Capítulo 59: Hechos

454 84 0
                                    

—Nombre.

Vi una luz pasar frente a mis ojos, como una pequeña linterna que enceguecía de repente mi visión. Sonreí, era algo abrumadora. 

—Repito: Nombre.

—Vete al infierno. 

—Jimin, no vas a progresar si sigues insistiendo a no cumplir con tus chequeos médicos, son necesarios.

Quise reírme en su cara. 

—¿Necesarios para qué? A nadie de aquí le importo una mierda, así que mi estado no es relevante.

Namjoon salió detrás del doctor mirándome con seriedad. —¿Vas a continuar siendo un maldito niño malcriado? Creí que con lo de Yoongi estábamos dando un paso. 

—No hables de Yoongi —mi sonrisa se desvaneció, probablemente incapaz de mantener ese tema a flote sin sentir esa presión en el pecho antes—. Solo no quiero que levantes nuevos cargos en su contra, déjalo así.

—Claro, Jimin, cooperaste, así que lo voy a dejar así, y si sigues manteniéndote al margen podrías incluso salir de aquí sin la necesidad de llevar personas para que estén vigilándote. —bufó.

—¿Por qué hacen esto? ¿Por qué haces esto con ella? Realmente no lo entiendo, no soy tan importante.

—Sí lo eres. Estás mal, Jimin, casi demente, debemos vigilarte de cerca. Y no estoy en contra de que el dinero de tu padre con el del mío se junte, ¿no sería eso un beneficio para ambos? Tampoco estoy en contra de solucionar tus problemas, tienes algo mal en ti, querido.

Me retorcí ante el apodo y empujé lejos al doctor, vislumbrando entre la poca luz que desprendía mi lámpara de noche el rostro de Namjoon y la forma en la que parecía haber cambiado.

—Ni siquiera sé de qué lado estás ahora, Namjoon. Mírate, pensé que podía confiar en ti y no eres nada más que una copia masculina de mi madre encandilada por el dinero.

—Solo estoy del lado de lo que es correcto, y el rumbo de vida que planeas llevar, Jimin, no lo es. Ahora estás bien, a salvo, en casa. Estamos cuidando de ti y deberías valorarlo.

—Por supuesto, eso es lo que se dicen a ustedes mismos para mantener limpia su conciencia.

Sabía que estaba enojándolo, y él ni siquiera intentaba retenerse. 

—Pequeña mierda malagradecida- Mira, hay alguien esperándote afuera, y no voy a dejar que entre a esta habitación hasta que tú me pidas perdón. 

—¿Quién?

—¿Me ves con cara de que te voy a decir algo? No. Colabora, pide perdón y promete que realizarás todas tus actividades diarias sin chistar. Quiero que te recuperes, por si no te has dado cuenta.

Yo realmente no quería decir que lo sentía, pero, ¿y si era Yoongi quien estaba visitándome? Me queda alguna ilusión tenue, aún si carecía de sentido tenerla.

Agaché la mirada, pero no por mucho, porque de repente vi algo que sobresalía del bolsillo delantero de Namjoon. Era un celular. Así que le pedí que se acercara, abrazándolo como pude, intentando no vomitar en el intento, y dije en su oído:

—Lo siento, Namjoon. Haré todo lo posible por enmendar mis errores y por recuperarme.

Joder, eso es exactamente lo que haría, pero no de la forma en la que él piensa. Mientras Namjoon soltaba un suspiro victorioso, yo moví mi mano intentando coger el teléfono y, lográndolo, tiré de él por debajo de las sábanas con cautela antes de que pensara siquiera en separarme de su cuerpo; y lo hizo, probablemente un minuto más tarde.

DRAMA KING. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora