seis

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— ¿A donde vamos? — pregunté mientras él encendía el auto.

Tuvimos que caminar alrededor veinte minutos hasta llegar a su casa para sacar el coche de su padre. Me sorprendió que el no poseyera su propio vehículo. Había oído que Luke tenía mucho dinero pero cuando vi su casa por fuera era común como las demás, él era normal.

— Ya verás. — se colocó unos lentes de sol ya que éste le alumbraba directo los ojos. Coloqué un disco que había en el auto, no sabía de quien era pero la música no estaba nada mal. Luke tarareaba la canción mientras yo me perdía en sus movimientos.

— ¿Te gusta? — preguntó mirándome unos segundos.

— ¿Que cosa? — podía jurar que había baba en las comisuras de mi boca.

— La canción. — respondió algo obvio.

— Oh, si ¿que es? — pregunté mirando por la ventanilla, el cielo estaba coloreado por matices rosados y lilas.

— PAX AM Days de Fall Out Boy. — sonrió con su mirada clavada en la carretera.

— No lo he escuchado. — respondí algo apenada.

El sólo negó con la cabeza y frenó el auto.

— Llegamos. — quitó el seguro de las puertas y bajamos del coche.

La vista no era muy atractiva. Era una casa abandonada y pastizales en todas partes.

Luke entró por una vieja puerta de madera.

— ¿Que hacemos aquí? — le pregunté sentándome junto a él en un viejo sillón, no era el sofá más higiénico que haya visto.

— Bueno, dijiste que no querías volver a tu casa. Supongo que quieres desaparecer por un rato. Aquí vengo yo cuando quiero estar solo y cuando necesito pensar. — se apoyó en el espaldar del sofá marrón.

— ¿Es como un lugar secreto? — imité su acción.

— Algo así. — jugó con una pequeña pulsera que traía en su muñeca izquierda.

— ¿También es un secreto para Aladna? — asintió.

— Siendo sincero, Aladna no sabe mucho de mi, no es que no haya confianza pero al parecer no le interesa. He tratado muchas veces de desahogarme con ella pero siempre cambia de tema. — pude notar por su mirada triste que no estaba a gusto con su relación.

— Estoy segura de que si le interesa. — no entendía por qué había sacado a flote ese tema.

— Lo dudo. — suspiró.

— ¿Por qué estas con ella? — me atreví a preguntar.

— No lo sé, al principio nuestra relación era linda pero se fue deteriorando con los meses. Pero a pesar de todo la quiero, aunque a veces me dan ganas de terminar todo y encontrar a alguien más especial. — suspiró como alguien derrotado.

— Que mal. ¿Y con qué tipo de chica te gustaría salir? — miré a través de la ventana sin cristales.

— Con una chica como tú. — mis ojos se abrieron como platos y mi alma se escapó de mi cuerpo.


spank » luke hemmingsWhere stories live. Discover now