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𝑼𝒏𝒊𝒗𝒆𝒓𝒔𝒊𝒕𝒚'𝒔 𝒔𝒑𝒆𝒄𝒊𝒂𝒍 / 𝓚𝓲𝓶 𝓣𝓪𝓮𝓱𝔂𝓾𝓷𝓰 / 2/2
◇Contenido explícito
No estoy feliz con la distribución de los asientos. Bueno, de hecho no estoy nada feliz con la chica que se me adelanto y se sentó en el conjunto de asientos donde Taehyung había puesto su maletín antes de volver a su trabajo de logística e irse a hablar con el conductor.
No tenía que ser una genio para notar que estaba ocurriendo, esa mujer que me abordó afuera estaba acechando a Kim y tenía a sus frikis amigas de respaldo. Había visto como daban toques disimulados contra su hombro y reían a lo bajo frente a cualquiera interacción de ese par.
Dios, sentía una gran necesidad de patear mi estorbosa maleta que obstruía el estrecho pasillo. Para colmo este microbús no contaba con una maldita bodega, y era irónico teniendo en cuenta que tenía un pequeño baño, pero era lo que había. Ya me había ganado más de una mala cara por parte de mis nuevos compañeros.
-¿Qué quieres que haga?-Replico cuando uno quiso hacerme bronca.
-Puedes bajarte y llevarte tu molesta presencia a otro lado, niña de papi-Responde devuelta, pretendiendo que cargará la maleta sobre mis piernas por el resto del viaje.
Miro a Taehyung en su asiento sin inmutarse, parece no percibir el problema a causa de sus audífonos o simplemente pretende no hacerlo. No nos dedica siquiera una mirada.
-¿Acaso tienes mal de estómago, Kwang? Pasa sobre la maleta y deja de fastidiarla, a menos que realmente estés enfermo, siendo ese el caso deberías considerar tus propias palabras; bájate y ve a incomodar a tu mami con tu mísera existencia. Nadie notará que no estas, así que eres libre de marcharte-Mi compañero de asiento me deja con las palabras en la boca. Era la primera vez que lo escuchaba hablar desde que el viaje comenzó.
El tal Kwang rueda sus ojos y salta sobre mi maleta, no sin antes ponerle el pie encima a posta. Aprieto mis dientes ante ello y siento una inmensas ganas empujarlo, pero tomó una honda respiración y me preparo para tomar una siesta.
Podía apostar que solo llevamos treinta minutos de las dos horas de viaje.
-Gracias-Digo para el chico junto a mí y este solo se encoge de hombros sin mirarme en ningún instante, solo se mantiene inmerso en su libreta-¿Dibujas?
-No, escribo una canción-Clarifica con su voz ronca pero robótica, posiblemente ante sus nulos deseos de conversar conmigo-¿Vas a dormir?
-Sí, así no molestare a los demás con mi presencia.
