda por culpa de ustedes dos, ya cállate de una vez! —gritó Erick mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Subió la escalera casi corriendo, dejando caer varias lágrimas sobre la madera del pasamanos de la misma. Se encerró en su cuarto trancando la puerta de golpe. 

«Necesito dinero» Pensaba mientras su almohada se humedecía por sus lágrimas. Pasó toda la noche pensando, no podía conciliar el sueño porque enseguida otra pregunta saltaba en su mente. Pasaron horas, su cabeza dolía, anhelaba dormir pero su cuerpo no se relajaba. Los primeros rayos de luz solar comenzaron a iluminar su habitación, que estaba vuelta un desastre, con ropa sucia y sobras de comida esparcidos por todos los muebles que en cierto modo la decoraban. 

Logró dormirse unos minutos antes de que su alarma lo despertara. 

Y lo hizo, despertó deseando estar muerto por el cansancio y el mal sueño, sabía que debía ir a la universidad por lo que quejándose y murmurando insultos tomó una ducha y se cambió de ropa. Salió de la casa con el estómago vacío ya que prefería aprovechar el almuerzo "gratis" de su universidad

y así ahorrarse un poco de dinero.

Al llegar a la universidad, se dió cuenta del montón de gente que estaba alrededor de la entrada, tomando fotos y grabando con sus teléfonos. Erick estacionó la camioneta y bajó bastante confundido por lo que estaba pasando. Se metió entre la gente para observar qué había pasado y su rostro quedó paralizado. En el suelo estaba el cadáver de Mike, este no tenía las manos ni sus pies, sus extremidades habían sido amputadas, su piel estaba pálida y llena de moretones y heridas, alguien lo había asesinado y dejado allí, todos lo estaban viendo, todos murmuraban cosas inaudibles, pero Erick estaba congelado, sintió frío recorrer su espina dorsal, un choque de electricidad  al notar el tejido necrótico que rodeaba los huesos expuestos del cadáver de Mike. 

DETRIMENTO BL/+18Where stories live. Discover now