dieciocho

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—¡Calum cierra la puerta! — grité ocultándome bajo las sábanas.

La cerró pero en vez de quedarse en el pasillo entró a la habitación.

—¡¿Qué haces?! — gritó Luke.

—¿Por que estás con mi prima? — se sentó en la cama, trágame tierra.

—Por que soy su novio. — respondió rodando los ojos como si fuera algo obvio.

—Calum por favor vete. — le supliqué.

—Bien. — suspiró y salió de la habitación.

Mi corazón estaba a punto de salirse de mi pecho, Luke empezó a reír como idiota.

—¿Que diablos te pasa? — me contagie de su risa.

—¿Que fue eso? — río aún más fuerte.

—Mi primo metiendo su gran nariz donde no debe. — comencé a vestirme agarrando las prendas que estaban desparramadas por el piso. El imitó mi acción.

—Mis papas no saben que dormiste aquí. — lo frené antes de que saliera del cuarto.

—Oh ya veo, ¿debo salir por la ventana?

—Ay pero no quiero que lastimes tu fea carita. — hice un puchero.

—¡Nunca me dijiste que saltaste de una ventana, mira como quedó tu cara. Ahora entiendo todo! — se burló y yo lo golpeé en el estómago.

—Bien, le diré a Calum que distraiga a los adultos. — le di un corto beso y salí de ahí.

Bajé las escaleras y encontré a mi primo saliendo del baño.

—¡Cal! ven aquí. — lo llamé.

—¿Que pasa? — preguntó algo enfadado.

—Primo lindo, necesito tu ayuda. — lo abracé.

—¿Qué quieres? — me devolvió a medias el abrazo.

—Necesito que distraigas a mis padres y tíos, necesito sacar a Luke por la puerta trasera. — mordí mi labio nerviosamente.

—Uh, así que no sabían que su hija trajo un macho hormonal a su casa e hizo quien sabe que en su cama. — sonrió maliciosamente.

—¡Ay callate! ¿Me ayudarás o no?

—Si, te ayudaré. Les mostraré las fotos que tome en Francia cuando me fui de intercambio, dile a tu novio hormonal que vaya bajando.

—¡Gracias! Te amo. — chillé y le di un beso en la mejilla.

— Como sea. — fue hacia la sala donde estaban mis familiares.

Mis padres estaban viendo con entusiasmo el iPad de Calum mientras Luke y yo pasábamos por detrás de ellos haciendo el menor ruido posible, cuando el muy idiota chocó con una mesita de café. Lo empujé hacia la cocina y yo me tiré al piso simulando haberme tropezado.

—¿Hija estas bien? — mi padre vino a levantarme.

—Si, solo me tropecé no tendrían que dejar tantos muebles aquí. — reí nerviosamente.

—¡Hola Maddie! — me saludaron alegremente mis tíos.

—¡Tíos! — los abracé.

—¡Calum! — me hice la tonta y lo saludé de nuevo, el sólo se reía de mi.

—Hola prima, mucho tiempo sin verte, ¿no crees?


spank » luke hemmingsWhere stories live. Discover now