Capítulo 33: NC

515 103 4
                                    

Después de un tiempo me di cuenta de que Yoongi no solo estaba mal porque yo no había estado por días junto a él, algo más pasaba. 

Nosotros habíamos bajado las escaleras y Jiyeon seguía allí, entonces dijo cosas, cosas que me hicieron pensar.

Recuerdo cómo sus pequeñas manos tocaban el rostro de Yoongi pidiéndole que lo mirara, con una voz entre suplicante y bochornosa. Estaba avergonzándose enfrente de mí. Le dijo que siempre lo estaría esperando y que, si llegase a necesitar algo, no dudara en llamarla. Se despidió con una sonrisa triste en los labios, yéndose sin unas gracias, o alguna promesa que aseguraba que se verían de nuevo. Yoongi no parecía siquiera atento a sus palabras. 

La puerta sonó con un pequeño golpe avisando que ella probablemente no volvería a entrar por allí si no era llamada, si no era necesitada. Como si su trabajo ya hubiese acabado y, ahora, le tocaría a alguien más. 

Alguien como yo, incorporando justo en ese momento el peso de esa mochila cargada de sentimientos en mi espalda.

La tarde de ese día avanzó lentamente, tanto, que creí que el día no acabaría nunca.

No tenía ganas de que lo hiciera. 

Habíamos tenido una discusión acalorada luego de que Jiyeon se fuera. Mis palabras no eran nada comparadas a las de él, apenas podía escucharme ante sus gritos. Era difícil para mí controlar la situación, cosas como… insultos, ¿sí? Era como un montón de insultos, ni siquiera hacia mí, sino hacia él mismo. Sus manos no dejaban de temblar, hasta que me di cuenta, ya al anochecer, que aún seguía solo. ¿Por qué su mamá no ha llegado a casa si ya era tarde?

Yoongi se sentó cubriendo su rostro entre sus manos. Mi mano fue hacia su espalda, como una caricia que parecía alentadora. La pelea había terminado justo en ese momento, cuando estuvo demasiado cansado como para continuar.

—¿Por qué ella no está en casa? —le pregunté sin temor de hacerlo, no como antes.

Sus ojos me vieron después de un rato de mantenerse escondidos, me observaron, y, se encogió de hombros. —No lo sé, ella se fue hace días. No dijo nada. 

Justo cuando su voz se arrastró en la última palabra, me di cuenta de lo que estaba pasando.

Había un olor muy fuerte, algún tipo de alcohol, quizá en el piso, quizá porque estuvo regado por ahí. O quizá porque de eso fue de lo único que Yoongi ha estado viviendo desde una semana entera. Levanté un poco su cara sosteniéndola con mis manos; no lucía bien. Ese era el problema, nunca lució bien. Vivió dependiendo de sus propias palabras, diciendo que no necesitaba de nadie para seguir adelante, que él podía solo. Pero, cuando el universo decide darle todo lo que siempre quiso, se da cuenta de que realmente no es lo que quiere. Le aterra, esto, la soledad. Una habitación vacía repleta de nadie más que él mismo.

Necesita algo que sea real de lo cual poder sostenerse. 

Y yo sabía que lo único real que había, era el nosotros al que ambos estábamos aferrándonos.

—¿Saliste de fiesta estos días? —volví a hablar.

Asintió, como si fuera solo un pequeño bebé que necesita atención. Sonreí con pena mientras movía mis pulgares, aun con mis manos sosteniendo su rostro, dando caricias pequeñas.

—Cuando tú no estás dependo de ellas como si fueran la peor de las drogas. —musitó.

—Estuviste con otras personas, ¿no es así?

Quitó mis manos del lugar en el que se encontraban para poder desviar la mirada. Quise decir algo, pero no pude. Solo necesité eso para saber que lo había hecho.

No hubo más palabras hasta que volvimos a vernos; no lucía arrepentido, no es como si necesitase estarlo tampoco.

—¿Vas a dejarme ahora? —preguntó.

—No… ¿Qué? Nunca he dicho que voy a hacerlo.

—Pero estás decepcionado.

—Quizás solo lo sabía y ya. —me encogí de hombros.

