↳ Dσι

181 24 0
                                    

Miró hacia el extremo del sofá de donde venía la voz, y casi se tragó la lengua por el shock

Ups! Tento obrázek porušuje naše pokyny k obsahu. Před publikováním ho, prosím, buď odstraň, nebo nahraď jiným.

Miró hacia el extremo del sofá de donde venía la voz, y casi se tragó la lengua por el shock. Sentado allí, apaciblemente, viendo su televisión estaba... Un chico.
Simplemente... Un tipo.

Allí sentado en su sofá. Trató de hablar, de decir algo, pero sólo podía mirar con los ojos abiertos al desconocido que estaba tranquilamente sentado a su lado. El hombre, lo miró un instante, volvió a mirar la TV, y luego giró la cabeza hacia Jeonghan.

Ambos deiaron escapar aterrorizados gritos de sorpresa y se levantaron
rápidamente de sus respectivos extremos del sofá.

El desconocido se puso contra la pared, con los hombros caídos mientras aferraba sus brazos a su pecho. — ¡Oh, Dios mío, me has asustado!

— ¿Q-qué..., qué...?

— Así que... ¿Ahora puedes ver...? —No pudo terminar su frase e hizo una mueca mientras Jeonghan repentinamente recordó cómo hablar.

¿¡Qué.., quién..., qué jodida mierda!? —gritó Jeonghan y retrocedió más lejos, agitando y manteniendo su copa de vino vacía en frente de él,
como un arma.

El tipo era grande, unos diez centímetros más alto que Jeonghan y tal vez un poco demasiado musculoso. Se puso de pie con las manos delante de él, lo miraba igualmente sorprendido. Llevaba gafas de montura gruesa y tenía el pelo recogido hacia atrás, llevaba una camiseta raída, un pantalón de pijama a cuadros y, entre todas las cosas, unas grandes y esponjosas pantuflas de conejito.

Oh, wow, realmente puedes verme, ¿no?

Y al parecer, tenía acento de Busán. Jeonghan cerró los ojos y rápidamente se pasó la mano libre por encima de ellos.

No, todavía estaba allí.

¿Cómo demonios entraste?
—gritó Jeonghan, aunque sonó más como una mujer histérica.

Ah, bueno, no sé exactamente cómo.

— He estado aquí toda la noche. ¿Cómo entraste? —exigió, alejándose en dirección al teléfono, pero sin apartar los ojos de su inesperado huésped.

Y-Yo sólo me aparecí, por extraño que suene. En realidad, he estado aquí desde anoche.

¿Qué?

El hombre hizo una mueca, y dio otro paso hacia atrás, encorvando los hombros
ligeramente. —: Traté de hablarte, decir hola —esbozó una pequeña sonrisa —, pero no podías verme.

— ¿Estás jodidamente loco?

— ¿Maldices mucho cuando te sorprenden?

— ¿Vas a robarme?

— ¿Qué voy a robar? —El hombre frunció el ceño, y luego farfulló rápidamente —. No es que tu casa sea una maravilla...

— ¡Tienes diez segundos para explicarte, antes de que llame a la policía!

—Ah, bueno..., vamos a ver, por donde puedo empezar...

¡Cinco segundos!

— ¡Estoy muerto!

Jeonghan miró boquiabierto por un segundo, y luego dejó caer su copa para tomar el teléfono. No podía detener el temblor en sus manos, lo suficiente, para marcar el nueve.

No, no, por favor no lo hagas. —imploró el hombre —. Acabarás haciendo el ridículo y luego me sentiré terriblemente culpable. —Se acercó a Jeonghan.

Jeonghan lo vio y se puso contra la pared, apuntando con el teléfono al hombre —. ¡Aléjate! ¡Aléjate de una jodida
vez! S-sé Taekwondo.

El hombre levantó las manos frente a él —: Tal vez si pudiéramos sentarnos y hablar, tomar algunas respiraciones profundas.

Jeonghan cogió el objeto más cercano, una bola de nieve, y lo lanzó contra el hombre.
Este se movió a un lado y el globo se estrelló contra la pared. Jeonghan fue a por el objeto más cercano y el hombre jadeó.

Oh, no, las flores no, son preciosas. Lanza un zapato o algo así, sí es necesario.

En ese momento, Jeonghan perdió la sensibilidad en los dedos, y el jarrón de lirios se estrelló contra el suelo. El hombre hizo una mueca.

¡S-sal de mi casa!

— No puedo hacer eso, lo siento.

— Oh, Dios mío. —Puso una mano en su garganta —. Vas a matarme, matarme y cortarme en pequeños trozos y usarme como popurrí, ¿no?

— ¿Qué? ¡No!

— Eres un loco que me ha seguido a casa desde el hospital y se ha escondido en mi armario. ¡Oh, Dios! ¡Oh, Cristo!

— Honestamente no lo soy. Yo sólo... —El hombre se mordió el labio con ansiedad y se encogió de hombros —. Soy un fantasma, creo.

— Oh por... ¡Sólo toma lo que quieras y vete! No voy a contárselo a la policía, te lo prometo, por favor, ¡vete!

— Te he dicho que no puedo, soy... —Miró a Jeonghan con aprensión, y se acercó a la mesa de centro, que tenía una lámpara encima de ella —; Mira. —Movió la mano directamente a través de la lámpara —. ¿Ves? No puedo dañar ni a una mosca. Tampoco puedo ir a ninguna parte.

Jeonghan dejó de respirar. Sólo había visto a un hombre pasar la mano a través de un objeto sólido. Ahora que lo veía, se veía un poco... Translúcido.

Tan pronto como fue capaz de respirar de nuevo, corrió hacia la puerta, doblándose y casi cayendo mientras se ponía los zapatos más cercanos y cogía su abrigo antes de golpear la puerta.

¡Espera! —llamó el hombre.

 Hαყαʅҽƚ ☠️ ᒍIᕼᗩᑎKde žijí příběhy. Začni objevovat