Sleep well, my angel ⚠️ Richy x MC

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¡ATENCIÓN! Esta historia contiene spoilers del capítulo 10. Si eres nuevo, no leas este Oneshot. Gracias (Pongo aviso porque sí, sucede de verdad que se comen spoiler XD)
OneShot inspirado en esta canción.
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Aquellos disparos le habían fallado el plan. Richy no había contado con que Dan tuviera un arma. Se podría decir que, ya no podía volver a su plan original.

El joven, herido, soltó a Hannah, calculando el tiempo para que ella despertara y pudiera fingir que él también estuviera encadenado todavía. Las heridas incluso la harían creer que él estaba peor que ella. Nada mejor que ocultar su crimen que fingiendo que el secuestrador se había desquitado con él.

En cuanto Hannah se marchó, dio comienzo a sus últimos planes. Tenía que contarle la verdad a MC.

Extraño, MC no contestaba a su llamada. Probó a conectarse en el chat de su propio móvil, dado que con el número desconocido no había funcionado. Tan solo Jessy le había escrito.

Lo suficiente para al menos contarle la verdad a alguien antes de acabar con todo.

Comenzó a llorar, sabiendo que lo que había hecho estaba mal. Los errores que había cometido hasta llegar ahí. Tanto en el pasado como en el presente. No podía regresar.

Observó la máscara que le había acompañado durante todo su crimen. Ya tenía que desaparecer.
Cogió el bote de gasolina y empezó a empaparlo todo. El fuego era lo mejor para borrar cualquier prueba. Eliminar sus crímenes. No solo la sombre del hombre sin cara o Michael Hanson iba a desaparecer. También él.
Sacó el mechero con el logo de su negocio, el garaje de los Roger y observó la llama. La mecha que lo prendería todo.
Lo dejó caer y observó cómo en poco tiempo, las llamas empezaron a bailar en el recorrido que había preparado.
Se sentó apoyando su espalda en la pared, recordando todo lo que había hecho, el daño que había causado.
Seguramente, en su mente ocuparía Jessy, la persona a la que le había confesado sus crímenes, pero no. Lo ocupaba MC. La chica a la que había amenazado durante la búsqueda de Hannah. Recordó lo asustada que estaba al haber fingido su muerte, tras compartir momentos de risa. Aquella chica que había torturado, había ocupado un lugar especial en su vida ¿cómo podía haberle hecho eso?

Cuando fingió su muerte, ella no colgó la videollamada, se quedó allí diciéndole que todo iba a salir bien, a pesar de que ya había parado él de ''respirar'', manteniendo la pantalla vista al cielo. MC seguía llamándole. Tuvo que arrastrase por el suelo para fingir que se llevaban su cuerpo pero seguía escuchado sus gritos. Se había quedado con él hasta desaparecer de verdad. Viéndole ''morir''.
Le hizo que sus días brillantes ya no existieran. Que todo lo que compartieron, desaparecieran.
Mientras estaba sentado, pensó qué habría pasado si hubiera podido hablar con ella ¿le habría aceptado sus disculpas? ¿Le habría perdonado? Tenía ahora demasiado miedo de saberlo. Demasiado miedo de, si hubiera salido bien su plan, haber cogido su mano con confianza. No hubiera podido.
Miedo de que si le hubiera visto, tan solo hubiera visto el monstruo en que se había convertido. El monstruo que ya se tenía que marchar.

Suspiró, notando el calor del fuego. Le costaba respirar. Su cuerpo le pedía toser para poder limpiar sus pulmones del humo.
   — ¡Richy! —escuchó en la distancia.
    Abrió los ojos, sorprendido por aquella voz. Una voz femenina.
   — ¡RICHY! ¡¿Dónde estás?! —de nuevo la escuchó.
    Creyó que el humo le hacía delirar, así que no se movió.
El lugar donde una vez era para refugiarse, se había convertido en una tormenta de fuego.
   — ¡RICHY! —tercera vez. No podía ser entonces su imaginación.
    Con esfuerzo, se empezó a levantarse del suelo, comenzando a caminar en dirección donde la voz había sido escuchada.
Casi no se podía ver por el humo, pero tenía que continuar.

Ella no podía quedarse aquí. Ella no debería de estar aquí ahora, tendría ya que haberse reunido con Hannah.
No le podía hacer esto a MC. Quien debería quedar en la mina solo es él, no ella.
Él tendría que dormir para siempre.

