Capitulo 09🥡

38 19 1
                                    


Mi confianza está puesta en ti.

¡No, no y no!—. Exclamó el profesor Wú Mao frente a mí, el tono de su voz me hizo sobresaltar, no me lo esperaba a pesar de que había dicho cosas malas contra mí, me quedé en mi sitio sin pronunciar palabra—.¿Quiere que se lo diga en español?, ¿ya no entiende chino?—. Removió las cosas que se encontraban sobre la mesa de su escritorio, y las tomó una a una para guardarlas dentro de su maletín.

Pero...—Traté de razonar, dialogar, llegar a un acuerdo pero él no cede de ninguna forma, a duras penas decidió colocarle una nota aprobatoria del diálogo a la joven Ma Fei.

¡Pero ya ha pasado la hora!, ya evalúe a los estudiantes yo mismo, si tan sólo no se hubiera escabullido con la mocosa enferma hubiera realizado la prueba—. Se encogió de hombros—.Usted la escogió a ella, yo no soy el culpable—.Sonrío satisfecho.

—No me arrepiento de nada—. Proferí rebelde a su desaprobación, seria y dura—. Ahora me debe de indicar que es lo que haré—.Me crucé de brazos en un pose fuera de debilidad.

Haga como yo, recoja sus cosas y se va. Mi trabajo aquí está hecho—.Terminó de coger sus cosas y se fue de largo, así como lo dijo, dejándome sin derecho a objeción alguna.

¿Esto que significa?,¿y ahora que haré?,¿puedo ir a la otra prueba sin haber aprobado está?,¿me darán otra oportunidad?,¿podré obtener el trabajo?.

Las incógnitas que mi cerebro tendrá que despejar para comprender que es lo que haré, que es lo que pasará, cuales serán los resultados, que ha de ser de mí.

Apoye mi cuerpo del escritorio, quedando mi gordo trasero contra él—lo único gordo que tengo—, con la vista fija en el techo compuesto de formas puntiagudas y triangulares con la carpeta de mis documentos entre manos, soltando aire por la nariz, con una pesadez en los ojos y un estómago rugiente, desesperado por engullir.

El aula de clases, se encuentra vacía, ahora un silencio perturbador hace que me piten los oídos y que cada palabra que se llegué a pronunciar resuene y se devuelva en ecos. Ya la hora ha pasado y no pude realizar la prueba, por ende he perdido la oportunidad de evaluación, pero como dije, no me arrepiento; más bien, me reconforta saber que Ma Fei ha de estar hiendo a su casa acompañada de su madre, donde la cuidarán de los males que aquejan su cuerpo.

Sentí un temblor que sacudió mi cuerpo y me hizo poner los ojos en blanco, es como una fuerte electricidad que se propaga en ramificaciones desde mi nuca hasta mis brazos, dura pocos segundos y queda en el pasado.

He estado demasiado estresada, desde el comienzo del día, mi cabeza está hinchada de todo lo que tuve que vivir hoy, desde hace mucho no había sentido emociones tan fuertes, ni encontrarme en situaciones tan vulnerables como en las que me halle hoy, estoy a punto de hiperventilar sino me calmo.

Mis pies y mis manos de mantequilla me hicieron una mala jugada, aún puedo escuchar las risas en mi cabeza. Sino sé enfrentar el mundo, el mundo me va a terminar consumiendo.

¿Cómo puedo creer que enfrentaré el mundo?, ¿yo?.

Ni que fuera el profesor Yingzao Men que tiene poder, seguridad y fé hasta en las palabras que pronuncia.

Y...Luego yo.

«Una chica débil y fuera de lo usual»

Que nisiquiera puede aprender a comportarse como la mujer que es. Siento como se me aguan los ojos de solo pensarlo.

Pero es que... Yo soy normal.

«No, Daniela, tú no eres normal, deja de engañarte»

Antes creía que lo era, pero me doy cuenta que no y las personas lo corroboran, ahí fue cuando descubrí como me ven a mí, como esa chica odiosa o antipática, tímida y débil, callada o muy habladora, extraña o llorona. Al final, entre tantas incongruencias dependerá del tipo persona y de lo que ha vivido conmigo. Yo soy la chica de los movimientos repetitivos, la que a veces hablando puede lucir arrogante, pedante o redundante, la chica que no sabe entablar correctamente una conversación y que se siente más cómoda con no mirar a los ojos a las personas, la chica que vive con migrañas, temblores y sacudidas en el cuerpo, que le hablan de una forma y lo interpreta con distinto sentido o queda ensimismada entre las posibilidades de todo lo dicho o de sus pensamientos, la que no entiende chistes y se puede ofender con facilidad, la que debe seguir una rutina y llevar una obsesión, la que sin tener un coeficiente intelectual de genio ha podido llegar a imitar a uno. Al final, yo soy muchas y a la vez una, yo soy Daniela, la chica especial, aunque me ofenda que me llamen así.

Justicia De Dios(Sin Editar)Where stories live. Discover now