Jake

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    ¿Cuántas veces se había quedado leyendo ese mensaje? ¿Cuántas veces había soñado el escuchar su voz pronunciando aquella palabra? Y ahora que lo había hecho, se había quedado mirándola.

    La joven le miró preocupado ¿Había dicho algo malo? Tan solo había soltado un 'Jake, me alegro conocerte por fin'. Era lo único que había dicho.
    ¿Quizás se había pasado de entusiasta? O puede que haya pensado que había sonado ridícula al hablar. Pero no. Cuando vio que sus mejillas se sonrojaron, ella parpadeo confusa.
   —¿Puedes... ¿Puedes decirlo de nuevo? —preguntó él, con un poco de timidez.
   —¿Decir el qué?
    Jake se puso más rojo todavía, incapaz de decirlo. Para él, pensaba que era lo mejor que había escuchado desde hacía tantos años, que seguro que le resultaría ridículo para ella.
   —Creo que ya lo sabes... —apartó la mirada, esperando no parecer ridículo.
    Ella lo entendió, soltando una pequeña risa.
    Colocó sus manos en la cara del joven, para que le mirase directamente a los ojos.
    Él pudo apreciar una gran sonrisa en el rostro de ella, con un par de ojos llenos de vida.
   —Jake... —susurró, incapaz de borrar la sonrisa.

    Una oleada de calor recorrió su cuerpo al escuchar la dulce entonación de su nombre. Había escuchado cómo su boca se había movido de nuevo al pronunciar 'Jake'. No pudo evitar en sonreír. Su nombre en boca de ella, era mejor de lo que había soñado.
    Trató de que no saliera ninguna lágrima de sus ojos, no quería parecer que llevaba años deseando volver a escucharlo.
    Se inclinó hacia delante, presionando con cuidado su frente en la de ella. Inspiró profundamente, mientras que su corazón latía deprisa. Más. Quería escuchar su nombre más veces de ella. No quería que su nombre volviera a quedar en el olvido. Quería que ella fuera la única que lo recordase.
   —Amo cómo suena con tu voz —pronunció despacio—. Quiero poder escuchar mi nombre cuando despiertes a mi lado, cuando necesites llamarme porque necesitas ahogar tus penas, cuando me eches de menos —se separó un poco, acariciando su mejilla con cariño—. Si alguna vez te molesta algo que he hecho o dicho, si necesitas mi ayuda —vio cómo era ella al final la que parecía que iba a llorar, con esa sonrisa dulce—. También escucharla todas las noches. Por favor, hazlo.

    La joven asintió, viendo que él también tenía los ojos brillando por cómo acumulaba las lágrimas.
    Le dio un beso pequeño en sus labios, sin borrar la sonrisa.
   —Tu nombre es una de mis palabras favoritas que existen —en la voz de la joven, se apreciaba la felicidad que ella estaba sintiendo en ese momento—. Así que me vas a tener pronunciándolo siempre. Mientras que tu, señor Jake —le puso el índice en el pecho, con una sonrisa pícara— me envías al menos un mensaje cada día de que estás bien ¿De acuerdo?
    Jake se rio, cogiendo su mano y besando el dedo con delicadeza. Ella se sonrojó, viendo cómo después besaba su mano y le atraía con la otra por su cintura.
   —¿Lo sellamos? —preguntó susurrando en sus labios.
   —Lo sellamos... Jake...
    Su trato se cerró con un beso mucho más largo. Un beso que no quería romper. 

    Esa noche, su nombre se pronunció de una manera que jamás olvidaría.

Duskwood Colecciones de OneshotsTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon