Capitulo 12

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Alemania miraba sorprendido al español, nunca antes habían hablado sobre citas o cualquier otra cosa. España le dijo desde el primer momento que no quería ni le interesaba tener relaciones románticas más allá del sexo, Alemania estuvo más que de acuerdo pues en su agenda no había tiempo  para tener momentos románticos además de que no creía ser una buena pareja, como España le dijo era alguien muy serio en varios aspectos y pecaba mucho de perfeccionista controlador , todo debía de ser a su modo.

Alemania: Was hast du gesagt? (¿Qué has dicho?)- pregunto confundido.

España lo miró fijamente: Quiero... una cita... contigo- susurró.

Alemania no dijo nada solo lo miraba sin saber muy bien que decir.  ¿Quería una cita con el español? Nunca se lo había planteado, "Lüge" ("mentira") pensó, claro que lo había pensado, por algo fue él quien lo beso en aquella ocasión, por algo fue tras de él, el español era alguien misterioso a sus ojos, con una sonrisa de oreja  a oreja la mitad del tiempo y con la otra se la pasaba en su mundo o durmiendo, siempre se pregunto como él pudo sobrevivir a varias conquista y ser potencia mundial durante casi toda la edad moderna.

 Recordaba a España cuando era niño y su padre se lo presentó un día, cuando el español acompaño a la división azul hasta Alemania para entrenar a esos hombres durante unos días antes de llevarlos a proteger el frente contra URRS. Lo alto e imponente que parecía en aquella época con ojos apagados y venda en algunas partes de su cuerpo el pequeño alemán sintió respecto y  cuando creció y volvió a Europa a guiar a su país España parecía otra cosa, siempre alegre con una sonrisa en el rostro, parecía mentira que había estado en dictadura hasta hace poco "Odio admitir que mi gente y yo estamos acostumbrados a este tipo de cosas, los españoles casi duermen con navaja bajo la almohada nunca saben cuando algo va a pasar... por cierto gracias por darles trabajo". Esa fue unas de  su respuesta cuando le pregunto el porque de su sonrisa. Alemania acabo por observarlo, le intrigaba aquel country, con el tiempo descubrió más cosas de él y es que el español era todo lo contrario a él, era ruidoso al hablar, tranquilo con el trabajo, le gustaba la tocar la guitarra, extrovertido.... pero también era culto, siempre iba con un libro en la mano de cualquier tema, curioso, le gustaba el arte incluso dibujaba, componía canciones y sabía algunos idiomas, que siendo un country, era asombroso pues a ellos se le complicaba aprender cualquier idioma que no sea el suyo. No supo muy bien el porque pero un día simplemente le beso, quizás porque el español no se mostro desconfiado con él como otros países, siempre le daba una sonrisa cálida y es que en un principio, nadie tan siquiera se giraba sin verlo con desconfianza u odio, su padre había dejado una herida en Europa que muy difícilmente iba a ser curada.

En un principio, el español le atraía, no entendía muy bien el porque, quizás porque se comportaba cálido a su lado, porque a sus ojos era esa figura paterna que le falló en el pasado, quizás porque confundió amor con cariño y eso lo llevo al placer. El placer que hoy recibía de su mano, el placer que lo colmaba y hacia que su mente se pusiera en blanco, haciéndolo olvidar todo el estrés del trabajo. Alemania se sentía querido y amado por la mano del ibérico, si hace un año atrás se lo hubiese pedido hubiese aceptado sin duda, pero la cosa había cambiado, España no gozaba de una buena reputación en Europa, le habían humillado dos veces poniendo su bandera al revés y no había hecho nada, le debía dinero, Bélgica llegaba algunas noches cansada de hablar con el español y como este le daba largas diciendo hacer lo que puede con sus humanos... sus humanos tampoco parecían respetarle mucho.

Alemania había trabajado mucho para llegar a donde estaba...¿De verdad iba a arriesgarlo todo por él?.

España vio como Alemania tardaba en responder, como frunció levemente el ceño y apretó los labios, sus ojos se movían de un lado a otro, había pasado tanto tiempo con el alemán que sabía que rostro ponía cuando debatía un asunto mentalmente. Sintió una punzada en su pecho, creía que alemán aceptaría sin dudar pero no fue así.

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