Capítulo especial pt. 2🐎

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Cuando más lejos crees que Dios está de ti. Es cuando más cerca está.

Daniela Gómez a sus 16 años

Desde la partida de mi hermana Gabriela muchas cosas han cambiado.

Mis padres desconfían de mí de forma descomunal, creen que tengo algo que ver con la partida de Gaby, algo así como si fuera cómplice de su acto por ocultarlo o si la hubiera ayudado para la ejecución de sus planes. Al principio tuve mucho miedo de delatar a mi hermana no quería que ella con una sola llamada revelará mi secreto y lo poco que me queda de vida fuera lanzada por la borda, pero era en cierta forma ridículo guardar su secreto a voces, a cuyas voces mis papás permanecían sordos.

Al superar el trauma les conté, inicialmente estaban incrédulos, pensaban más posible el secuestro porque su amada hija no sería capaz de un acto tan bajo, pero ante mis ojos ella estaba muy de acuerdo en abandonarnos acompañada de ese chico. Desechando toda palabra mía, denunciaron su desaparición a la policía local, pero eso no sirvió de nada, nunca he vuelto a ver a mi hermana y siempre les dije la verdad, aún así no me creyeran.

En cuanto al escuela, me di cuenta que nunca tuve amigos reales, me dirigían la palabra a causa de mi hermana cuando ella estaba conmigo. Puedo definir a mi hermana de muchas formas, y con todas atraería personas como moscas a la miel, ella era charladora y carismática, sus chistes eran los mejores; vivaracha y juguetona, poseía porte y elegancia, conocía a medio liceo y le caía bien a todos, simplemente era esa chica de la que querías ser amiga o la que quisieras tener por novia. Por el otro lado, yo, sin ninguna expresión en el rostro y que ni siquiera se interesa en formar una relación amistosa con alguien, ellos me llaman odiosa; pero no lo soy, solo me gusta escuchar mis pensamientos, me molesta cuando estoy pensando algo importante y alguien habla o hace ruido, los ruidos me ponen histérica.

Cuando eso sucede, aprieto los puños a los lados de mi cabeza y pataleo mientras hiperventilo, en ese caso, me llevan a dirección para ser supervisada por un profesor mientras se me pasa.

En el trabajo, no tengo idea porque mi hermano Rodrigo ya ni se molesta en saludarme, cada vez que trato de hablarle me evade, me ignora o me dedica una mirada que no descifro y me da la espalda, ¡No los entiendo!

¿Que hice yo? ¡Yo no he hecho nada! ¿Acaso estoy pagando los platos rotos de Gaby?

Gaby me abandono y con eso el resto del mundo. No es justo.

Sin duda Gaby marcó un antes y un después, ha sido un enorme cambio transitorio en mi vida que la afectó de manera irreversible. Si ella llegará a volver a nuestras vidas, las cosas no podrían ser iguales.

A veces me pregunto qué será de ella, pero esa respuesta sólo lo sabe alguien que está desde arriba observandónos y aún no nos lo quiere revelar

Mis días pasan y cumplo la misma rutina, levantarme a las cinco, ducharme, comer a las cinco y media, salir a trabajar a las cinco y cuarenta y cinco, regresar a casa a las once, comer y salir a clases a las doce y media, volver a las cuatro, hacer tareas de seis y media a diez y veinte, en medio de este tiempo cenar para por último, dormir. Durante ese tiempo la única persona que me reconforta es mamá, pero no es lo mismo desde que no está Gaby.

Mi mamá se volvió sobreprotectora conmigo y me estuviera ahogando en mi rutina, sino fuera por su trabajo, hace unos días tuvo un día libre y me revisaba hasta la ropa interior.

Ella, ha sido la que se ha llevado la peor parte, la partida de Gaby es el equivalente de su muerte sin tumba, sus estados de humor cambian sin previo aviso y aún así ella crea que no me doy cuenta, la escucho sollozando por las noches mientras se supone que estamos dormidas. No sé cómo Gaby fue capaz de hacerle esto a nuestra mamá, Gaby, no fue la hermana que creí tener.

Justicia De Dios(Sin Editar)Where stories live. Discover now