LA TERCERA PRUEBA

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Tras la segunda prueba, todo volvió a la normalidad… al menos, dentro de lo que se podría considerar normal para nosotros. Clases normales, tareas normales, grupo normal… en fin, como si no hubiera más pruebas. Y es que junio estaba muy lejos y hasta mayo no había que preocuparse por nada referente a la tercera prueba. Al menos, los organizadores serían tan "gentiles" que les dirían en qué consistiría y todo. Era más o menos como un examen en el que dejaran sacar los apuntes. Esos exámenes nunca me gustaron porque las preguntas siempre están rebuscadas y temía que pasara algo parecido en esta ocasión.

En fin, que todo era la mar de aburrido y así continuaría hasta mayo… o eso pensé. A veces odio acertar, pero a veces odio también cometer errores.

—Bella, ¿tienes un momento? —me preguntó Harry un día. Yo estaba en la enfermería, rodeada de libros, así que no podía. De todas formas, Pomfrey podría haberlo dicho de otra forma.

—Largo, Harry —espetó—. Déjala estudiar, que me tiene contenta últimamente.

—Puedes ser más borde si quieres, jefa, que no se molesta —solté, sarcástica—. Ya ves, estoy encadenada aquí casi literalmente. Prueba con Hedwig , ¿va?

—Sí, de acuerdo —dijo Harry, yéndose—. Luego te veo…supongo.

Asi que se fue cabizbajo. Lo que pasara en el camino de la enfermería a la torre supongo que dar lo mismo, aunque de no haber dado igual no habría podido contarlo de todas formas… en fin, me estoy rallando. Paso directamente a lo siguiente.

Harry llegó a la sala común, donde estaba yo encima de la cabeza de Hermione, mientras ella estudiaba, y nada más abrió el agujero las dos miramos al mismo tiempo. Parecía preocupada por algo. Tras contarnos el deplorable estado de mi yo humano, conveniente ir arriba, a la habitación, pues tenía que contarnos algo bastante curioso. El énfasis que puso en la palabra "curioso" me escamó, y pareció que a Hermione también, porque dejó los libros en los que estaba embutida y lo siguió. Tuvimos razón en escamarnos, sin duda, pero no me pillaba exactamente por sorpresa.

—Bueno, cuéntanos —dijo Hermione, sentándose en la cama de Harry. Él hizo lo propio, pero yo aún no; acababa de ver un ratón y decidió cazarlo mientras lo contaba.

—Bueno, fue en la clase de Pociones —dijo Harry—. Te acuerdas de que Karkaroff entró como Pedro por su casa en la clase, ¿verdad, Hermione? —ella tuvo que asentir, porque él continuó—. El caso es que parecía bastante nervioso por algo, así que tiré la bilis de armadillo al suelo aposta para ver qué pasaba, justo cuando la clase acababa, y no sé si hice bien o mal, porque me enteré de algo extraño.

—Si es que Karkaroff es un mortífago, eso ya lo sabemos —dije, ya de humana; acababa de coger el raton por la cola.

—Ya, ya lo sé, no es eso lo que… —Harry se detuvo a media frase y puso cara de no entender nada—. ¿Qué haces con ese bicho?

—Es un pequeño aperitivo —dije, antes de abrir la boca a tope para meterme el ratón enterito.

—Euuugh, qué asco —gruñó Harry, seguramente con cara de haber comido un limón. Yo no lo sabía, porque estaba ocupada degustando el ratón.

—Joder, parece Diana en la serie "V" —murmuró Hermione. La miré y parecía un punto de echar hasta la primera papila. Los dos lo estaban—. ¿Cómo te puedes comer eso?

Cuentos De Lechuza Where stories live. Discover now