Capítulo 28: Violeta

644 115 3
                                    

Toda la escena se repitió como la de una película vieja que se ha visto un millón de veces. Yo estaba sobre Yoongi en mi cama, levantándome con mis brazos y quedando justo enfrente de su rostro, su ceño estaba fruncido como lo es comúnmente y mi teléfono como el suyo estaba en silencio a un lado de la cómoda. Sus manos recorrían mi cintura, haciendo que mi cuerpo sintiera que iba a desvanecerse en cualquier momento.

El ambiente estaba denso. Y con decir denso quería decir que era algo incómodo entre ambos estar en esta situación, donde los dos queríamos ir más allá pero no podíamos.

Nos habíamos estado besando un poco, y cada vez que lo hacíamos, se sentía mejor que la vez anterior. Era fantástico.

—Si nosotros tuviéramos sexo ahora, ¿significaría algo más para ti? —le pregunté.

Seguíamos mirándonos directamente, pero él no cambió su semblante por más que lo que dije llegó sin previo aviso.

—No lo sé —se encogió de hombros—. No creo ser capaz de dar una afirmación incierta. Quizá lo que diga varíe cuando acabemos. El sexo nunca significó nada para mí. Pero, si quisiera hacerte sentir amado en una cama, no lo haría ahora, no con tu hermano a dos habitaciones de aquí. Y no a sabiendas de que tendríamos que terminar esto rápido, porque sería especial. Es diferente, ambos términos lo son. Si tú quieres que tengamos sexo, nosotros podría... 

Lo corté, lo detuve mientras cambiaba de posición mi mano dejándola en su pecho; estaba cansado de mantener mi cuerpo a esa altura pero era soportable. —Quiero que signifique algo para ti. Quiero sentir que mañana voy a despertar y seguiré con la satisfacción de que esto, siendo lo placentero que fuese, implantó en ti un sentimiento más aparte de ese. Me gustaría saber que necesitarás más de mí aún cuando hayamos acabado, pero, no solo sexualmente, sino de cercanía. Yo… solo... lo necesito.

Me dejé caer sobre su pecho cuando definitivamente estuve cansado de sostenerme. Y así era: yo quiero, yo necesito, a mí me gustaría. Todo el tiempo esas palabras se repetían en mis oraciones. ¿Por qué yo quería? ¿Por qué yo lo necesitaba? ¿Por qué a mí me gustaría esperar cosas de él? ¿Por qué lo hacía?

¿Qué clase de persona iba directo al dolor camuflándolo como algo bueno? ¿Para su conciencia?

«Eso es lo que hago», me digo constantemente. «Esto es bueno. Esto es agradable. Estarás bien. Están bien ambos», mi cabeza lo repite solo para cerciorarse de que estoy siendo lo suficientemente creíble para mí mismo. Pero lo que en realidad ocurre, es que, muchas cosas me están doliendo. Hay muchas astillas clavadas, intentando opacar el dolor solo hago que se hundan de forma más profunda. 

Yo no solo quería que el sexo conmigo significara algo para él.

Yo quería significar algo para Yoongi. 

De esa noche voy a recordar muchas cosas: su forma sutil de rechazar mi oferta sexual, porque me demostró con sus palabras que yo era mucho más que un cuerpo para él, recordaré también las caricias constantes a mi espalda, subiendo, bajando, besando mi frente, cantando bajo porque es una de las cosas que suele hacer cuando está apunto de dormirse. Habían pasado tan pocos meses, y a pesar de que no lo conocía a fondo, yo sabía más cosas de Yoongi que de mí mismo.

Comenzó una suave llovizna, como comienzan todas las tormentas, primero con unas cuantas gotas hasta acabar con fuertes truenos. Gracias a esto, el frío se propagó por el cuarto; la voz de Yoongi cantando bajito mientras yo tiritaba medianamente. Besé sus labios antes de escabullirme de entre sus brazos para cerrar la ventana que, abierta, lograba hacernos helar al instante.

Mis pies tocaron el suelo e hice algo que quizá no debí: mirar hacia la mesita de noche, observando la pantalla de nuestros teléfonos. Aún en silencio, la pantalla del móvil de Yoongi brillaba mostrando mensajes que llegaban. Eché un vistazo porque quizá la curiosidad me carcomía de una forma insana, así que por el rabillo del ojo leí el nombre "Jiyeon". Había tantas palabras, pero no me fue difícil leer cuando estaba ahí de pie mientras los mensajes no dejaban de caer uno debajo de otro. 







De: Jiyeon. 20:33 p. m. | Nosotros no vamos a dejar de enamorarnos. Y tú no te enamoraste de alguien más, solo estás confundido. Somos almas gemelas, y las almas gemelas permanecen juntas a pesar de todo. No sé qué tiene él que llamó tu atención, pero supongo que siempre te dedicas a querer arreglar lo que está roto. Los corazones no son un juguete, Yoongi, no puedes ir por ahí intentando arreglar a personas si tú ni siquiera puedes arreglarte a ti mismo.







Sentí una presión inquietante en el pecho, quizá no debí dejar que aquella escritura me afectara pero no pude evitarlo. Entonces, cuando levanté la mirada, me encontré con que Yoongi estaba observándome con la cabeza apoyada en el respaldo de mi cama. Se veía como si tuviese sueño, pero de todas formas se acomodó para poder estirar su brazo y agarrar su teléfono, bajando su dedo para leer los mensajes. Tuve miedo, pensé que me gritaría o algo por el estilo. Él era tan impredecible. Pero no hizo nada, se quedó callado, hasta que di un paso alejándome solo para recibir la primera palabra luego del incidente.

—¿Por esto tienes esa cara?

Negué con la cabeza. —No tengo ninguna cara, no leí nada. 

—Yo nunca dije que leíste algo. —sonrió.

Me sentí algo estúpido pero no lo demostré.

—Cada cosa que dicen estas letras son pura mierda —él continuó—. Yo estoy seguro de lo que quiero. No estoy intentando arreglarte, estoy intentando que nos arreglemos. Jiyeon cree que puede atarme con toda esa mierda de las almas gemelas, pero eso no existe. Tú no encuentras a tu alma gemela, tú encuentras a alguien que es totalmente diferente a ti pero terminas jodido por él aún a pesar de eso. Tú no eres mi alma gemela, ella no es mi alma gemela. Pero, tú sí eres algo que Jiyeon no es: eres mi presente, mi ahora. Lo que pasé junto a Jiyeon no es más que un pasado polvoriento que ya no tiene remedio.

—¿Y qué hay de nosotros? ¿No somos un presente que no tiene remedio?

—Claro que no, somos un presente y el remedio somos nosotros mismos. Vamos a salir de todo esto. Tú puedes con lo que yo soy, a pesar de que no lo demuestres, y yo puedo con lo que eres. Solo… deja de ser tan jodidamente inseguro con cada cosa, mira que si te estoy diciendo que te quiero es porque en realidad lo hago no porque soy un imbécil que solo quiere follarte. Ya, ¿no lo ves? Te lo he demostrado, ve hacia atrás, a la persona que era en un mes, o incluso dos antes de esto, cambié más de lo que he cambiado en años. Solo créeme viendo más allá de las cagadas que me pueda mandar, o de lo jodido que esté todo. 

No recuerdo haberme sentido de esa forma hace mucho. Se sentía real, tanto así, que yo quería que este momento se congelara exactamente ahora mismo, dejándonos de esta forma.

Mordí mi labio moviéndome por fin hasta el destino que tenía originalmente y cerré la ventana cuando ya estuve junto a ella. —Estoy queriéndote de una forma que no es sana. Es difícil para mí mantenerme con el pensamiento de que si un día yo llego aburrirte, si un día yo no soy suficiente...

—De eso es lo que hablo, joder, ya déjalo. ¿Es que no estás consciente de lo loco que me tienes todo el tiempo como para que me hagas dudar de lo que alguna vez pensé que podía ser amor?

No lo veía pero sabía que su ceño estaría fruncido, que sus puños se encontrarían contraídos en sí. Su voz molesta, con ese pequeño toque de desesperación, me trajo hacia mí una imagen mental de lo que serían sus facciones en este preciso instante. 

—Supongo que el amor es esto —expliqué llevando el tema hacia un lugar remoto de la habitación, salvando mi propia aura llena de inseguridades—. Supongo que tú también me hiciste darme cuenta de que amor no es lo que tenía en una habitación cualquiera, ni en cumplidos mentirosos que parecían ser dulces. 

Junté las cortinas, mirándolo. Por primera vez en ese momento sus ojos se suavizaron, quedando en ellos la sensación de cercanía, pureza y empatía.







Color violeta: el violeta es un color melancólico, evoca dignidad y exclusividad. El saber que perteneces a alguien, y sentir por primera vez la sensación de que eres querido.  











DRAMA KING. ➸yoonminWhere stories live. Discover now