Capítulo 15 👩‍⚕️

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No siempre estoy contento, pero en Jesús estoy completo.

Y aquí estaba yo.

Semi desnuda, hambrienta, ojerosa, despeinada, tiritando de frío y con una expresión de impaciencia, molestia y nerviosismo en el rostro dedicada a la persona frente a mí, de entre las muchas otras:

Yinzhao Men. Sí, así es, el intento de psiquiatra.

Me hizo entrar a esta sala incandescente, a quitarme la ropa y colocarme una bata de hospital prácticamente transparente; obvio, refute, pero él hizo caso omiso. Mi profesor salió de la sala y quedé a solas con varias personas vestidas de batas blancas, me hicieron preguntas y removieron todo lo metálico que traía conmigo, para introducirme en una enorme cápsula para fotografiar mi divergente cerebro.

Luego, de realizadas las tomas de las imágenes. Cada una de estas personas se dedicó a colocarlas en lámparas planas brillantes para visualizar y analizar mi cerebro como expertos en la materia.

Señalaban partes específicas del antes mencionado—desconocidas para mí —al otro lado de la sala.

Yo sentada en una camilla que sentía se rompería en cualquier momento por la fragilidad que me transmite. Tan chillona y temblorosa como yo suelo serlo.

Hasta que el personaje que aturde y desordena mi vida entró y hablo con los médicos. De espaldas lo vi, tan elegante y con porte como un agente secreto o un miembro de la realeza. Soy mala con las comparaciones, pero en cierto modo resalta entre la multitud y el darme cuenta de eso, me asusta un poco.

Escucho palabras como: materia gris, materia blanca, glándula occipital, volumen cerebral. Y otras más que no logré comprender. En resumen, hablaban de aspectos neuroanatómicos.

Lo que más me sorprendió es que más y más fotografías cerebrales fueron colocadas en las lámparas. Me di cuenta que no eran mías y las estaban comparando. La curiosidad por saber de quienes eran me invadió, pero la molestia que sentía en ese momento era más fuerte que cualquier otro pensamiento.

Permanecí con el pecho moviéndose de arriba abajo, sabiendo la hora que es y el hecho de que no estoy en mi casa, que no la he limpiado, que no he pasado las calificaciones de mis alumnos, que no he hecho el presupuesto ni el cálculo de mis gastos, que no he traducido nada y que por los vientos que soplan; hoy me acostaré tarde y con un dolor de cabeza que me hinca y marea.

Todo por culpa del individuo este, que ni siquiera merece que mencione su nombre.

—¿Porqué te tardas tanto?, ¿qué hacen?, ¿porqué no me dices nada?—. Interrogo totalmente alterada y con los ojos bien abiertos.

Una pregunta a la vez, por favor—. Replica con una risa que no comparto y que no tolero en momentos como este.

Explícame—. Exijo molesta.

Esta comprobado medicamente que eres una persona especial—. Comenta con triunfo.

—¿Qué con eso?—. Suelto odiosa—. Yo tengo un certificado en casa que lo comprueba.

—Es diferente ser diagnosticada en Venezuela, que serlo en China.

—Me quiero ir a mi casa—. Digo con los dientes apretados como mis puños.

Estoy tan nisiquiera sé como explicarlo...¿Ansiosa?, ¿molesta?, ¿exasperada?.

De hecho, ahora es el único pensamiento que gobierna mi mente y amenaza con no dejarme en paz hasta que se cumpla. Me tambaleo de un lado a otro, mientras rozo mis dedos con obvia desesperación.

Justicia De Dios(Sin Editar)Where stories live. Discover now