—¿Todo el tiempo va a ser así? Vas a irte y yo voy a meterme con otras personas, entonces llegarás y me dirás que ya simplemente lo sabías. O, entrarás por esa puerta y estaré aquí drogado hasta que ni siquiera pueda levantarme, quizá hasta muerto por una sobredosis. ¿Es eso lo que realmente quieres para tu vida? 

—No exactamente. Yo tenía planeado vivir del dinero que me daría acostarme con hombres lo suficientemente ricos como para costearme algunas cosas, justo después de que mi mamá se volviera loca y dejara de depositar dinero en mi cuenta. Pero, creo que lidiar con un drogadicto es mucho más divertido. —había cierto humor en mis palabras, si no es que completamente.

Él sonrió, sus labios se ladearon hasta dejar ver sus dientes; me gustaba verlo de esa forma. —Eres un loco de mierda, ¿alguien te lo ha dicho?

—Sí, un par de veces. Y también te quiero, Yoongi, y te perdono; si eso es lo que querías escuchar.

Mordisqueó su labio inferior tirando de mi brazo haciendo que yo cayera encima suyo en el sofá. Me reí, esto era demasiado meloso y patético incluso para nosotros.

—No es lo que quiero escuchar, no me interesa que no me perdones. 

—Claro que sí, Yoongi. Sigue mintiéndote a ti mismo.

Volví a reír, hasta que vi cómo su rostro se ponía serio de repente. De verdad, daba miedo. Su ceño se fruncía un poco y su mandíbula se tensaba como si quisiera golpear algo. Era realmente extraño.

—Eres un ser inconsciente, ¿sabías? Te estás entregando completamente a la destrucción sin miedo. Mañana todo puede acabar, ya no habrá ni siquiera esta fina y tensa línea que nos sostiene, y veo en tu cara que no tienes idea de qué harás después de ello. 

Escuché, como si se tratara de algo de suma importancia, solo para decir que veía exactamente lo mismo en la suya.

Luego nos besamos un par de veces, como siempre. 





•     •     •





Eran las cuatro de la mañana y yo estaba caminando a casa. Yoongi no sabía que me fuí, de hecho, con sus toscas palabras me pidió que me quedara; tuvo un extraño ataque que incluso me dio miedo, pero se calmó cuando vio que estaba con él. Dejarlo me dio tristeza, pero debía ir a buscar algo de ropa y algunas cosas mías a mi casa si lo que quería era quedarme con él esa noche. Si no fuese por su culpa, y lo adictivas que resultan ser sus manos sobre mí, realmente no habría ido tan tarde.

Estaba todo oscuro, solo había una pequeña luz que alumbraba desde lejos algunas de las calles. Pasaban autos, muy pocos, por eso me sorprendí cuando uno paró cerca de donde yo estaba, bajándose de él un hombre que de lejos me resultó familiar.

Estaba vestido casi completamente de gris y negro, por lo que para mis ojos fue difícil darme cuenta a tiempo de quién se trataba, pero luego, cuando estuvo los suficientemente cerca, vi que era Taehyung. Su cara lucía bien, como siempre, y una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios como si estuviera viendo lo que hace mucho tiempo estuvo intentando encontrar. 

Le sonreí de vuelta, como un estúpido. Era difícil no hacerlo. Nadie que no viera lo cautivador que este hombre era podría decir que no ha realizado un acto afectuoso en su presencia.

Taehyung me saludó, y luego me preguntó a dónde me dirigía y por qué tan tarde.

—Vengo de la casa de Yoongi, necesitaba traer un poco de ropa de mi casa porque planeo quedarme con él.

No di más detalles ni dije que Yoongi estaba mal, perdiéndose a sí mismo en lo que eran sus torcidos pensamientos y la horrible forma de vivir que actualmente estaba teniendo. 

Taehyung me susurró en el oído que él podía darme un aventón. No tuve más remedio que aceptar, algo avergonzado. De todos modos mi casa no quedaba más de un par de cuadras más allá, no sería la gran cosa. 

No sería un gran paseo.










DRAMA KING. ➸yoonminWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu