Capítulo 13: Huevito feliz.

1.3K 237 30
                                    

El cielo se mantenía despejado recibiendo el despertar del sol que se asomaba entre los grandes edificios de la ciudad, iluminando con sus rayos de luz a toda persona que disfrutara levantarse cerca de las siete, excepto a Lisa, ella le había ganado por mucho porque la limpieza de su hogar ya estaba terminada, veía con orgullo el brillo que la rodeaba y las mesas sin polvo, el orden era primordial en su vida.

-Ahora hay que mantener esto intacto al menos hasta la tarde- Llevando sus ojos hasta su muñeca leyó la hora de su reloj digital, faltaban diez para las ocho, la hora en la que Rosie solía despertarse.

Era increíble el ritmo que llevaba en tan pocos días, limitaba su hora de dormir y solía despertar a las ocho cuando Jennie le prendía el televisor mientras preparaban el desayuno.

𝙀𝙡 𝙙𝙚𝙨𝙖𝙮𝙪𝙣𝙤.

Fue hasta la cocina a prepararle algo especial a la azabache, utilizando algunos moldes de galletas para hacer figuras divertidas, entre ellos; un panda de arroz, un sandwich a la mitad y manzana con miel, muy diferente al huevo en torta con sonrisa de ketchup que Jennie solía preparar cuando le tocaba el desayuno, pero ella no podía juzgarla.

Cuando dejaba todo en la mesa escuchó un llanto provenir de la segunda habitación y la voz de la pequeña en balbuceos.

Entre las estrellas pintadas de la habitación púrpura y los peluches de los estantes, en la cama estaba Rosie, abrazando una almohada en forma de flor viendo hacia todos los lados, en busca de la persona que tenía que ir por ella.

-Nini... Nini— Su voz ya sonaba apagada, con algunos hipidos que desaparecían cuando el llanto volvía.

¿Acaso Nini la había abandonado también?

-Oh ¿por qué estás llorando?- Por la gran puerta entraba la rubia, sonriendo cuando Rosie le extendió los brazos para que la cargara, amortiguando su llanto en su hombro. -Está bien, todo está bien.

Hubo un año en el que tanto ella como Jennie se comprometieron bastante con el tema de ser madres, asistiendo a terapias para cerrar sus propias heridas y mejorar con ellas mismas y luego, yendo a otras para criar como era debido a un niño, desde cualquier edad, aprendieron tanto que su niña interior se sintió celoso por esos momentos.

Por ejemplo, la validación de sentimientos y las pataletas; lo mejor que podían hacer era acompañarla y darle su apoyo, comprendiendo que su única manera de expresarse era mediante el llanto. Recordando eso, Lisa esperó pacientemente hasta que Rosie se calmara, dándole abrazos y meciendola mientras tarareaba.

Después de un rato lo único audible eran hipidos -Uhg, eres una mocosa - Bromeó, limpiando con un trapo su nariz roja, Rosie sonrió cuando la apretó sin fuerza. -Muy bien, ¿me dirás la causa de tu llanto, ardillita?

Asintiendo con su cabello desordenado, pasó su mano por su ojo izquierdo, quitando las lágrimas acumuladas de sus pestañas — Nini no vino por mi.

-Ah, ya entiendo, no tienes que llorar por ella ni preocuparte, solo fue al trabajo ¿está bien? Volverá en unas horas, hoy yo me quedaré todo el día contigo.

-¿Me das huevito feliz?

-Hoy no comerás eso, preparé algo más, así que vamos antes de que se enfríe ¡Vamos!

-¡Voy!- Dijo con entusiasmo levantando su mano en un puño al igual que la rubia.

Ambas llegaron al comedor, cada una en su silla asignada disfrutando del momento.

Entre el calor de la mañana y el dulce sabor de la comida, Rosie recordaba sus días pasados, cuando tenía que levantarse en busca de algo que llenara su estómago por todo un día y más si era posible, arriesgando no solo su salud si no también su vida en las calles de la ciudad que despreciaba a pobres almas sin muchas oportunidades, sumando que las personas con abrigos la trataban como a una rata de alcantarillado. Solo era un niña...

we are jaune ᥫ᭡ | JenlisaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz