Capítulo 24: Granja de Fresas.

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Después de tres años trabajando en
el mismo lugar nunca antes se había
cuestionado de dónde provenían los
niños que estaban dentro del edificio, sabía que eran casos mayores como incendios, derrumbes o abandonos directos, pero más allá como conocer la historia de cada uno no lo hacía, nunca tuvo la intención de hacerlo, probablemente habían registros o los mismos cuidadores con más años dentro las conocían.

Y por primera vez la curiosidad estaba insistiendo en lanzarse a su menor con espadas filosas de preguntas, estaba concentrada en todos sus movimientos, en sus expresiones y probablemente en cada parpadeo que daba. El sujeto bajo su observación comenzaba a perder la paciencia.

-Soy un ser humano paciente que
está yendo por el camino de la
iluminación, lamentablemente en
mi camino se entrometen bichos
molestos.- Dijo indirectamente,
resaltando la última frase.

-Eres muy sabia y estoy segura que
sabes muchas cosas.

Wendy llevó un mechón de su cabello detrás de su oreja sintiéndose bastante halagada por su mayor, pero su expresión se borró inmediatamente porque Irene nunca, nunca le diría tal cosa. -¿Qué es lo que quieres?

-Me ofendes, solo estoy reconociendo tu inteligencia y piensas que tu querida y hermosa unnie necesita algo.

-Tu lo haz dicho, soy inteligente y sé
que no me estás aludiendo solo porque si, algo quieres.

-¡De acuerdo! Necesito información.

La menor se detuvo, dejando las cajas de galletas en el almacén de comida. A ambas les habían encargado ordenar los nuevos productos que habían llevado esa mañana, momento que Irene debía aprovechar.

-¿Qué tipo de información?

-Quiero saber el historial de una de
los niñas, tú llevas más años aquí y
seguramente conoces algunas.

-La información personal de cada
infante es privada, solamente los
superiores la conocen, nosotras solo
tenemos que encargarnos de su
seguridad y bienestar.- Respondió
con su característico tono.

-Lo sé perfectamente pero quiero
saber. -respondió autoritaria.

-¿Por qué te interesan repentinamente?

A la mente de la azabache llegó la
imagen del día anterior, una ilusionada castañita que abrazaba con fuerza su peluche de conejo mientras le prometia encontrar un hogar, una familia que los quisiese.

-Yo... quiero saber cómo llegó Soo aquí.

-¿Jisoo? ¿La niña extrovertida de anteojos? Eres su unnie favorita.

Irene sonrió y asintió orgulloso. -
Lo soy, por eso quiero saber un poco
sobre ella.

Bajando las cajas con productos
ya vencidos, Wendy volteó hacia
la puerta para verificar que nadie
estuviera cerca. Después de eso se
dirigió a la azabache mayor.

-Venía de una granja en Daegu, con
cuatro años llegó de la mano con una mujer de tercera edad, ese día se despidieron. Es lo único que sé.

-¿Pasó algo grave en la granja para
que estuviera aquí?

-No lo sé Irene, eso es todo lo que
sé de la niña, todo se almacena en las oficinas centrales con los superiores y nosotras no tenemos ese acceso.

-En lugar de indagar en historias
trágicas deberías ir a servir la
merienda, los niños ya están
esperando.

Ambas pegaron un pequeño brinco
cuando escucharon una tercera voz, se trataba de Joy que estaba en la puerta con su hombro recostado en el umbral. Ella era una de los supervisores, un cargo aún más alto que el de ellas además de llevar más años dentro del edificio, Irene rápidamente pensó que ella debería tener acceso a las oficinas y directamente al historial de los niños.

we are jaune ᥫ᭡ | JenlisaOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz