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Y por tercera vez esa noche, Jeonghan fue despertado por Joshua, arrodillado junto a él, llamándolo por su nombre.
— ¿Hmm?
— Hannie, despierta.
Jeonghan bostezó y se tendió de espaldas frotando su cara con las manos, recordando con una mueca de dolor que tenía un ojo morado. Fue a sentarse dándose, repentinamente, cuenta de que no estaba en su cama.
— Ah, mierda, mi cuello. —Gimió, frotando la parte posterior de su cuello.
— No tenía la intención de dejarte dormir en el piso de la cocina.
Jeonghan miró a Joshua —: ¿Qué...? —Preguntó algo atontado y preocupado, al ver la mirada de confusión en el rostro del fantasma, algo muy inusual en Joshua —. ¿Qué pasa?
— No debería haber dejado que durmieras en el suelo...
Jeonghan frunció el ceño y se incorporó, tirando del chal por encima de sus hombros. Joshua se puso de cuclillas y se sentó a su lado, mirando a la nada.
— ¿Dónde iré?
Jeonghan sintió una repentina punzada de miedo —: ¿Qué quieres decir? —preguntó.
Joshua lo miró —: Jeonghan, no debí dejarte dormir en el piso. —repitió con voz firme —. ¿Dónde iba?
— No te entiendo.
— Fue como cuando te vas, excepto que no lo hiciste... —Joshua se pasó las manos por el pelo, tomando una respiración profunda, le tomó dos segundos de hiperventilación —. Oh, Dios mío...
— Shua, no lo sabes. No sabes lo que significa...
— ¿Y si eso es todo lo que hay? Nada, no hay nada, voy a desaparecer...
— ¡Joshua! Mirame. —Jeonghan se arrodilló frente a él, y si hubiera podido, habría sostenido la cara de Joshua entre sus manos —. Eso no es todo lo que hay. Y no vas a ninguna parte todavía.
— No puedes saberlo.
— Sí, lo sé. ¿Y sabes por qué lo sé? Debido a que todavía estás aquí. Sólo que no puedes...esto no es como si la cobertura se fuera y viniera, no puedes saltar dentro y fuera de la existencia. O estás aquí o no lo estás. Y estás aquí, Joshua. Estás malditamente bien aquí.
Joshua pareció calmarse un poco, pero se frotaba el brazo izquierdo, y tenía el ceño fruncido, como si tratara de recordar —: Mi brazo me dolía. Y había una... era realmente brillante.
Jeonghan sintió un aumento de bilis en la parte posterior de su garganta y la boca súbitamente seca —: ¿Qué quieres decir? —Su voz perdió su firmeza.
— Recuerdo luces brillantes, en mis ojos, como si alguien estuviera alumbrando con una linterna. —Se volvió hacia Jeonghan —: Eso es algo bueno, ¿verdad?
Jeonghan se sentó, derrotado. No sabía qué decir, no sabía cómo sentirse.
— Jeonghan... —la voz de Joshua era suave.
Jeonghan sacudió la cabeza, sin saber que estaba haciendo.
— No, estabas en lo cierto antes, Jeonghan... no sabemos lo que significa.
— Eso es verdad. —Su voz sonó insignificante, incluso para él mismo —. No sabemos lo que significa. —Miró a Joshua, y pensó por un momento que tal vez desaparecería justo allí frente a él. Suspiró y parpadeó varias veces, dándose cuenta de que era el ardor en sus ojos, lo que hacía la imagen de Joshua más borrosa —: No... —Sacudió la cabeza, sintiendo una ira irracional contra Joshua —. ¡No! ¡No te vayas!
Joshua se estremeció sorprendido, una mirada de absoluta tristeza y compasión cruzaba por sus facciones —: Hannie... —dijo en voz baja —. Debes saber que yo no lo haría....nunca lo haría voluntariamente....
— ¡No! —Jeonghan casi gritó mientras se levantaba, sosteniendo el chal sobre sus hombros y lejanamente consciente que estaba actuando de manera injusta —. Simplemente no lo hagas, ¿de acuerdo? ¡No vas a dejarme solo! Somos lirios blancos, ¿de acuerdo? Ambos.. somos... —Su voz se quebró, y comenzó a ahogarse sintiéndose terriblemente cerca de sollozar.
— Oh, cariño... —Joshua llevó las manos a la cara de Jeonghan, y luego apretó los puños dejándolos caer a los costados.
Jeonghan sabía que Joshua quería tocarlo, y Jeonghan lo necesitaba, más que nada, pero no era posible. Sosteniendo los bordes del chal en sus manos, suspiró y se frotó la cara, olvidándose de nuevo su moretón y murmurando un suave "ay" cuando lo rozó ligeramente. Sus hombros caídos. Sabía que estaba siendo infantil —: Lo siento... —murmuró, sintiéndose agotado.
Joshua estaba sacudiendo la cabeza —: No tienes que pedirme disculpas.
— Creo... —Jeonghan lanzó un profundo suspiro —. Creo que debería tomar una ducha. Vestirme. Luego...café. Dios, necesito café. Voy a ser más normal después de un café. —Se quitó el chal y cubrió el respaldo del sofá con él.
— ¿Estás bien?
Jeonghan soltó un bufido y se encogió de hombros. Cualquier análisis de sentimientos estaba más allá de él en ese momento. Era una locura, todo era una locura, su corazón se rompía por un contable muerto de Busán.
Ducha.
Cafeína.
— Sólo... Sólo haz algo por mí. —dijo, volviéndose mientras caminaba torpemente hacia atrás, en dirección al cuarto de baño. Joshua se le quedó mirando —. No vayas a ninguna parte mientras estoy en la ducha.
Joshua soltó una carcajada sorprendida y triste, encogiéndose de hombros sin poder hacer nada.
— Y mantente un infierno lejos de cualquier luz brillante.
Joshua asintió obedientemente, pero Jeonghan sabía que le estaba siguiendo la corriente.
— Si ves una luz brillante, ve en la dirección opuesta.
— Voy a hacer mi mejor esfuerzo.
Jeonghan asintió.
— Yo voy a... —Señaló con el pulgar por encima del hombro, y Joshua asintió mientras Jeonghan se giraba y cerraba la puerta detrás él.
