Capítulo 20: Rosa

735 126 3
                                    

Lo llamé inmediatamente después de que mis ojos terminaron de leer la última línea. Parecía desesperado, sí, lo tenía claro, pero no es como si no lo estuviera de todas formas. Me contestó después de varios pitidos molestos en mi oreja. Mi voz, nerviosa, tan nerviosa como pudiese estarlo, solo atiné a decir palabras entre cortadas.

—¿Q-Qué... quieres decir?

—¿Qué quiero decir con qué?

—El mensaje, Yoongi, el mensaje que me mandaste. Yo... —estaba caminando por el pasillo que llevaba directo a la puerta de salida, con una mano en mi oreja y la otra jugando con el borde de mi suéter, pero detuve mi andar mientras mis palabras lo hacían junto con ello. Estaba demasiado sensible, no entendía la razón, pero quería acurrucarme en los brazos de alguien— No importa ya. Fue un error llamarte solo por esta estupidez.

—Tienes dudas sobre todo ahora, ¿no es así? Por eso me llamaste, porque te dejó intrigado hasta qué punto quise llegar con ese mensaje.

Hubo un silencio corto. A comparación de hace algunas horas atrás, el hospital tenía muy poca gente circulando alrededor.

—Es complicado, lo sabes, lo sabemos —continuó—. Todo esto va más allá de una simple relación. Yo podría besarte, follarte mil veces, y jamás se sentiría como si fuésemos una pareja normal, no lo haría, porque no somos una pareja normal. Ni siquiera somos una pareja. Tú eres tan inestable como lo soy yo, y más que eso, somos un conjunto de piezas que unidas forman la peor de las bombas. No estoy listo para estallar, no si eso implica que esta vez muy a diferencia de las otras será con alguien a mi lado. Tú sabes cómo son las cosas; cuando yo no te haga sentir amado lo suficiente, tú-

—Yo voy a buscarlo en otros chicos, porque lo necesito para seguir, para no hundirme. —lo corté completando su frase, como si esto fuera parte de las líneas de una obra que ya me sé de memoria.

—Exactamente, Jiminie, eso es lo que quiero decir. Y yo voy a romperle la cara a cada una de las personas que sepa que alguna vez llegaron a tocarte. Seguramente estaré tan drogado que ni siquiera mediré mi fuerza. Puede que esa persona no se lo merezca, puede que esa persona simplemente te ame de la forma en la que quieres y que yo sienta impotencia porque no puedo hacerlo.

Mi rostro palidece de repente pensando en lo que acaba de decir. Recordé las marcas de golpes en su rostro.

—Jungkook, no... —mi voz titubeó antes de poder salir por completo— ¿Era por eso las heridas en tu cara?, ¿los moretones en tu cuerpo? Los signos de pelea... Tú y él... ¿Empezaste el jodido ciclo que acabas de decir? 

No me respondió, parecía que no quería hacerlo, pero yo ya tenía una respuesta aún en el sonido muerto al otro lado.

—Si te digo que sí, ¿vas a odiarme? 

No lo admitió, simplemente habló de forma tímida.

—No- no, Yoongi, no podría. Pero... ¿por qué?

—No lo sé, esto nunca me había pasado antes, ¿entiendes? Nunca. Vi tu teléfono, estaba sonando tanto, eso me llevó a tus mensajes con él... Las cosas que él te decía. Yo no pude contener las ganas que tenía de romperle toda la cara. No era así, no era así para mí ni nunca lo fue; jamás tiré un golpe por alguien que no fuera yo mismo. Lo siento, aunque en realidad no lo haga porque disfruté todo lo que sufría, pero-

—¡Yoongi! Joder, si te vas a disculpar así mejor no digas nada.

—Eh, cariño, no te enojes conmigo, ¿sí?

Mis piernas temblaron levemente ante el apodo, y solo fue entonces cuando volví a emprender camino hacia la salida. —No me digas así, y no estoy enojado. Pero tienes que detener todo esto. No puedes ir por ahí golpeando a todo aquel que se me cruce porque a veces simplemente es mi culpa que lo hagan. Yo y mi reputación. Soy una puta, me conocen como tal.

—¿Qué fue lo que decía el mensaje que te mandé?

—¿Uh? ¿A qué viene eso?

—Solo repítelo.

—Decía que no te necesitara, que no te quisiera.

