Capítulo 3 - Parte I

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Capítulo III — El Sonido Desolador de una Flauta de Bambú en una Noche Lluviosa.

雨夜萧音.

La mañana en la Ciudad de Tong'an no era menos ruidosa que la de Hangzhou. Lu Cang, quien había sido despertado de su sueño a primera hora de la mañana por haber elegido una posada muy cercana a la calle, inmediatamente se familiarizó profundamente con la prosperidad y el bullicio de esta Ciudad Imperial de Datong.

Frotándose los ojos cansados, Lu Cang se puso el abrigo y se acercó a la ventana que daba a la ruidosa calle. Debajo de la ventana había un mercado lleno de mujeres que habían madrugado para hacer sus compras, y vendedores con cestas delante, vendiendo en un dialecto norteño que Lu Cang apenas podía entender, y un fuerte aroma a desayuno que llegaba a su nariz desde la tienda de enfrente.

Pero ni siquiera esta hermosa escena de la vida bajo el sol podía hacer feliz a Lu Cang, que tenía su corazón lleno de melancolía.

Ayer, en una pequeña casa de esta ciudad extraña, volvió a tener contacto físico con ese hombre extremadamente hermoso cuyo nombre completo ni siquiera conocía—— para decirlo crudamente, Lu Cang fue violado por ese mismo hombre por segunda vez utilizando métodos rudos y brutales...

No era de extrañar que Lu Cang, que siempre se había tenido a sí mismo en alta estima, al punto de ser arrogante y engreído, se sintiera mortificado desde el fondo de su corazón y le fuera imposible aceptar que tales cosas le sucedían una y otra vez, a pesar de ser un maestro renombrado en el círculo interno de las artes marciales, y el lider de los bandidos en la Monaña Lu Cang.

Sin embargo, aunque no podía aceptarlo, no se atrevía a volver a Hangzhou, que estaba a miles de kilómetros de distancia, por iniciativa propia antes de poder comprobar la autenticidad de la droga que le había puesto ese hombre pervertido, y sólo podía optar por quedarse en Tong'an por el momento.

Metiendo la mano en la solapa, tocó la caja de brocado que contenía la píldora.

—— Tal vez debería probar el efecto de esta píldora...

¿Y si solo es una farsa....?

Cuanto más pensaba en ello, más sentía que la posibilidad era mayor. Lu Cang parecía ver surgir ante sus ojos una llama de esperanza. Pensando en las acciones y palabras de ese hermoso hombre pervertido, definitivamente existe la posibilidad de que ese hombre encontrara al azar alguna píldora extraña y fortuita para engañarlo.

Una rabia incontenible se apoderó rápidamente de todo el corazón y alma de Lu Cang. Al pensar que mientras él estaba temblando de miedo por los supuestos efectos de esa píldora lujuriosa, aquel hombre desvergonzado se escondía en algún lugar, riendose de él en secreto.

Cálmate... Cálmate...

Desesperadamente, Lu Cang se amonestó a sí mismo y tomó una decisión en secreto:

Será mejor encontrar rápidamente un perro y probar los efectos de la droga. Si es falso, entonces es mejor para mí; podré escapar rápidamente de este lugar humillante y volver a la fortaleza.

Una vez decidido, no dudó más. Tras refrescarse apresuradamente, salió de la posada en busca de el "sujeto de prueba de drogas" ideal.

Mientras deambulaba por los callejones de Tong'an, Lu Cang se dio cuenta de que había hecho sus planes demasiado pronto. A pesar de que Tong'an era una ciudad grande, había pocos perros en las calles, y los perros que ocasionalmente veía eran llevados con correa por los sirvientes. Aunque tenía la confianza suficiente para lidiar con estos laicos que no estaban familiarizados con las artes marciales, pedirle a Lu Cang que robara a un "perro civil" a plena luz del día era más de lo que su desmesurado orgullo podía soportar.

El Dragón ColoridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora