veintitrés

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Habíamos vuelto de las alocadas vacaciones en Brisbane hace ya dos semanas. Los siguientes planes que teníamos eran:

- Sexo

- Dormir

- Empezar a prepararnos para la universidad

- Comprar las cosas que necesitaría Luke

- Más sexo

Luke ya se había puesto en contacto con sus futuros compañeros de habitación que le brindaba la Escuela de Música de Melbourne, sus nombres eran Sky Luxers (en mi opinión ese era nombre de mujer), Jimmy Todd y Alex Steele. Él deseaba que fueran normales, no como en las películas que te tocan o chicos demasiado alocados o nerds sin sentido de la vida, quería que fueran como sus amigos.

—Maddie, ¿donde está mi bóxer con conejos? no lo encuentro. — rascó su nuca.

—Búscalo, tal vez te lo lavó mami. — me burlé de él y de sus tan preciados calzoncillos de conejos amarillos.

—¡No me molestes!, me los regaló mi abuela y ¡son muy cómodos! — me arrojó una camiseta a la cara.

—Bueno pero igual, búscalo en el cuarto de lavado; tiene conejos pero eso no significa que vendrá saltando hasta ti. — me sacó la lengua y yo imité su gesto.

Salió de la habitación y empecé a meter sus libros en cajas.

—¡Los encontré! — gritó desde abajo y lo único que pude hacer fue sonreír.

Este chico me hacía muy feliz en tantos sentidos.

Lo iba a extrañar mucho.

—Deja de ordenar, salgamos a algún lado.

—Okay.

Me calcé mis zapatos y Luke tomó las llaves del auto de su papá, puso en marcha el auto y nos dirigimos al bar en el que fuimos la primera vez; que tiempos.

Me llevó de la mano hasta la barra, pidió dos tragos y el barman comenzó a hacerlos con agilidad y rapidez.

—Te amo mucho ¿lo sabes? — dio el primer trago.

—Si, lo sé. Yo también te amo mucho. — me besó y sentí el sabor del vodka pero aún así no me importó, lo único que quería ahora y siempre era tenerlo junto a mi.

—Vamos afuera. — dio el último trago al vodka y dejó el dinero sobre la barra.

Encendió un cigarrillo y me abrazó como nunca lo había hecho.

—Te voy a extrañar mucho. — murmuró en mi oído, juro que estaba luchando por no llorar, era un borracho sentimental.

—Yo más Luke, no te imaginas cuanto. — no pude evitar sollozar.

—No llores, seguiremos juntos, lo prometo. — pero yo sabía que eso jamás podría ser cierto, las relaciones a distancia no duran, ¿como sabré si el me engañará con otra? ¿y si yo lo engaño con alguien más? Serán tres años, tres largos y distantes años, no podríamos soportarlo.

—Luke no digas eso, por favor. — me abracé más contra él.

—¿Por que no? — se separó un poco de mi para mirarme a los ojos.

—Ambos sabemos que no podremos estar juntos, nos separaremos tres años, es imposible seguir con una relación en ese periodo de tiempo. — el se separó bruscamente de mi.

—¿Estas diciendo que esto se acabó? —le salió la voz quebrada.

—¡No estoy diciendo eso! pero Luke no podemos tener una relación a distancia, tu sabes como termina todo. — me eché a llorar.

—¿Eso es lo que quieres? bien, esto terminó Madeleine. — él también lloró y se fue de aquel lugar. En otro momento el al verme llorar me hubiera abrazado, me hubiera dicho que todo iba a estar bien pero ahora lo había perdido.

Con las manos temblorosas saqué mi teléfono del bolso y le mandé un mensaje a Jodie para que viniera a recogerme.

—¿Estas bien? — preguntó cuando me subí al asiento del copiloto, seguramente mi maquillaje estaba corrido y mis ojos rojos y llorosos.

—Llévame a casa, por favor. — no habló nada en todo el camino pero cuando frenó el auto frente a mi puerta comenzó con su interrogatorio.

—¿Luke te hizo algo? — sabía que si no le respondía iba a continuar fastidiándome.

—No, yo le hice algo a él. — suspiré.

—¿Que sucedió?

—Terminé con él, bueno en realidad él terminó conmigo pero fue por mi culpa. — una lágrima se asomó por mi ojo izquierdo. 

Ella sin pensarlo me abrazó, realmente lo necesitaba.

Entré a mi habitación y me quedé dormida, espero no despertarme hasta que toda esta pesadilla haya acabado.

Habían pasado tres semanas desde mi ruptura con Luke, y esta misma tarde el partiría a Melbourne.

No nos vimos en todo este tiempo pero aún así nos mandábamos mensajes, no eran de perdón, no eran de reconciliación, tampoco de pelea pero algo es algo.

madeleine: ¿a que hora sale tu vuelo?

lukey♥: a las siete

madeleine: ¿puedo ir a despedirte?

lukey♥: si tu quieres

Últimamente había estado muy distante conmigo, no lo culpo, yo era la estúpida.

Pasé toda la tarde pensando en qué decirle a Luke, pero no llegué a nada. Le diría todo lo que no le dije en este tiempo.

Saqué el auto de mi madre y conduje los treinta minutos que me separaban del aeropuerto.

Entré por las inmensas puertas, caminé unos pasillos y lo vi junto a sus padres. Se veía ojeroso y cansado, al igual que yo.

—Luke. —  toqué su hombro.

—Hola Madeleine. — me dio una triste sonrisa, ya no me decía Maddie.

—Hola Liz, hola Andrew. —  saludé a sus padres también.

—Iré a hablar con ella un segundo, ¿si?

—Está bien, pero no tardes. — Liz respondió

Nos sentamos en unas butacas de espera y el me insistió que hablara.

—¿Que quieres decirme Madeleine?

—Quería decirte que lo siento, te perdí por un estúpido error. Te necesité mucho estas semanas pero no te culpo por alejarte.

—Yo también te necesité, y mucho. No me perdiste, jamás me perderás Maddie, nada fue tu culpa, tienes razón; las relaciones a distancia no funcionan. Pero podemos seguir hablándonos ¿cierto? —eso me hizo brincar de alegría y lo abracé, hace tres semanas no lo hacía y me sentía incompleta.

Se escuchó la voz que ordenaba a todos los pasajeros a abordar y era el turno del vuelo de Luke.

—Te extrañaremos mucho. — lo abrazaron  sus padres.

—Yo también, los amo. — le dio un beso en la mejilla a cada uno y Liz había comenzado a llorar.

Luego se dirigió a mi.

—Adiós maddie, estaremos en contacto. — me guiñó un ojo, tal cual lo hizo el primer día que hablamos.

—Te extrañaré mucho Luke. — lo abracé.

Antes de irse el tomó mi cara entre sus manos y me besó tiernamente.

—Yo también, mi linda Maddie. " dicho eso se alejó de nosotros y con un ademán se despidió encaminándose hacia su nueva vida en Melbourne.


spank » luke hemmingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora