Capítulo 20: Fiesta

46.2K 2.4K 180
                                    




—Dios no recuerdo haberte dejado tan grande. —Murmura la tía Gina abrazándome, le correspondo el abrazo mirando a mi mama para que me salvara pero solo estaba riéndose de la situación.


Al parecer los años que estuvo en Ohio con ese esposo de ella no se le olvida ser cariñosa con nadie. Sonrío, bueno no es que ambas nos llevaramos de esa manera.


—Y tú, parece que casarte después de todo te ha sentado bien. —Bromeo intentando apartar el tema de mi vida privada a un lado, aunque sé que en cualquier momento ella va a querer saber de eso.


—Bueno, mi querido esposo marcos resultó ser mejor de lo que esperaba. —Se encoge de hombros sentándose en mi sofá y mirando los alrededores.


—Cuéntame, ¿Qué parte de Ohio vives? —Le digo caminando a mi cocina, tomo dos tazas de café para ambas.


—Cleveland, es agradable para mí. —Responde recibiendo la taza de café que le tendía.


— ¿Marco está aquí contigo?


—No, tenía mucho trabajo que atender. Ya sabes. —Vuelca los ojos llevándose la taza a los labios. La tía Gina ha de ser la mejor de las tres hermanas, y por ser la más joven me agradaba solo un poco más. —Dime tú, ¿Cómo te adaptas a esto?


—Supongo que bien, no suele ser tan complicado. Gano bien en el hotel que estoy trabajando para cubrir los gastos. —Respondo echándole un vistazo a mi madre, que de seguro mandó a la tía Gina a que me preguntase.


—Bueno cariño, ¿Y los vecinos como son? Los míos son todos unos engreídos. —Se ríe cruzándose de piernas.


Genial, de algo tenía que ver. ¿Cómo respondo eso después de todo lo que ha pasado con mi vecino? Bueno tía, tengo un chico frente a mí que estaba volviéndome loca, cada vez que quiere me pone las manos encima arrebatándome a su manera. Nada que no se viera en otras partes, ya sabes.


Agh, opto por la segunda opción.


—De hecho mejor que mal, aún no los conozco a todos pero ahí voy. —Sonrío.


Y suspiré cuando la tía Gina pregunta por mis clases.







***





Me revuelvo en el puesto que tenía en mi sofá buscando un buen canal para entretenerme, me llevo más palomitas a mi boca aburrida de estar así. Necesitaba urgentemente una vida social o iba a volverme loca aquí.


Dejo por un momento el control remoto limitándome a pensar todo lo que ha pasado últimamente, ¿Por qué gustarme alguien como él? Es decir, era malo conmigo y cuando quería mandarme a la nada lo hacía ¿Por qué enredarme? Yo misma intentaba comprenderme, pero cada vez que pensaba en ese chico no hacía más que colarse más profundo en mi cabeza y el objetivo era sacármelo no envolverme más.



La puerta de mi piso suena, arrugo un poco el ceño arrastrando mis pies hasta ello. Nadie venía aquí con frecuencia a excepción de mi vecino y Trevor, así que no esperaba a nadie.


—Cassandra. —Sonríe abriéndose paso a lo mío.


—Megan, ¿Cuando demonios llegaste? —Arrugo el ceño divertida cerrando la puerta, su cuerpo cayó en mi sofá.

— ¿Y tú qué? Ese no es un buen atuendo para una fiesta por la noche. —Señala mi vestimenta.

—No tengo planes para ésta noche, de hecho nunca tengo planes Megan. —Le digo tomando asiento a su lado, cuando la detallo observo una falda negra y una blusa blanca.

Dark Man Donde viven las historias. Descúbrelo ahora