Calidez

430 43 13
                                    

    Estaba con él dando un paseo. Las hojas caían danzando suavemente hasta el suelo. De pronto, para de repente, cogiéndome de la mano. Te miro confusa, pero tú cabello oscuro rebelde sale de tu capucha me hace sonreír. Me sonríes y luego me acaricias los labios con suavidad, mientras me preguntas "¿Puedo besarte?" No hace falta que te conteste, ya sabes que es lo que más deseo. 

    Y es cuando me despierto. 

    Llevo mis dedos a mis labios, recordando el dulce tacto de tus dedos. Nunca llegó a suceder. Porque aún no nos hemos conocido.
    Me levanto y me miro en el espejo. Ya sé qué color quiero ponerme hoy en los labios. Un color que solamente tú eres el indicado para besar. O simplemente quería que se vieran como en mis sueños. Rojo. Un rojo que es igual a la pasión que siento por ti.
    Muchas veces, me pregunto cómo debes ser, pero otras, siento que me da igual. Me gusta cómo hablas, cómo piensas. Definitivamente, me daría igual. 

    Decido ir a desayunar a una cafetería antes de ir a trabajar, el sueño me ha dado una sensación demasiado positiva.
    Por mucho que hable con Jessy y Richy, mis pensamientos siempre acaban en ti, Jake ¿Qué estarás haciendo en este momento? ¿Estarás buscando una nueva pista? ¿O quizás estás pensando en Hannah? Una parte de mí sueña con que pueda tener una oportunidad contigo. 

    El cálido café hace que me acuerde de mi sueño, la música de fondo hace que mi mente vuele a pensamientos hermosos, imaginándome que estás conmigo, hablando de banalidades, quizás te atreverías a cogerme la mano mientras me miras a los ojos.
    Deseo tanto poder conocerte. Pero te mantienes oculto, como si fuera algo peligroso el que nos conozcamos ¿Quizás estás jugando conmigo? ¿Soy tu medio para encontrar a tu verdadero amor?
    Alzo la vista sintiendo una punzada en el pecho y es cuando me fijo en algo. O mejor, en alguien. 

    No logro verle la cara por completo, pero sí sus ojos. Unos ojos que relucen en las sombras de debajo de esa capucha. Unos ojos que me miran como si fuera lo más importante que existe. Ojos en los que me pierdo por completo.
    Mi respiración se entrecorta al notar un escalofrío ante esa mirada. Me mira a mí. Soy la única persona a la que mira.
    Por su mirada, veo que se calma y camina hacia la puerta. Espero con el corazón latiendo más y más deprisa, como si estuviera en una montaña rusa que va acelerando cada vez más. 

    Pero nunca entra. 

   Espero un poco más y niego con la cabeza. Tiene que ser Jake ¿No? ¿Quién si no me iba a mirar como si me conociera de toda la vida? Como si ese hilo invisible tirase de mí hacia él y ahora, ese hilo se va estirando más mientras más espero.
    Me levanto de la silla, corriendo hacia la puerta.
    Miro por todas partes, pero tú ya no estás.
    Decido entonces escribirte, una pregunta totalmente inocente: "¿Eras tú el que estaba delante del escaparate de la cafetería?".
    Quiero una respuesta positiva, que de verdad me dé esperanza de que había visto al hombre con el que tanto sueño. Pero en cambio, acabas mintiéndome: "No sé de qué estás hablando". 

    Sé que eras tú. No porque mi intuición me lo decía, lo hacía mi corazón.
    Me llevo el móvil al pecho, queriendo llorar. Aceptaré que no quieras verme porque, a lo mejor no soy lo que estás buscando en mí lo que más te gusta. Porque quizás no soy Hannah.
    Porque prefiero soñar a querer salir herida por ti. Seguiré soñando a que algún día, puedas regalarme esa calidez en la que vivo en mis sueños por ti. 

Duskwood Colecciones de OneshotsWhere stories live. Discover now