Capítulo XVII

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Capítulo 17.

Ante su reiterada insistencia, Ding Peng finalmente se separó de Lu Cang en las afueras de la ciudad de Hangzhou después de decirle dónde vivían sus hermanos.

Siguiendo sus indicaciones, Lu Cang encontró por fin el lugar donde sus hermanos se habían establecido en Hangzhou—— Una casa parecida a la mansión de una familia adinerada normal y corriente, y parecía que Jing no había maltratado a sus hermanos.

Incapaz de ocultar su emoción porque muy pronto se reuniría con sus hermanos, Lu Cang se lanzó al interior tan pronto como vio el recubierto con pintura negra gran puerta, entrando en la mansión sin siquiera darse cuenta de que en la puerta, había algunos faroles blancos colgando en la entrada, señal de una familia de luto.

No fue hasta que aterrizó en el gran salón de invitados que se dio cuenta de que algo iba mal—— Desde el centro del salón de invitados, llegaron los débiles sonidos de llanto, una miserable voz llorona. Esa era la forma de llorar por los miembros de la familia fallecidos.

Todo su ser se congeló de pies a cabeza. Lu Cang no sabía cómo había entrado en aquella sala—— Vio que Cao Xin y cada uno de sus hermanos llevaban trajes de luto. Se arrodillaron, frente al retrato de una figura en la pared mientras lloraban desconsoladamente.

¡Cielos!

Los ojos de Lu Cang se nublaron y, antes de que pudiera ver quién estaba representado en el retrato, se lanzó hacia delante y agarró a Cao Xin: "Hermano Xin, ¡¿Quién es?! ¡¿Quién ha muerto?!"

Cao Xin lo miró con los ojos enrojecidos y, de repente, abrió mucho los ojos, como si hubiera visto un fantasma, y se desmayó con un grito.

Mientras Lu Cang estaba realmente desconcertado, fue rodeado por todos sus hermanos—— Sólo después de un inexplicable tirón de ropa y de orejas, Ge Qing finalmente se estremeció y dijo con voz temblorosa: "Santo cielo, Hermano Mayor, ¿no te mató ese gobernante fatuo y autocomplaciente? Todos pensamos en ir a la capital imperial para vengar tu muerte."

Por fin, Lu Cang pudo ver claramente la imagen de una persona que sostenía una espada de doble filo: no era otro que él mismo. Se quedó estupefacto al instante: "¡¿Qué?! ¿Quién ha dicho que estoy muerto?"

"El Marqués Lu Cang tuvo la audacia de despreciar al emerador, ¡será ejecutado!" Ge Qing le mostró el reverso de un papel de notificación amarillo con las palabras sobre Lu Cang.

Sólo entonces Lu Cang se dio cuenta de que se trataba del chivo expiatorio que había ocupado su lugar, y rápidamente les contó afanosamente a sus hermanos la historia completa desde el principio hasta el final. Después de eso, los hermanos creyeron que no era un espíritu vengativo que volvió al reino de los vivos para vengarse. Inmediatamente se arrancaron sus trajes de luto, se acercaron a Lu Cang y lo rodearon, preguntando sobre esto y aquello sin parar.

"Entonces, Hermano Mayor, ¿vas a volver al palacio de nuevo?" El que finalmente recuperó la conciencia, Cao Xin, no pudo evitar preguntar esto cuando escuchó que Jing dejaba de buena gana que Lu Cang regresara a Hangzhou.

"¿Cómo podría?" Lu Cang se rió un poco: "Ahora soy un hombre muerto, y él puede seguir con su vida de emperador en paz. De esta manera todo el mundo es feliz, así que ¿cómo podría querer volver atrás? Pensándolo bien, fue una verdadera estupidez que yo, que soy desconocido y no tengo ningún mérito, estuviera con él. Veo como otros hombres toman una esposa para casarse y tener hijos, veo a otros que están profundamente enamorados y juntos hasta una edad avanzada. Sin embargo, en este momento, yo sigo abandonado, sin familia ni propiedades. Así, ¿cómo puedo considerarme a mí mismo un verdadero hombre?"

El Dragón ColoridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora