Glimpse of us [Angstpril 2023]

28. Lost hope.

Hola mis bonitos lectores~ Okey, se me había olvidado que andabamos atrasados con un capítulo así que tengo que ver cuándo meterlos sin que se hagan tan pesado, pero sí, hoy es el último día de nuestra gira y quedan cosas que entender y en las que me explayare un poquito para resumir el capítulo. Tengo que dedicarle este a MakikoMakiMaki, no es por el MaxGriff esta vez, ya vas a cachar al final del capítulo porqué te pensé. Pero sí. Esta mujer me tiene sube y que baja con sus historias, para mí el Griffin que Maki escribe es el canon, es una de las autoras por las que siempre andare de simp y defendiendo con capa y espada, so, acá estamos.

Mil gracias por leer~

—¡La última canción es para mi bebé!

Ash jadea en el escenario.

Es hermoso.

Todo un rockero.

Su cabello dorado es un desastre mojado, el maquillaje se ha reducido a un revoltijo brilloso dado el candor que confieren las luces, su vestuario se ha transparentado y está goteando por el sudor y aun así, Eiji cree que luce más deslumbrante que nunca. De hecho, el fulgor que desprende su sonrisa es tal que tiene que entrecerrar la mirada, alargar su cuello para ver tras bambalinas y sentir como cada fibra de su atención es simplemente arrastrada hacia la figura bailando en el escenario, cada persona dentro del recinto se profesa orbitando a su alrededor. Es el centro del universo. Es el sol implacable.

Salvaje. Feroz. Indomable.

Ash le da una sonrisa que impresiona más como una invitación antes de pegar sus labios al micrófono y restregarse sobre la guitarra, Eiji nunca ha visto algo así y una llama se expande dentro de su propio pecho cuando la voz de sirena lo inunda entero, es ronca, áspera y descuidada, supone que la imagen de idol o de Fish Bone era una correa. Un James Dean. Un Kurt Cobain. Un Ash Lynx.

—¡Le dije al mocoso que no creara rumores innecesarios! —Max está chillando tras bambalinas a su lado—. ¿Qué es eso de "mi bebé"? ¡Acabamos de salir de un escándalo!

—Max. —Griffin apoya una palma sobre su hombro—. Está bien, deja que se divierta la última tocada de la gira.

—Tch, lo tienes malcriado.

—Tú también. —Ambos ríen con afecto—. Estoy muy orgulloso de él.

—Sí. —Max engancha su mano en la cadera del contrario—. Se merece brillar así, sin duda pertenece al escenario.

Le pertenece a las luces.

Y ahora, vislumbrando el chisporroteo de sus jades contra los focos iridiscentes, está más seguro que nunca.

—Es bueno. —Alex sonríe con resignación a su lado, tiene los brazos cruzados y una mirada de duelo.

—Claro que es bueno. —Bones musita con amargura—. Es el boss.