Capítulo 19: Ascensor

40.6K 2.8K 552
                                    

—Mesa trece, ¡Vamos, vamos! —Dice Karin dejando un plato en mis brazos, me apresuro hacer mi trabajo con la mejor sonrisa en mi rostro. Últimamente había tenido demasiado trabajo, Rob me ofreció más dinero por quedarme hasta tarde, el personal estaba reduciendo desde que Megan se fue a Ámsterdam y el realmente lo necesitaba así que accedí por la paga. Me gustaba este trabajo así fuera agotador.


Dejo el plato que Karin me dijo en la mesa trece sonriéndole a los clientes, corro de nuevo a la cocina de manera moderada y suspiro dejando la bandeja en su sitio. Le sonrío a los chicos y salgo de ahí directo a los vestidores, ahí me siento frente a los casilleros cerrando por un momento los ojos. Tenía mucha excusa para estar agotada.


Me desvisto con rapidez percatándome de que nadie vaya a venir mientras me colocaba la ropa que traje al venir, una vez lista me paso la bolsa por la cabeza dejándola descansar en mi hombro. Sin despedirme, salgo de ahí.


El móvil me suena cuando voy por la salida del hotel y sin mirar quién es ya que la pantalla está rota lo atiendo.

— ¿Bueno?

—Cariño, ¿Cómo estás? —Es la voz de mi madre, suspiro.

—Oh hola mamá, estoy bien ¿Y tú? Estoy en este momento saliendo de trabajar. —Le digo relamiendo mis labios y mirando mis pies mientras camino.


—Muy bien cariño, te llamo para avisarte que mañana iré a tu departamento con la tía Gina. Dice que quiere saber acerca de cómo estás.


— ¿Vino desde Ohio solo por eso? —Cuestiono sorprendida, ha pasado un tiempo desde que supe de la tía Gina. Desde que se casó con ese hombre multimillonario secreto no le hemos visto por aquí. De echo casi nunca no las llevamos bien pero eso fue hace muchisimo tiempo así que espero que ese hombre la haya cambiado.


—Así es, ahorita está con los padres de Megan pero mañana iremos a primera hora ¿De acuerdo? —Dice, la emoción presente en su voz. Vuelco los ojos divertida, mi madre era muy familiar a diferencia de mí que casi no compartia con ellos.


—De acuerdo, las espero. Tengo que colgar. —Le digo deteniendo el taxi. —Hablamos luego, adiós te amo.

Le cuelgo sin esperar una respuesta y me subo al taxi indicándole la dirección de la residencia. Con unas enormes ansias de llegar y no sabía porque.





***





Cuando llego a la residencia me subo al ascensor presionando el botón de mi piso rezando por llegar rápidamente a mi cama, me apoyo a una de las paredes del ascensor cerrando los ojos.


Las puertas se abrieron y la campana del ascensor sonó sobresaltándome, me toco la frente y procedo a salir de esta cosa que comenzó una jaqueca en mi cabeza.


Miro el suelo sin molestar en mirar al frente cuando hago mi camino a mi piso, de pronto me detengo cuando choco con alguien, una vez más me planteo que debo mirar al frente cuando esté por éste pasillo. O tal vez no.


Me limito a suspirar alzando la vista para saber quién es la victima que casi mato, la mirada fría de mi vecino me atravesó al mismo tiempo que mis manos comenzaban a sudar.


Como es más callado que una lechuza, pasa de mí caminando al ascensor. Cierro los ojos maldiciendo por lo bajo dándome cuenta de lo que iba hacer en estos momentos.


Llego al ascensor antes de que las puertas se cierren e interpongo mi pie, automáticamente se abren y lo miro al igual que él a mí. Como siempre, no había expresiones en su rostro. No sabía que demonios estaba haciendo pero sé que iba arrepentirme.


Presiono cualquier botón del ascensor y me limito a quedarme frente a él, las palmas de las manos comienzan a sudarme más de lo debido y siento mi cuerpo ponerse rojo de vergüenza. Así que presiono el botón de emergencia porque estaba poniéndome peor de lo que estaba y ya no tenía escapatoria.


Me observa, en ningún momento me deja de observar y de hecho puedo ver la curiosidad en sus ojos. Suspiro una vez más armándome de valor para lo que viene.

—Bésame. —Le digo tratando de sonar lo más dulce posible, realmente no sé qué estaba haciendo pero me estaba volviendo loca que él siempre termine arrebatándome y se vaya sin decir una palabra. ¿Por qué no podría hacerlo yo?


Nunca dejó de mirarme, de hecho, parece que la situación le divertía porque no hizo más que reírse en mi cara como diciendo "¿Estás jodiéndome?"

No, ¿Él estaba jodiéndome? Porque prácticamente estoy insinuándome hacia él ¿Y lo único que hace es reír? Que se vaya a los miles de demonios.

Me volví con la idea de irme rápido de aquí, estiré el brazo para presionar el botón pero mi vecino fue mucho más rápido tomandome la mano y deteniendo mis planes. Lo miré, como él a mí.


Pase saliva y antes de procesarlo todo me atacó presionándome contra el ascensor.


Jadee en su boca cuando sus labios tuvieron contacto con los míos, así, de la nada. Pero era lo que yo había pedido.


Sus manos abrazaron mi cintura pegándome a él, mi cuerpo reaccionó de inmediato sintiéndolo por todas partes. Vi la oportunidad de tocarlo, mis manos volaron a su nuca y cabello. Haciendo desastre con él.


Sus labios aumentaron, su lengua ya estaba dentro de mi boca explorando cada esquina que ésta tenía. Sentía ese sabor a menta con cigarrillos y me fascinaba poder sentirlo ahora mismo cuando yo se lo pedía, me encantaba tenerlo conmigo.


Me presionó más a su cuerpo haciendo el toque más fuerte y adictivo, le sentí por todas partes. Envolví un brazo detrás de su cuello sin soltar sus labios, bajé la mano que tenía libre por su pecho hasta dejarla descansar en su cinturón. Gruñó ahuecando los dedos en mi cintura.


Sus labios bajaron lentamente hasta mi barbilla mordisqueándola, por un momento descansó en ella recobrando el aire que ambos nos habíamos robado. Un momento después me besó suavemente deteniéndose de a poco.


Sentí su cuerpo como se inclinaba a un lado, detuvo el ascensor y me soltó saliendo de ésta caja de pasiones que nos tenía atrapado a ambos.


Dejandome sedienta, arrebatada y excitada.


Voten y comenten.

Dark Man Donde viven las historias. Descúbrelo ahora