Salí y, apenas tiré de la puerta hacia atrás, el aire me hizo sentir un leve escalofrío. Estaba helado, ni siquiera el suéter que traía encima lograba hacer que aquello se sintiera menos.

—Quiero que no lo hagas, espero que no lo hagas, porque todo esto que empecé es incontrolable. Yo sé que volveré a hacerlo, pero si tan solo tú dejaras de quererme y volvieras con esa actitud fría de "solo quiero amor, cuando no me sirvas me voy", entonces sería todo más fácil para ambos.

Solté un suspiro estruendoso, lo hice porque en mi interior sabía que era imposible. A pesar de las migajas de amor que sabía que recibiría, ahora que estaba cerca de Yoongi y habiendo pasado todo lo que pasó, no creo que pueda despegarme de él aún si lo intento con todas mis fuerzas. Ya lo necesito cada vez con su tacto en mi cuerpo y sus miradas cortas, frías, distantes.

«Encendiendo fuego dentro de mí cada vez que me toca».

—¿Tienes frío?

El cambio de tema repentino me confundió de forma instantánea, pero asumí que se trataba a mi largo silencio en el cual no había dado respuesta alguna. Le dije que sí y la llamada se cortó, no supe si sentirme mal o cómo hacerlo respecto a eso, pero antes de que pudiese dar otro paso una mano me detuvo por detrás, agarrando mi cadera con suavidad. Me tensé de forma instantánea dándome vuelta, viendo a Yoongi detrás con una cajita y dos cafés en ella. Fruncí el ceño, no podía estar más desconcertado, mientras él se acercaba más a mí con una sonrisa.

—Estuve esperándote.

—¿Todo este tiempo? —cuestioné.

—Sí, absolutamente todo este tiempo. Excepto hace unos minutos, cuando fui a comprar esto.

Mi cara se debió haber puesto roja; no es que no lo sintiera porque el calor que se acumulaba allí me lo hizo saber, sino porque Yoongi hizo un comentario bobo sobre eso logrando que mi vergüenza fuese mayor. 

—Eres un estúpido, pudiste quedarte conmigo dentro, no dejarme después de decir todo eso —solté molesto—. No sabes lo inseguro que me puse. No tienes idea de todo lo que te odié.

Él se acercó depositando un beso en mis labios, pequeño como deseoso. Estas actitudes eran tan cursis, pero me acostumbraría a ellas toda la vida si Yoongi fuese así todo el tiempo. 

—Tenía que pensar algunas cosas y omite cualquier comentario sobre esto, te voy a acompañar a casa y vas a beberte tu café, no quiero ser hostigado con lo raro que es que yo haya hecho algo así.

Me reí, tomé su mano mientras lo hacía después de sacar de la caja el café; estaba muy caliente y fue un alivio ante mis helados labios sentirlo cuando probé un poco. —Mañana tenemos que ir a clases. 

—Sí, es una lástima que todo esto se acabe tan pronto.

No supe si hablaba del momento o de nosotros exactamente, quizá el comentario fue hacia los días que habíamos pasado juntos, no lo entendí. Seguimos caminando juntos sin soltar palabra alguna, hasta que yo rescaté un poco de lo dicho anteriormente para poder hablar.

—Es una lástima esto —mi voz fue lo suficientemente baja como para que él no la oyera pero sabía que sí lo había hecho—: necesitarte como lo hago, que me gustes como lo haces, pero intentar impedirlo porque ambos creemos que no merecemos ningún atisbo de felicidad. Lo camuflamos con excusas, tantas como queramos, pero los dos somos iguales. Yo, tan inseguro que necesito sentirme amado constantemente, y tú tan jodido que necesitas permanecer bajo efectos de una sustancia para no permitirle a tu cabeza pensar en tus inseguridades.

Aquel silencio que siempre nos rodea termina por hacerlo todos los largos minutos que nos tomó llegar hasta mi casa. Sus ojos no miraron a los míos en ningún momento, pero, cuando le hice una pequeña invitación a quedarse aún si es por un pequeño lapso de tiempo, lo aceptó sin pensarlo.

Me dijo que sí porque prefería mis caricias y mis largas charlas en vez de su vacía cama escuchando su cabeza repleta de aquellas juguetonas e incordiases voces. 













DRAMA KING. ➸yoonminWhere stories live. Discover now