Logró ver una silueta femenina a través del humo, incluso la escuchó toser. Se fue acercando poco a poco y, cuando la vio, sus ojos brillaron.
   — ¡Richy! —la joven se lanzó a abrazarlo ¿Por qué estaba todavía dentro?— ¡Te encontré! ¡Te encontré Richy! —escuchó como lloraba entre una respiración entrecortada por el fuego.
   — ¿M-MC? —Preguntó Richy, sin saber si abrazarla o no— ¿Qué... ¿Qué haces aquí? —preguntó incrédulo.
   —Vine a rescataros a Hannah y a ti —contestó, tosiendo—, venía a reunirme con Michael, pero no lo he encontrado.
    No... No podía ser... ¿No se había encontrado con Hannah?
MC continuó tosiendo, a punto de caerse por debilidad.
Richy logró sujetarla, mientras se sentaron en el suelo para evitar que se cayera.
   —Pero Hannah ya está fuera —le dijo Richy entre lágrimas— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no estás con ella?
   —Porque le prometí a Hannah que te sacaría de aquí —MC le sonrió, cogiéndole la mano—, Alan la sacó, Richy, la ha salvado ¡Está bien!
    Su sonrisa era débil y Richy podía verlo.
Negó con la cabeza. Ella no tendría ya que estar allí.
Ahora lloraba por ella. Porque estaba atrapada como él.
Tendría que estar solo. Sentarse solo a la espera de su muerte, mientras que las cenizas se esparcían por la mina.
   —No... No deberías estar aquí... —la voz de Richy estaba rota, con dolor en el pecho viéndola sonreír— MC, yo-
    Iba a continuar con su confesión, pero no logró hacerlo.
MC se mareó y Richy logró sujetarla.
   — ¡MC!
    La chica se sujetó a la sudadera de Richy fijándose en una de las heridas de balas.
   — ¿Qué...? —MC le miró confusa, intentando mantener los ojos abiertos— ¿Qué te ha hecho Michael...?
   No se había dado cuenta. Estaba tan mareada y confusa que no había pensado que esas heridas eran los disparos que Dan le había dado.
Richy continuó llorando, abrazándola. Él también estaba demasiado débil como para sacarla de la mina.
   —Lo siento... —le susurró Richy, entre lágrimas— Lo siento, lo siento, lo siento...
    La apretó contra él, escuchando la dificultad en la que respiraba.
MC empezó a cerrar los ojos, con una sonrisa en los labios.
   —Lo siento mucho MC —continuó Richy, ahora que ya parecía que se había quedado dormida—. Yo fui quien secuestró a Hannah, yo fui quien te amenazó —las lágrimas del chico cayeron en la cara de la joven— y ahora vas a morir... Por mi culpa...
    Richy se tapó la boca con una mano mientras tosía, intentando no soltar a MC de su abrazo.
Poco a poco empezaba también él a cerrar los ojos.
Era un horror que ella muriera... Otra persona que arrastraba a la muerte.

Parecía un ángel con los ojos cerrados. Durmiendo.
Intentaba mantenerse despierto, queriendo volver a caminar. Tenía que sacarla de las minas, pero cada vez que se levantaba se resbalaba, logrando al menos evitar que MC se cayera de sus brazos.
Tomó el aire cargado de humo. No le quedaba poco tiempo.
Vio unos zapatos oscuros y, con la vista nublada, poco a poco levantó la vista. Vio la muerte, vestida de negro. Sus ojos le penetraban el alma. Unos ojos fríos.
   —Por... Por favor... —Richy le habló, llorando— Déjame a mí arder... Pero sálvala a ella de las llamas, no dejes que su alma que quede aquí en el infierno conmigo —intentó separarla de él, con cuidado—. Yo he cometido muchos pecados, he hecho daño a mis amigos, ella no se merece estar aquí ardiendo conmigo, llévala a un lugar mejor...
    La muerte asintió y cogió a MC en brazos.
La chica abrió un poco los ojos y se fijó en Richy, extendiendo su mano.
   — ¿Ri... ¿Richy? —susurró queriendo alcanzarle.
    El rubio hizo un esfuerzo de alcanzar sus dedos para rozarlos.
Pero no lograba alcanzarla. Y sabía que la muerte estaba impaciente.
   —Nos... Volveremos a encontrar... —sonrió Richy, cerrando los ojos.
    MC también los fue cerrando, acurrucándose en los brazos de la muerte.
   —Duerme mi ángel —Richy escuchó a la muerte hablar—. Gracias por escoger que se salve ella en vez de ti... Tu gesto no será olvidado.
    Sonrió escuchando sus palabras.

Pagaría en el infierno por lo que hizo, pero, si MC estaba a salvo, entonces aceptaría arder por salvarla.

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