55

393 38 4
                                    

En mi cabeza no había más que un a gran y desastrosa tormenta de pensamientos. No había notado que llegamos a Forks hasta que Edward tocó mi hombro, inevitablemente me alejé de él soltandome de su agarre y evitando cualquier interacción con él.

No podía estar más decepcionada.

El taxista abrió el maletero del auto, justo antes de que Edward tomará mi maleta, tome su muñeca y con mi mano libre saque la maleta. No necesito su ayuda y ahora mismo no la quiero.

Quize entrar a la casa pero Rosalie me intersepto alejandome de los demás, con sus manos en mis hombros me miró a los ojos y me dijo que me ayudara en lo que necesite.

Las palabras ahora no podían salír de mi boca, simplemente asentí, agradecída con ella le regale una pequeña sonrisa y entré a la casa. Subí hasta la habitación de Edward y cerré con seguro la puerta.

La cama aún estaba aquí, agradecída por eso me despoje de mis zapatos y metí en la cama cubriendo todo mi cuerpo con la sabana.

Mis ojos ardían y comenzaban a cristalizarse, las palabras de Edward se repetían como eco en mi cabeza. Toda la felicidad y tranquilidad se habían ido en solo dos segundos.

Aún debajo de la sabana, toque mi vientre comenzando a pensar en que había una vida dentro de mí, una pequeña personita que poco a poco se iba formando, y que dentro de nueve meses me daría el título de madre.

Inevitablemente sonreí y una ilución crecía en mi cabeza. Quiza la idea de ser madre no estaba mal, sus primeros días, su primera ropa, sus primeros pasos, su primer palabra. Comenzaba a darme cuenta que quería estar en cada faseta de su vida.

Nadie me quitará ese derecho.

Escuché como alguien se detuvo frente a la puerta, no había latidoas, pero el olor era de Carlisle. Un segundo después tocó oa puerta suavemente.

── Tara ──. La voz tranquila y suave de Carlisle llamaron a la puerta ──. Necesito hacerte unos exámenes. ¿Puedes bajar ahora? Por favor.

Salí de las sabanas y caminé descalza hasta la puerta, dude si debía abrirla, sinceramente me aterraba lo que los exámenes dirían. Pero tengo que ser fuerte en este proceso, no puedo derrumbarme.

Seguí a Carlisle hasta su oficina, ahí se encontraba Edward dandonos la espalda mientras miraba por la gran ventana al bosque. No lo miré cuando se giró hacía nosotros, solamente me dispuse a acostarme en la camilla.

Levante la blusa que llevaba puesta dejando ver mi abdomen, ahora un poco más abultado para solo tener unas semanas. Carlisle procedió con el ultrasonido, pero no logramos ver nada, toda pantalla estaba oscura.

Carlisle se dió cuenta que no podíamos ver a travez del saco embrionario por lo que no teníamos idea de nada del bebé. Solo debemos esperar a que pase el tiempo y conforme el bebé cresca Carlisle cuidará de mi salud.

 Solo debemos esperar a que pase el tiempo y conforme el bebé cresca Carlisle cuidará de mi salud

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒈𝒆𝒏𝒕 || Crepúsculo ᵉᵈʷᵃʳᵈ ᶜᵘˡˡᵉⁿ Where stories live. Discover now