veintiuno

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—Bien chicos, consigan autos para ir hasta el bosque. — nos insistió nuestra profesora de matemáticas.

James, Jodie y un compañero, Martin nos acompañaron en el auto de Luke.

—¡Pon música Maddie! — me gritó mi amiga desde el asiento trasero.

Encendí el reproductor y coloqué la música aleatoriamente.

Todos estábamos muy felices, nos había costado tanto llegar hasta este día, cinco años de exámenes, cinco años de castigos, cinco años de llamados de atención, cinco años de tareas y lecciones, cinco años de fiestas escolares, cinco años de corazones rotos y desilusiones, pero todo había valido la pena.

Habíamos llegado y ya varios autos estaban estacionados en posiciones no muy rectas, unos metros más allá se encontraban muchos compañeros y profesores reunidos.

Nos hicieron sentarnos en ronda frente al fogón.

—Cuenten anécdotas de la preparatoria. — sugirió una compañera que era bastante tímida creo que su nombre era Clara.

—Yo empiezo —insistió Rachel. - Una vez estábamos con Max en el salón de química y no había nadie entonces el abrió el armario con todas las mezclas y accidentalmente arrojó una al piso, casi morimos allí. — todos reímos.

—Recuerdo que una vez estaba con Luke en mi casa — comenzó a hablar Aladna. — y él estaba muy borracho y entonces comenzó a bailar sobre la mesa y a quitarse la camiseta y en ese entonces mi padre entró a la cocina y lo sacó a rastras de la casa. — reí muy fuerte.

—Cómo olvidarme de esa noche, recuerdo que no me dejaron acercarme a ti por una semana, Al. — trató de parar de reír pero no funcionó.

—¡Luke ahora cuenta algo tú! — lo incitó nuestra profesora.

—Bueno, les contaré como conocí a mi linda novia, Madeleine. — rió, oh no.

—¡Pero Luke esa historia es muy vergonzosa! — grité.

—Oh no importa, les encantará. — me dedicó la sonrisa más linda que jamás había visto. — resulta que yo estaba muy concentrado usando mi teléfono y Madeleine me dio una nalgada y salió corriendo pensando que no la había visto. — todos comenzaron a reírse, aunque yo pretendía estar enfadada era inevitable reír.

—Si no te hubiese dado esa nalgada no estaríamos así.

—Entonces agradezco que estemos así.

—¡Besala! — gritó Aladna sorprendentemente.

El lo hizo y todos soltaron un aw.

Después de horas contando situaciones todos nos paramos y salimos a bailar y otros a caminar.
Caminé con Luke por un pequeño sendero hasta que llegamos a una especie de laguna.
—Me arrepiento de lo que dije ayer — Luke habló después de mucho tiempo. — ahora que me gradué se siente diferente, si quiero estudiar, si quiero trabajar, no quiero pagar impuestos pero si quiero formar una familia en el futuro.

 —Sabía que cambiarías de opinión. — me senté en su regazo.

—¿Por qué? — preguntó dando pequeños besos en mi cuello.

—Te conozco demasiado bien. — lo miré. — quiero contar estrellas.

 —Ahora tenemos que volver con el resto bebé, pero pronto estaremos contando las estrellas.

Nos levantamos e hicimos el mismo camino en el que vinimos pero en dirección contraria, pude distinguir entre unos árboles a James y Jodie besándose, me ponían muy feliz.

Al llegar con el grupo, nos dieron un vaso de cerveza a cada uno y brindamos.

— Madeleine, ¿puedo hablar contigo? — Aladna caminó hasta mi nerviosa.

—Si , seguro. - nos fuimos a un rincón. —¿Que pasa?

—Sólo quería decirte que hagas feliz a Luke, haz lo que no pude hacer yo. Yo lo quiero mucho, es un buen chico pero no es para mi, me tomó cinco meses para darme cuenta de eso; tu eres perfecta para él, te ama. Cuidalo, ¿si? no lo dejes ir como yo lo hice, personas como Luke quedan muy pocas. — lo que había dicho casi me hizo llorar.

—Gracias Al, ya encontrarás a un chico que te quiera de verdad. — la abracé.

—De hecho, me estoy viendo con un chico llamado Travis que asiste a la universidad pero no se que pasará. — soltó una risa tímida.
—¿Estudiaras aquí? — cambié de tema.
—Si, me interesa mucho la rama de la biología.
—Oh que bueno, yo estudiaré psicología.
—Bueno, al parecer nos seguiremos viendo. — se alejó de mi luego de decir eso y se unió al resto de los estudiantes.


Luke había dejado a todos en sus respectivas casas y nos dirigiamos hacia la mía.

—No quiero ir a casa, vayamos a nuestra casa. — Luke sonrió e inmediatamente giró sobre el asfalto y fuimos hasta nuestro refugio.

Nos acostamos en el sofá cama y empezamos a besarnos.

—Te amo. — besé su nariz.

—Yo te amo más. — se acurrucó junto a mi y nos quedamos en silencio.

—Amor, sólo nos quedan tres meses. — suspiró.

—Solo tres meses. — repetí.

—Aprovecharemos el verano al máximo. — se entusiasmó.

—¿Tienes alguna idea? — pregunté.

—Oh Madeleine, ¿desde cuando no tengo ideas?


spank » luke hemmingsWhere stories live. Discover now