Capitulo 11

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España daba vueltas en su cama, las horas pasaban sin prisas y su mente no le dejaba descansar, el día no acababa por mucho que quería.

Su mente no le dejaba de recordar lo que acababa de pasar paso por paso, desde la charla con el americano hasta la sección de sexo en la ducha. 

España: Soy un capullo de mierda- murmuro 

El español no se sentía bien... para nada bien, pensar lo que hizo con el americano le daba repugnancia y aún así se atrevió a entrar en su sucio juego, "¿Por qué le dijo que aceptaba su juego?" "¿Tanto es mi orgullo que le he tenido que hacerle una mamada ?" "¿Por que lo hice en primer lugar?" En su última pregunta sin quererlo apareció el rostro del alemán y como este le miraba preocupado, el como lo animaba a compartir sus penas prometiéndole que le creería fuese lo que fuese, el como se aferraba a él diciendo que estaría a su lado sin importar el que. 

España odia pensar que ese mocoso se había vuelto algo muy querido en su vida, cuando estaba con otros country antes de que él naciera la cosa era sencilla, pasar un buen rato, disfrutar de las compañías incluso con humanos. En tiempos de Roma era muy sencillo, pelea, vino y orgias, su padre se encargaba de los demás el solo en no estar lo suficientemente borracho para no clavar la espada equivocada en el cuerpo incorrecto, solo cuando creció un poco más pudo meterse en política. Con los visigodos apenas y recuerda nada, hicieron cosas, pero la relación toxica de sexo-muerte que tuvo con el maldito árabe que puso sus camellos en la península hizo que olvidara a quien le invadió antes. Después cuando conoció a sus hijos, unos niños country que había aparecido de la nada y lo persiguieron por todo el castillo llamándolo papá como si fuesen patos. Diversas batallas y guerras de por medio, una Iglesia que juzgaba y condenaba todo aquello que él hacia, poco encuentros carnales pudo tener, su vida empezó a ser solo políticas y guerras. No había amor y no lo necesitaba, era algo que lo distraía y algo que tampoco iba a tener. Recordó también como antes de que Francia se casará con Reino Unido por convenio de sus padres, él iba a ser el encargado de desposarla, nunca olvidaría como ella lloró toda la noche suplicándole el que no la tomará como esposa, pues no quería a un emperador sucio como marido. Fue hay cuando descubrió el porque todos los country que pasaban la noche con él no pedían nada a cambio, fidelidad, amor, citas... solo le pedían noches y a la mañana siguiente nada ocurría, España descubrió que a ojos de otros él era más un mercenario que un emperador, un borracho en vez de un aventurero y un loco en vez de un caballero. Rompió a la mañana siguiente el compromiso con Francia, siento pena por ella y vergüenza por él, prefería no tener nunca esposa que tener una cornamenta, y con ello España pasó a ser un indulgente a ser un monstruo, la princesa había ido con el cuento de que él no la consideraba atractiva, que probablemente preferiría la compañía de niños jóvenes antes que la de ella... por lo visto, la dulce princesa no quería decepcionar a su padre diciendo que ella misma le había pedido. Decidió tirar a España debajo de las patas del caballo, durante mucho tiempo la gente creyó que se refería a sus hijos, pues el dormía con ellos y siempre le pedía que estuviesen cerca suya, irónicamente lo hacia justo para evitar eso, en una época donde no existía la infancia sus niños eran hermosamente exóticos y él conocía a los humanos perfectamente. ¿Cuántas fueron las batallas y guerra que él no inicio o estuvo a punto de iniciarse por romper la nariz a esa gente? Esa gente que le pedía una noche con alguno de sus hijos para cerrar el trato a cambio de otro niño.

Una sonrisa irónica se dibujo en el rostro del español, tan digno en el pasado de no tocar a un chiquillo y ahora se hurgaba el culo con uno. "Ich bin kein Kind" ("No soy un niño") la voz del alemán apareció en su mente, riñéndolo por sus pensamientos, soltó una limpia carcajada, "No.... él no lo es" pensó a sus ojos, el alemán era más serio y eficaz que muchos country más mayores, sabía moverse y hablar como si llevará siglos haciéndolo, le parecía casi increíble que unas de las últimas veces que lo vio era un mocoso que apenas le llegaba más arriba de la rodillas, con grandes gafas redonda y un libro más grande y pesado que él y ahora tenía que mirar hacia arriba pues su cabeza apenas le llegaba a la barbilla. Había crecido, tampoco es que tuviera otra opción y es que tras la caída de su padre, Alemania debía de madurar de manera rápida para unir de nuevo a su pueblo, sacarlo de la destrucción y pagar las deudas y lo había hecho de manera excepcional. No podía evitar sonreír como un idiota cuando recordaba a ese hombre, aunque todo empezó muy confuso el alemán había hecho de todo para ganarse su confianza, fue el primero que se sentó a su lado sin mirada prejuiciosa, fue el único que volvía solo para estar a su lado, llevarlo de paseo o turismo, fue el primero que se quedo con él toda una mañana en la cama metidos tras hacerlo acariciándole el pelo. 

Barras y EstrellasWhere stories live. Discover now