Capítulo Cinco

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𝑪𝒊𝒏𝒄𝒐 - 𝑫𝒊𝒐𝒔𝒂 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝒆𝒔𝒄𝒂𝒓𝒄𝒉𝒂.

Las motas de polvo flotando en el escaso aire del lugar se apreciaban por encima de las cajas, los haces de luz que atravesaban el marco de la puerta hacían que estas pequeñas partículas se vieran por solo milisegundos antes de esfumarse en la oscuridad..

Un pequeño hilo de sangre descendía desde el cráneo hasta la mejilla de Erick, el mismo estaba sentado con la espalda torcida sobre un pequeño banco de metal.

—¿Siempre te ves así cuando estás dormido? —Preguntó la figura enmascarada. —El golpe casi me rompe los nudillos—. Dijo acercándose al cuerpo casi inconsciente de Erick mientras masajeaba su mano.

—No estoy dormido —respondió Erick apretando los puños sobre sus piernas. Estaba petrificado, como si moverse fuese pecado imperdonable. —¿Quién eres? —Preguntó. Miró de reojo, la máscara estaba hecha de cuero tintado de forma variada, en conjunto, estos trozos de piel formaban la cara de alguna especie animal, una que Erick no podía identificar por la escasa iluminación.

—Digamos que soy un mensajero —expresó, mientras sacaba del bolsillo de su camisa una carta de color negro.

—¿Quién te mandó? —preguntó Erick. —Estoy asustado—. Dijo levantando la mirada, su mandíbula temblaba a la vez que sus ojos se cristalizaron. De inmediato un golpe en su rostro le hizo mirar al suelo y llorar en silencio. Las lágrimas caían mientras su rostro palpitaba del dolor.
—Lee y calla —dijo el hombre tras la máscara.

Erick observó la carta frente a su rostro, limpió sus lágrimas y se dispuso a leerla.

90712 Rathausstrasse 12 Apartamento N°7  2:00 am

— ¡Erick! —Themis gritó golpeando la puerta de metal.

Erick estaba en shock, sus nervios lo dejaron congelado, la imagen de su abuela en la cama de hospital adjuntada a la carta le dejó atónito.
Los gritos del detective eran difusos, como si cada vez estuvieran más lejos. El hombre enmascarado se había esfumado. Erick notó la tenebrosa máscara encima de un pequeño podio de yeso que se encontraba rodeado de pinturas y pinceles.

—¡Erick! —volvió a gritar el detective, esta vez rompiendo los seguros de una patada.

—Dios —expresó la mujer con una mueca de preocupación. Ver a Erick con los ojos abiertos como platos y sangre chorreando de su cabeza era malo, de hecho, terrorífico, pero en cierto modo se sintió aliviada de que siguiera con vida, pensó en que dos muertes en menos de un mes arruinarían su reputación como directora del edificio, si es que todavía no lo estaba. 

—¿Qué fue lo que pasó Erick? —preguntó Themis sin recibir respuesta del menor.

—Tiene a mi abuela, sabé dónde está y de lo que sufre —las lágrimas de Erick viajaban sobre sus mejillas hasta caer sobre el suelo.

Themis frunció el ceño confundido —entrégame el sobre Erick —rugió el hombre.

—N-no puedo —respondió el menor apretando con fuerza el papel contra su pecho. —Si te enteras de lo que dice, asesinaran a mi abuela—. Secó sus ojos, manchando sus manos de sangre, el miedo le había hecho olvidar el líquido que seguía corriendo sobre su rostro.

Themis se acercó a Erick. —Sé que estás asustado, pero, lo mejor es que mi equipo y yo nos hagamos cargo, ¿no crees?—. A punto de tomar el sobre Erick se levantó golpeando el rostro de Themis con su cráneo.

—Lo siento —expresó Erick. En realidad no lo sentía, solo distrajo a Themis mientras introducía la carta en su boca.

Bianca se abalanzó a detenerlo pero ya era muy tarde, aunque lograran sacarle el papel de la boca a Erick, el mismo ya estaría todo roto y empapado de saliva —¿Qué mierda acabas de hacer?—. Gruñó Bianca arremetiendo una cachetada a Erick.

DETRIMENTO BL/+18Where stories live. Discover now