Capitulo 12🚲

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Dios es amor.

Han pasado varios días desde que inicie el voluntariado en la institución, fui asignada a tres salones de clases, tanto de educación primaria como secundaria para impartir materias relacionadas con las matemáticas o para hacer suplencia cuando profesores contratados no asisten por diversos motivos.

Mi vida ha dado un pequeño vuelco en este lapso de tiempo y era de esperarse, un nuevo trabajo, nuevas personas en mi vida y por ende nuevas experiencias que me han sido gratificantes obtener. He tratado de aprender de los errores cometidos y de hacer lo que está dentro de mis planes en Cristo.

Las secuelas del golpe desaparecieron rápidamente y sólo pequeñas marcas rosáceas de lo que alguna vez fueron ronchas quedan alrededor de mis ojos, ojos que quedan ocultos con mis nuevos lentes, merecedores de los halagos proporcionados por las personas, ahora nadie me llamará Betty La Fea. Ni siquiera el extrovertido Yinzhao Men.

¡Minnie Mouse!—. Saluda sorprendiéndome mientras se llega a mi mesa deslizando su bandeja de comida sobre la misma. Es increíble la cantidad de apodos que se le pueden ocurrir a este hombre—. Precioso peinado.

¡Cerebro!—. Saludo animada, recordando la vez que me comparó con Pinky—. Gracias, me esforcé mucho en que quedarán perfectos—. Acaricio levemente los moños estilo dona elaborados a cada lado de mi cabeza.

Es la hora del almuerzo y pronto mi salida, de gusto un puré de papas con jugo, le he pedido a la cocinera que no le sirva la carne que originalmente la acompaña.

¡Así nunca vas a engordar!—. Señala mi comida—. Un día saldrás a la calle y la brisa te llevará hasta las montañas.

Suelto una ligera risa, mientras lo veo. Estoy en la mesa de pasantes y en variadas ocasiones, cuando se acuerda de mí, en vez de ir a la mesa de profesores viene a hacerme esta pequeña visita.

Las otras pasantes comen y hablan entre ellas sin inmiscuirse nadie en la conversación de nadie, tal respeto me agrada.

Hablo en serio, Daniela—, espeta con semblante inexpresivo —, tu mala alimentación te traerá una enfermedad y tu cuerpo no será lo suficientemente fuerte para luchar contra ella, es posible que mueras.

Me encojo de hombros, masticando, al tragar respondo—: Favor que me haría.

Yinzhao menea la cabeza en desaprobación de mi despreocupación, llevandose un bocado de su asquerosa carne.

¿Cómo va tu lectura?—. Le pregunto refiriéndome a las epístolas universales que indique que leyera—. ¿Qué has aprendido?—. Existe suficiente confianza como para que lo tutee.

Cosas—. Dice encogiéndose de hombros, removiendo su comida para llevarla a su boca y masticar.

Su indiferencia y frialdad ante el tema me mata.

Se vuelve tan callado e inexpresivo cuando le hablo acerca de Dios que me molesta, es como si estuviera hablando con otra persona. Debo de cambiar eso antes de que sea demasiado tarde o encontrar la causa. La única que he sospechado es la vanagloria hacia sí mismo.

Al tratar de indagar, un niño bien peinado, limpio y  sonriente que reconozco al instante se acerca y me ofrece una roja manzana—: Maestra, es para usted —. Afirma el pequeño de ocho años, con ojos brillantes, cara vivaracha y juguetona.

Me acerco y beso su mejilla para luego tomar la manzana y dejarla junto a mis otros alimentos.

Gracias Xian.

Justicia De Dios(Sin Editar)Where stories live. Discover now