CAPITULO 6

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A pesar de mi agotamiento quería llegar lo antes posible a casa porque sabía que ella estaría ahí, esperándome como lo ha estado haciendo durante estos últimos tres meses.
Joder, poder describir estos meses han sido de locura y felicidad para mí.

Después de nuestra primera cita, las cosas entre nosotros estaban yendo bien, claro que le doy el espacio y tiempo que Serena necesite pero hubo una noche en donde ambos tuvimos que poner nuestros sentimientos sobre la mesa y hablar de ello.
Le confesé mi amor por ella y que deseaba hacerla feliz, claro, si ella me lo permitía. Por su parte Serena estuvo indecisa y con muchas dudas. Ambos estábamos consientes que formar esta relación podría ser un tanto incómoda para nuestra familia pero después de todo decidí que era mejor mandar al resto del mundo al carajo, y disfrutar de nuestra felicidad en paz.
En esos primeros días decidí no meterle presión y darle el tiempo necesario para que pensara y se adaptara a sus sentimientos. Pero tan solo duro tres días ya que Serena se presentó en mi habitación, me hizo saber sus dudas, miedos y sentimientos. Confesó que se sentía feliz y tranquila a mi lado y que posiblemente ese sentimiento llamado amor emergia de su corazón pero que tenía miedo.
Claro que le hice saber que siempre cuidaría de ella.
Si estuve enamorado de ella durante años, estaba seguro que lo estaré por lo que resta de mi vida.

Estacioné mi auto percatandome del otro auto. Las visitas eran demasiado inesperadas, solo esperaba a que sean buenas.
Al entrar a mi casa escuché la risa de mi padre seguido de la voz de mi madre, bueno, eran visitas buenas.
Dejé mis cosas en la mesita del pasillo para adentrarme a la sala donde estaban aquellas tres personas. Mamá como era de esperarse fue la primera en ponerse en pie y venir  abrazarme, por su parte papá solo me dio una palmada en la espalda cuando me acerqué a él. Y por último, ahi estaba a la persona que tanto había deseado en ver en estas últimas horas.
Serena me sonrió.
Inevitablemente me incliné tomando su barbilla con mis dedos y aplastar mis labios con los suyos en algo sutil.
Serena me miró con ojos muy abiertos, no esperando esto. Sabía que su pensamiento era besarnos en frente de mis padres pero ¿que más da? Ellos sabian mis sentimientos por Serena, además ambos estaban al tanto de lo sucedido entre Serena y Seiya.

Cuando me giré hacia mis padres y tomar asiento a lado de mi chica, ellos sonrieron dando la aprobación. Al menos eso tranquilizó un poco a Serena.

Ahora Seiya ya estaba viviendo con esa mujer, así que Serena merecía empezar de Cero, y nuestra relación era el comienzo de aquella felicidad.

—Se acerca acción de Gracias, ¿vendrán a la cena? —comentó mamá.

—Tal vez

Miré de reojo a Serena. Ella tenía la aprobación en todo, si ella decía que no, esa sería mi respuesta, si ella decía que si entonces la acompañaría.
Podria hacer lo que sea para que ella se sienta segura de hacer las cosas. Sus decisiones me importaban a mi.

—Si —confirmó mi mujer—. Estaremos ahí.

A papá le agrado la idea y entre todos empezaron a comentar sobre los platillos.
La siguiente hora fue de charlas sobre trabajos y comida, hasta que mis padres tuvieron que despedirse.

Suspiré quitándome la camisa del uniforme, apestaba a sudor.

—He pensado que...

La voz de Serena se detuvo por completo detrás de mi.
¿Habia sido un error quitarme esta prenda en medio de la sala?
Me giré hacia ella ganándole una lenta recorrida por todo mi torso deteniéndose justo en la “V” visible.
Inmediatamente sus mejillas cambiaron de color y desvío su mirada.

—Te...tenia la idea de pedir de cenar pero... Ahm, bueno.

—Nena

Me acerqué a ella tomando su mano, a duras penas me miró ignorando que mi pecho estuviera a solo centímetros de distancia.

Quédate Conmigo Where stories live. Discover now