HUNTER X HUNTER (KILLUA Y TÚ)

Historia x Familiar x Escondida

Clarence: Yo también te extrañé mucho... Sin embargo, tengo órdenes explícitas

La voz de Clarence sonaba realmente destrozada mientras presionaba un botón.

Clarence: Por favor, perdóname, esto no es nada personal.

La puerta principal se abrió un poco, dejando ver a Jarol, el hermano gemelo de Clarence.

Tori: No entiendo nada... ¿Que ocurre?

Jarol: Tenemos... Órdenes explícitas de capturarte en cuando regresaras a casa... Lo lamento mucho... Pero, es nuestro trabajo

Esas palabras realmente confundieron a todos. Era una cosa que no lograban entender. ¿Quien había dado esa orden? El único que sería capaz de hacer eso estaba tras las rejas.

Tori: No digas tonterías. ¿Quien ordenó eso? No tiene sentido, mi hermano es el líder y el único que es capaz de ordenar eso.

Clarence: No... Porque tu hermano dejó a cargo a alguien más. Hasta que él no regrese, tenemos que seguir sus órdenes.

Ambos hermanos gemelos juntaron sus manos, su aura se incrementó mucho. Clarence, un potenciador muy bueno, mientras que Jarol era un emisor cartero. En combinación eran peligrosos. Demasiado peligrosos.

Jarol apunto hacia Tori, en su mano se formó una pequeña hola brillante.

Jarol: Corre...

Advirtió antes de empezar a disparar. Potenciado por su hermano, los disparos que salían de su mano destrozaban enormes partes del terreno. Un solo golpe y Tori moriría definitivamente.

Tori reaccionó antes de que los ataques le llegarán. Pero, no siempre podría evadir. Era huir o pelear.

Killua: ¡Gon! Llévate a Alluka lo más lejos posible, busquen Un refugio y no salgan de ahí hasta que nosotros vayamos por ustedes.

Gon: ¡Entendido!

Gon cargó a Alluka en su brazos y comenzó a huir lejos. Si llegaban a tomarlos como rehenes tendrían a Tori servida en bandeja de plata.

Killua por otra parte, fue hacia a Tori y la tomó en brazos también. Era hora de enseñarle lo mucho que aumento su velocidad por su entrenamiento.

Killua: Bien, es momento del Godspeed. Agárrate lo más fuerte que puedas de mí.

Tori no pudo decir nada, lo único que pudo hacer fue agarrarse realmente fuerte de Killua antes de que comenzará a correr.

La velocidad con la que Killua corría hace dos años era un juego comparado a la velocidad que tenía ahora. Tori ni siquiera podía abrir sus ojos debido a lo rápido que iban, ella solamente pudo cerrar sus ojos y esperar a que Killua dejará de correr.

Killua la llevó al pueblo de la Isla Ballena. Podrían utilizar a las personas para perderse en una multitud.

Killua: ¿Estás bien? ¿Te duele algo? ¿Estás mareada?

Se veía algo preocupado por la manera en que habían corrido, él estaba acostumbrado, para él correr a esa velocidad era normal. Pero no sabía que reacción tendría Tori.

Y cómo predijo, Tori no se encontraba bien, simplemente no pudo decir nada antes de empezar a vomitar. Ella estaba acostumbrada a ir rápido, pero, nunca a esa velocidad.

Killua: Lo lamento, traté de ir subiendo la velocidad para que no te afectará, pero  quería alejarte de ahí lo más rápido que pudiera.

Ayudó a Tori con su cabello, lo sostuvo con una de sus mano lejos de su rostro para que no se manchara de vomito, mientras que su mano liebre acariciaba su espalda, mostrando apoyo.