CAPITULO 14

578 73 9
                                    

Estaba tan cansado, doce horas en el hospital no eran mis turnos favoritos. Solo deseaba comer un poco, pasar tiempo con mi mujer e hija, y hablar con mi hermano.
Estacioné el auto percatandome del auto de Seiya, así que él ya estaba aquí. Algo dentro de mi se inquieto, el saber que mi hermano y Serena estaban solos no me traían buenos presentimientos, a pesar en que las cosas entre ambos estuvieran pendientes de un hilo, aún no sabría como explicar que ex esposos se vuelvan a ver.

Hace meses al tener la conversación con Seiya respecto al embarazo de Serena, noté el desánimo por parte de mi hermano. Yo había cumplido el sueño de su ex esposa, pero aún así seiya mencionó que no había ni una clase de problemas, que estaba feliz por nosotros y que se tomaría un tiempo para pensar las cosas.
Al menos esperaba que su regreso fuera para bien y no para mal.

Abrí la puerta dejando en el perchero el abrigo.

—Ahora me doy cuenta de lo que perdí...

Frunci el ceño. Esa era la voz de Seiya pero había vulnerabilidad en su voz, arrepentimiento.

—Demasiado tarde...

Lentamente caminé por el pasillo.

—Te quiero...

Me detuve en seco.

—Fuiste mi primer amor.

Escuché pasos desde la sala.

—Seiya para. Sea lo que sea debes parar.

—Te quiero.

—Detente...

—Si tan solo...

Mi corazón me alertó de lo sucedido.
Caminé de forma inmediata solo para llegar al marco de la sala y observar a mi hermano tomar el rostro de Serena y besarla. Seiya mantuvo su vista fija en mí sin muestra de descaro.
Serena chocó en mi pecho y su cuerpo de forma inmediata se tensó.

—Te dijo que te detuvieras, ¿por qué no lo hiciste?

Mi voz fue potente llena de coraje.
Nunca creí que mi hermano fuera hacer esta clase de acción.
Me esperaba todo, menos esto.
Seiya se alejó de Serena sin perder contacto de mi, entrecerro sus ojos y sonrió de lado.
Fuera lo que fuera no estaba pintando nada bien, tomé la cadera de Serena y la hice moverse detrás de mi para cubrirla con mi cuerpo.

—¿Por qué haces esto? —pregunté sin apartar la mirada de mi hermano.

—¿Y ahora vienes tú a decirme esto? —se rio—. No tienes ningún derecho en reclamarme, tu también hiciste lo mismo. Me robaste a mi esposa.

—¿Robarte? Respeté tu relación

—¡Estabas enamorado de Serena cuando ella aún era mi esposa!

—Pero yo jamás hice nada para seducirla, respeté tu relación, me mantuve alejado de ti y de ella hasta que tú decidiste dejarla tirada cuando más te necesitaba.

Seiya pasó sus manos por el cabello en modo desesperado.

—Yo... Quiero a Serena de regreso conmigo.

Me reí.

—¿Crees que Serena es un juguete que se te puede devolver cada vez que quieres? —Negué—. ¿Que mierda te pasa?

—¡La necesito!

—Perdiste tu oportunidad Seiya, estuviste de acuerdo cuando empecé a salir con Serena, fuiste tú quien me dijo que la cuidara, que la hiciera feliz ¿Que te hizo cambiar de opinión?

A pesar de que yo estaba tratando de mantener la compostura, Seiya estaba a nada de reventar y no me estaba gustando.

—Eres un maldito hijo de puta.

Quédate Conmigo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora