Capítulo Nueve

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𝐍𝐮𝐞𝐯𝐞 - 𝐋𝐚 𝐦𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐌𝐢𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐫𝐤𝐞𝐫 


—Debí hacer esto antes —expresó cortandole un mechón de cabello, la cantidad necesaria para su plan y lo suficientemente oculta para que Erick no se diera cuenta al verse en un espejo.

Miraba a los lados preocupado por ser descubierto. —Duermes como muerto Erick —le dijo al cuerpo inconsciente del rubio.

El chico tomó el cabello y lo metió en una bolsa con cierre. —Me gustas mucho —dijo inclinándose para besarle la mejilla.

Al caminar a la salida se frenó de golpe. Frotó su rostro al darse cuenta de que por poco arruinaba todo.

El frasco de somnífero con letras resaltantes en color azul que gritaban "Midazolam" estaba vacío. Este lo conocía gracias a su padre, siempre le hablaba de medicamentos que utilizaban los criminales para cometer delitos y este era perfecto para lo que él necesitaba.

«Olvidan todo Mike.»

Días antes había hablado con la señora Lilian, la madre de Lisa, una mujer conocida por sus extraños tratos con personas poderosas de la iglesia y que en sus tiempos libres se dedicaba a estudiar libros antiguos con dibujos inentendibles.

«Solo necesito un mechón,  caerá a tus pies Mike.»

Sus pasos eran veloces, debía llegar a la casa de esa mujer antes de que el cielo oscureciera, o al menos eso fue lo que ella le dijo.

Pasé de ser la persona más escéptica a creer en estúpidos hechizos, pero estaba ciego, Erick me había "arrancado los ojos".

La casa de Lisa era bastante ornamental, con pilares de yeso enrollados desde el suelo al techo, las ventanas eran azuladas con hierro forjado sosteniendo el cuerpo de los cristales en su sitio. Toqué el timbre en la entrada. Rápidamente me recibió la mujer de cabellera larga y abundante. Sus movimientos eran delicados y cuidadosos, estos delataban su pasado dedicado al ballet.

—Esto no es garantizado —dijo la mujer llevándolo a un pequeño cuarto forrado de rojo.

—Tampoco creo que funcione pero no moriré con intentar —aclaró Mike extendiendo la pequeña bolsa.

La mujer tomó un solo cabello, cosa que impactó a Mike. Luego, lo pasó varias veces a través del fuego de una vela. El cabello no se quemaba y Mike no podía dejar de mirarlo.

—Jugar con la magia para conseguir caprichos no es gratis, te puede hacer daño —dijo la mujer mientras seguía haciendo movimientos sutiles con sus manos.

—¿Qué podría pasarme, matarme un rayo? —expresó riendo un poco.

La mujer se detuvo de golpe.

—No le faltes el respeto, ella responde con furia y sin piedad —dijo la mujer con rostro de preocupación.

—¿Qué? —preguntó Mike. La mujer le entregó un trozo de madera, esta olía dulce, era la corteza de un canelo. —¿Para qué es esto?—. Inquirió observando el objeto rugoso con incredulidad en sus ojos.

La mujer lo mató con la mirada. —Protección — respondió colocando una pequeña foto de Erick al fuego. Esta ardió con fuerza iluminando el rostro perfilado de la mujer. El cabello de Erick fue añadido al pequeño cuenco donde ardía la foto.

—Debes beberte esta ceniza —Dijo la mujer añadiendo agua al cuenco de madera, el fuego se esfumó dejando una pequeña nube de vapor en el aire.

El rostro de Mike demostró su rechazo. —No beberé eso —dijo empujando las manos que se lo ofrecían.

DETRIMENTO BL/+18Where stories live. Discover now