Capítulo 19 pt. 3

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—Mi nombre es Jeon Yul—. Un chico tímido se presenta ante mí. Con lentes de pasta gruesos y negros, su rostro brotado de espinillas rojizas y amarillentas. Su cabello cae con flequillo hacia delante, liso y castaño. A primera vista es ese chico inofensivo, que pareciera bastante torpe hasta para hablar porque tartamudea un poco y las cosas se le caen con nerviosismo.

No entiendo está situación hasta que Melissa sale en mi rescate—: Es un chico cerebrito—. Ríe tapándose la boca—. ¿Verdad, que nos ayudarás en los trabajos, Yul?—. Le da un beso en la mejilla, esquivando un grano sobresaliente. A Yul casi se le salen los ojos del pasmo, sus mejillas se ruborizaron y su boca se entreabrió en sorpresa.

Y si, se nota que es un completo virgen.

Melissa giró su rostro y con la antepalma se limpió los labios con un gesto de asco. Yo haría lo mismo si besara un rostro tan lleno de acné.

Sus fachas demuestran que no tiene tanto dinero y el descuido de su apariencia hace ignorarlo. Pero si Melissa lo quiere para tenerlo de burro de carga, en cuanto a las tareas, que así sea.

Yul, se toca la mejilla con fascinación y sonríe como tonto. Cómo si nunca una chica hubiera tenido la fuerza de voluntad suficiente para posarle los labios en una mejilla, me imagino que mucho menos en sus labios. Su aptitud me parece absurda y a la vez exagerada. Su vista cambia a mí y sus ojos brillan exaltados—: Un gusto conocerla, señorita Zhang.

—¿Cómo sabe mi nombre?—. Arrugo las cejas para ubicarme en el contexto.

O sea, ni siquiera había dicho mi nombre para que él lo supiera.

—¿No es más que obvio?, somos compañeros de clases. La escuché atentamente hablar en su presentación de hace un mes. ¿Acaso no escucho la mía?

Negué con la cabeza.

—Qué pena, pero yo nunca olvidaría e-es—. Se trabó, tartamudeando. Sus mejillas se enrojecieron y Na, la gemela de Zi le empujó. Zi rió. Ya veo que este chico será nuestro bufón.

—Vamos, dile—. Le susurró al oído.

—No olvidaría su lin-da v-oz y e-sssos her-mosos ojos—. La lengua se le enredó. Sin embargo, pude comprender.

—Gracias, fue mi respuesta—. Seria, ilegible. Incómoda.

En cambio, Melissa me golpeó con su codo, guiñándome un ojo—: Tienes un admirador. ¡Y que guapo es!

Giré los ojos e ignore sus risas y la reacción tímida de Yul. Su sarcasmo lo noté y no sé si unirme a su círculo de burla o sacar a este pobre muchacho de nuestro junte del mal.

—Buenos días—. Inmediatamente giré mi rostro para ver al galán que por mi lado pasaba.

Las chicas y yo; atrapadas en un embelesamiento. No pudimos quitar la mirada de encima a Yinzhao. Quien con todo su esplendor se paseaba con el uniforme del equipo de basket de la universidad.

Este hombre es multifacético y toda una caja de sorpresas. Lo admiro y mucho. Cada día descubro más cosas de él y ni siquiera hemos entablado nuestra primera conversación.

Jeon nos miró con molestia. Obviamente se sintió celoso por toda la atención que pasó de él, recayendo en el chico popular.

Por un momento, Yinzhao. Luego de pasarse la mano venuda por su cabello mojado de sudor y beber de su frasco de agua. Me viró a través del rabillo del ojo.

Lo sentí. Fuerte. Candente. Insensato.

Dió media sonrisa para mirar al suelo expresando su disfrute en el estiramiento de sus labios y esa blanca dentadura maliciosa; característica de él.

Y por primera vez, en nuestros cruces de miradas un hormigueo se quedó atascado en mi pancita.

—¡Yinzhao Men!—. Gritó Melissa con fuerza para llamar su atención. Incluso nuestros demás compañeros de salón giraron sus cabezas y luego, al ver, hicieron caso omiso y volvieron a sus conversaciones en la espera del profesor.

—¿Qué desea?.

«A ti». Fue mi pensamiento fugaz.

—Nos falta un integrante en nuestro grupo, ¿te unes o qué?.

Giré a verla, sorprendida. Me llevé una mano a la boca y alterné la mirada entre ambos esperando la respuesta.

Él se hizo esperar, luciendo paciente y pensativo. Por su parte, Melissa gruñó en desespero sonando su tacón contra el liso piso brillante. Ella está acostumbrada a ser prioridad.

—Claro.

Simple. Directo. Concreto. Así sin más "claro".

Pensé escuchar algo más elaborado proporcional al tiempo que se tardó en hablar, pero eso fue lo que hubo.

"Claro".

—Perfecto, mañana nos reuniremos en mi humilde hogar para hacer unos adelantos. A las cinco. ¿Puedes?.

—Puedo a las siete. Tengo compromisos a esas horas.

—¿Todos pueden a las siete?—. Preguntó de modo general, Melissa.

"Claro"," sí ". Se oyó. Menos la respuesta de Yul y la mía. Yul lucía molesto y yo preocupada.

—Yo no puedo estar a las siete— dije, preocupada y ansiosa—. Mamá no le gusta que salga tan tarde de casa, imaginen la hora en que regresaré.

—Pero todos debemos estar juntos—. Protestó, Shu. La chica más seria y sensata del grupo—. Debes de hacer el esfuerzo y asistir, al menos para estar informada de primera mano y contribuir en lo mínimo...

Las gemelas se miraron.

—Tengo una idea, te enviaré a casa con uno de mis choferes, ¿bien?. Y a todos los que vivan lejos o sus mamis aún los cuiden como bebés—. Melissa sonrío triunfante al pronunciar aquella puya.

Rieron. Incluso Yinzhao Men.

Y ese fue el único momento en que su risa no me pareció atractiva.

Me sentí mal, pero lo ignore porque ellas son mis amigas y solo bromean. No es con malas intenciones ¿o sí?.

—Oye, no está bien que te burles—. Yul, serio, habló en mi defensa—. ¿Estás celosa porque la madre de Zhang si se preocupa por ella y la tuya te tiene en el olvido?.

Silencio.

Es verdad, y si él no lo sabía; le atinó.

Nadie se atrevió a reírse. Yo menos.

A Melissa sus ojos casi se le volvieron rojos y dió pasos hacia él con determinación e ira reprimida—: Queridísimo Yul—. Apretó los dientes en una sonrisa forzada ante el enfado—. Creo que las bromas entre chicas, se quedan entre chicas o... ¿Acaso te ofendiste, Wen?—. Puso su mano en el hombro de Jeon y se vió su camiseta arrugarse.

Menee la cabeza, rápidamente en una mentira miedosa.

—Ves ella no se ofendió, como para que otro—. Acentuó esa palabra—. Lo haga, ¿entiendes?. Brócoli.

Rieron, pero no entendí el apodo.

—Ustedes son fenomenales —. Habló Yinzhao Men observandonos con detenimiento, complacido de la escena—. Veo que sigue siendo la misma, Melissa—. Se miraron, compartiendo en común sonrisas de maldad—Me preguntó si en las otras facetas que solo usted y yo conocemos, también.

—He tenido nuevas experiencias y soy una mujer completa—. Sonrío delicada e hizo una pose natural para él.

Y yo me pregunté, ¿A qué rayos se refieren?

Justicia De Dios(Sin Editar)Where stories live. Discover now